Desde que conocí en Valladolid al equipo de Dead Pixel Tales, me tienen enamorado. Su pasión y su forma de concebir el desarrollo videojuegos es un paraíso dentro de un sector cada vez más saturado de propuestas genéricas y mecánicas recicladas. Bigger than Me demostraba esto mismo. Una aventura gráfica que demostraba el amor que había detrás de un desarrollo que, por el momento, no verá la luz del sol. Sin embargo, el estudio está lejos de rendirse en su empeño por volver a mostrar su particular visión del desarrollo indie; por este motivo tenemos entre nosotros Stick to the plan, un juego que refleja una vez más la sensibilidad y el buen hacer de cada uno de los miembros del equipo.
Han pasado los años y me sigue asombrando el poder que tienen las jams. Es increíble como partiendo de conceptos totalmente aleatorios o enfocados a retorcer una determinada mecánica, salgan títulos completos gracias a la creatividad de los desarrolladores al exprimiré el concepto propuesto. Pasó con Summer Trip Cruise. Pasó con Nova: Cloudwalker’s Tale. Ahora ha ocurrido con Stick to the plan.
La organización del evento Thinky games are for everyone jam dio como resultado una premisa bastante simple y sencilla: crear juegos de puzles accesibles, contando una historia personal o reflexión y que tuviera un arte “impresionante”. Sin rankings, ni ganadores, esta gamejam buscaba crear propuestas accesibles que no supusieran una barrera para jugadores ajenos a los juegos “thinky” (o juegos de pensar). De esta gamejam nacieron propuestas muy interesantes pero, sin dejarme llevar por el fanatismo que les proceso al estudio, Stick to the plan fue uno de los envíos más resultones y llamativos de la jam. Su versión completa era cuestión de tiempo.
¡UN PALO! ¡UN PALO!
Así es como acabamos manejando a nuestro afable protagonista un perrito llamado Roberto que solo tiene una misión: no separarse de su palo en ninguno momento. Esta situación que hemos podido ver en infinidad de vídeos a través de redes sociales es el punto de partida para que Dead Pixel Tales desarrolle una narrativa silenciosa y unas mecánicas accesibles a su alrededor. Nuestro protagonista solo podrá rotar o dejar el palo en el suelo y aunque para nosotros esta acción sea una simple manera de mover e interactuar con nuestro personaje, para estos desarrolladores es un parque de atracciones donde dar rienda suelta a su creatividad.
Avanzar con nuestro palo, evitando obstáculos para llegar hasta nuestra meta, será solo la punta del iceberg de mecánicas que nos esperan en Stick to the plan. Partiendo de unos niveles de adaptación, el juego pronto expandirá su concepto, a lo largo de los 5 escenarios que tendrá que recorrer nuestro querido Roberto. A la mecánica de girarnos y dejar el palo, se empezarán a unir otras como pasar el palo a través de una valla, utilizar las alcantarillas para hacer una especie de teletransporte, golpear mecanismos o incluso utilizar el propio palo para utilizarlo como una antorcha. Mecánicas que se van asentando con el paso de los niveles pero que no dejan de elevar la dificultad con una curva de aprendizaje muy bien diseñada.
Aquí es donde tengo que volver a rescatar las palabras con las que abría el texto, elogiando el amor y el cariño con el que Dead Pixel Tales desarrolla sus obras. En todo momento el juego respira de una atmósfera afable, donde querremos ayudar a Roberto a llegar a la meta solo por ver su felicidad al conseguirlo, igual que cuando nos encontramos a un perrito por la calle y mueve el rabo por la felicidad que le da tener un momento de atención. Esa sensación solo es posible gracias a el envoltorio con el que se presentan las mecánicas jugables.
Su diseño artístico es toda una maravilla que por momentos me ha recordado (salvando las distancias) a las grandes obras de Aardman Animations, abrazando ese toque de “plastilina” y alejándose de virguerías visuales con miles de partículas y otros efectos que nos distraigan de lo importante. Además, su manera de contar la historia de nuestro protagonista, a través viñetas cada vez que terminamos un nivel, no hace más que empatizar con nuestro querido Roberto y las aventuras que vivimos con su historia.
Roberto, siempre en nuestros corazones
No deja de sorprenderme lo que son capaces de hacer Dead Pixel Tales. Con tan solo un perro y un palo han conseguido, no solo entretenerme con sus puzles y propuestas si no también contar una historia sin utilizar una sola línea de diálogo. Tanto su apartado jugable como su apartado artístico se dan de la mano de una manera tan orgánica que crea una experiencia amable con el jugador, a la vez que entrañable.
Además, tengo que destacar la facilidad con la que han trasmitido las mecánicas propuestas y como las han ido juntando entre ellas para conseguir crear un juego de puzles retador pero accesible en todo momento, con una curva de dificultad más que asequible, tanto para el jugador novato como para el jugador experto. Un viaje que recorrer con nuestro querido Roberto que comienza con la obsesión de un perro por no abandonar su palo y que termina con… bueno, con una explicación que le da sentido a todos nuestros esfuerzos.
Solo me queda felicitar a Julia, Javier, Raúl y Paco. Con cada desarrollo en el que se embarcan demuestran el talento y las buenas ideas que pueden implementar en sus propuestas. Esperemos que Stick to the Plan no sea lo ultimo que veamos de vosotros. Hasta entonces, nosotros os cuidamos el palo.
Autor
Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira.
Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos. De mayor quiero ser un gran pirata.