FICHA DE CRÍTICA
El camino en Gods Will Be Watching es tortuoso y se divide en muchas sendas que derivan en un gran final. Hasta llegar a ahí toca llorar de frustración, darle puñetazos a la pantalla y morderse los labios, hasta que de repente nos demos cuenta de que la solución está delante nuestra y que sólo debemos prestar atención. Si el jugador se acerca al juego aceptando esto, va a disfrutar tanto como a sufrir: muchísimo.
Leer en su medio original
-