Empiezo confesando mi férrea postura en contra de probar demos. Es una cuestión personal: no le veo ventajas. Si no te convence la demo de un juego, lo descartas, desaparece de tu vida y se acabó, lo malo viene si te gusta, o peor, si te gusta mucho. Se llena esa barrita llamada hype que sólo intensifica el palo que te llevas al ver la fecha de lanzamiento. Jugar la demo de Onirike me ha recordado esto y ahora me toca esperar hasta final de año. Liada.
Empecemos por el principio. Onirike es el proyecto en el que actualmente está trabajando el estudio alicantino Devilish Games. Aunque Devilish lleva 20 años en este mundillo, siendo un ejemplo de estabilidad en una industria que se caracteriza por lo contrario, seguramente sus productos más reconocibles sean los más recientes: King Lucas y Path to Mnemosyne. Dos juegos notables, muy diferentes entre sí y que nos van mostrando los rasgos que identifican al estudio: la innovación, el cuidado del apartado artístico y narrativo y la capacidad para desarrollar y moverse en diferentes géneros. Incluso Kolumno, juego que a mi no me convenció demasiado, es un trabajo cuidado y elegante.
Onirike es, sin duda, el proyecto más ambicioso del estudio. Se pasan al género aventura/plataformas en 3D y apuestan por un mundo abierto en un extraño y complejo mundo de sueños. Os comento mis impresiones de la demo que podréis jugar durante el Steam Game Festival, del 16 al 22 de junio.
¿Dónde van los sueños que no se realizan?
Comienza la aventura. Nuestro personaje aparece en una piedra luminosa al tiempo que una voz nos narra la situación. El nombre del protagonista es Prieto, un ser que cada noche se despierta sin ningún tipo de recuerdos en un circo. Primer punto interesante, la narradora usa el pasado, como si la historia ya hubiera ocurrido y de un cuento se tratase. Durante toda la demo, e imagino que la aventura, será así. El tono de cuento o fábula se intensifica cuando hablamos con determinados personajes, algunos con diálogos que riman o que introducen una gran cantidad de refranes, juegos de palabras y frases hechas.
Prieto es extraño. Un ser cabezón, delgado, con una cara pintarrajeada y de facciones tristes. Pronto descubrimos que se encuentra en una especie de orbe, lugar al que van los sueños que no se hacen realidad. Además, no sabe nada sobre su naturaleza o existencia. Normal que no esté contento. Nuestra misión será ayudarle a encontrar el pozo de las realidades, donde puede hacer que los sueños se cumplan.
Lo primero que he hecho es explorar la zona en la que aparecemos. Se trata de un circo repleto de peculiares seres. El circo en la cultura popular es un lugar que puede transmitir alegría, felicidad y buen rollo, como en Big Fish, o evocar escenas tristes, terribles o incluso dar miedo, como en Dumbo; para mí no hay término medio. Onirike se acerca más a este segundo enfoque. Pero no es algo negativo, al revés, es muy atractivo y no he podido evitar inspeccionar al más mínimo detalle cada rincón y analizar cada personaje. La atmósfera es oscura, algo normal, recordemos que estamos en el mundo de los sueños – encima de los que no se realizan, los peores -, que suelen tener lugar de noche, cuando la gente duerme. Pero también es triste: los habitantes del circo son perturbadores, con una fisionomía extraña y casi indescriptible. Lo más normal que vemos es una foca verde que juguetea con un aro. Lo peor es una especie de bicho rosa que estruja sin piedad una vaca. No parece un lugar feliz para vivir.
Tampoco es plan de narrar toda la demo, así que avancemos. Uno de los personajes que encontraremos es un payaso de aspecto similar a Prieto, pero un títere se ha apoderado de él y no puede liberarse. Ayudarle será nuestra primera misión, que sirve como excusa para enseñarnos una de las mecánicas del juego: el puzle. Explorando el escenario y observando a sus habitantes tendremos que encontrar el modo de cortar las cuerdas que conectan al payaso y al títere. No tardaremos mucho en hacerlo y siguiendo a nuestro nuevo y libre amigo, saldremos del circo.
