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Indiecalypse: comedia pero no mucha

*se quita las gafas, suspira, y se frota la sien*

Bueno, comencemos por el principio.

Hacer una buena comedia es difícil. En eso creo que todos estaremos de acuerdo. Seguramente sea mucho más complicado que, por ejemplo, crear una historia que te haga estar constantemente al filo del asiento, o una que te cause pesadillas durante varios días. Y eso es así porque el humor es uno de los aspectos más subjetivos del storytelling. Existen una gran cantidad de clases de humor, y evidentemente no todo el mundo simpatiza con todas, de forma que lo que para algunas personas puede parecer tronchante, a otras no les hará ni pizca de gracia. Y por eso mismo, analizar una obra de este tipo tampoco es coser y cantar.

Le he estado dando algunas vueltas a este texto, y creo que lo más adecuado para contextualizar un poco mi opinión sobre Indiecalypse —el juego que, según dice el título, me toca analizar hoy— es que os mencione algunas de las referencias humorísticas que más gracia me hacen. Si bien esto no servirá para describir mis gustos en cuanto a humor sí puede orientaros un poco para decidir hasta qué punto comulgáis con mis preferencias y, por tanto, en qué nivel podéis