Cultivando Gypsophila
Aquí es donde todo se pone interesante a nivel jugable. Primero se nos explica que cada vez que llegue el amanecer, si no queremos olvidar todo, tendremos que acercarnos a una especie de plataforma blanca denominada piedra del recuerdo. Un modo bonito para llamar al punto de control. Mientras estamos encima y esperamos a la próxima noche, Prieto vagará por un mundo muy luminoso – en contraste con el entorno oscuro del juego – en el que podremos recoger esporas de gypsophila, que serán vitales para luego avanzar. Esta pequeña fase dura unos cuantos segundos, tras los cuales nos despertaremos.
Fuera del circo, Prieto es vulnerable y puede desaparecer. La única manera que tiene de permanecer en el mundo de los sueños incompletos es consumir la luz que emana la planta de gypsophila. Por suerte, durante nuestro «sueño» luminoso hemos recogido esporas que podremos plantar. Es decir, si nos alejamos y exploramos, tendremos que ir cultivando constantemente estas plantas para no desaparecer por el camino. Dado que las esporas son limitadas no podemos ir plantando gypsohila cada dos metros, es de vital importancia ser estratégicos y ponerlas en puntos clave por los que creemos que pasaremos varias veces.
En la primera misión fuera del circo, que consiste en ir a hablar con dos seres llamados Flanks, se nos introduce el plataformeo. Estos individuos – muy divertidos – viven en el corazón del bosque de piedra y para llegar a ellos tendremos que poner a prueba las dotes atléticas de Prieto. Quizás aquí encontremos el único punto en que flaquea la demo: el control de la cámara es bastante impreciso y parece necesitar algún que otro ajuste, defecto que se evidencia a la hora de ir saltando de plataforma en plataforma. No obstante, tampoco es un tormento y llegaremos a nuestro destino sin demasiada complicación.
Por curiosidad, en este trayecto he probado a no plantar gypsophila para ver qué sucedía. Primero, Prieto se desvanece, pero podemos seguir manejándolo – sin verlo – durante un rato. Después de unos segundos, cae al suelo y pierde todos sus recuerdos, volviendo al punto de control. Ha sido una mala idea y ahí he notado que ya había empatizado con el personaje, pues me ha dejado tocado verlo perecer
Ahora toca esperar
Cuando completemos la misión en el bosque de piedra, con puzle incluido, tendremos algo más de libertad para explorar el pequeño entorno disponible y realizar el encargo final que completa la demo. Aquí podemos poner a prueba la mecánica de ir plantando gypsophila por todos lados y explorar un poco más el entorno.
Onirike es un juego oscuro, con personajes que parecen sacados de un mal sueño y en el que se percibe un aire de tristeza y desesperación, pero eso no le impide ser bonito. Tiene ese efecto «difuminado» cuando miramos las cosas lejanas tan típico de las escenas que evocan sueños (o pesadillas), el diseño del mundo es magnético, creando en el jugador la necesidad de saber más y además está plagado de pequeños y fantásticos detalles. Por ejemplo, si pasas cerca del personaje que hace un truco con fuego, Prieto se quemará y echará humo. O lo más chulo, de vez en cuando pasan enormes peces sobre el escenario y proyectan su sombra, dando la sensación de que incluso este mundo de sueños olvidados tiene mucha vida.
En esta hora de demo Onirike nos presenta sus propuestas jugables y nos da una pincelada del mundo a explorar, dejando claro que aún hay mucho por descubrir. Sólo hemos visto un pequeño trozo del enorme orbe que Prieto tendrá que recorrer y tampoco hemos encontrado a los monstruos devoradores de sueños, aunque se nos habla de ellos y se nos deja con la miel en los labios. Por supuesto, hay cosas mejorables y algunos puntos que retocar, como la cámara, el control de Prieto o cuadrar mejor los subtítulos con la narración, pero se perdona todo. Al fin y al cabo, no deja de ser una demo de un juego en desarrollo.
Si la demo busca encandilar al jugador, lo logra sobradamente. Especialmente el diseño artístico, con esos personajes tan estrafalarios, la tétrica atmósfera y los efectos de iluminación, pero también a nivel jugable: la mecánica de «exploración estratégica» con la gypsophila llama mucho la atención y estoy deseando ver cómo se explota en el resto del juego. Devilish Games nos conquista con este pequeño prólogo y con toda seguridad va a levantar mucho hype en este Steam Game Festival. Id añadiéndolo a la wishlist y que el tiempo pase rápido.
Autor
Pese a mi continua obsesión con la literatura, los videojuegos y el deporte, logré acabar mis estudios de filología. Resido en Italia y adoro la pizza.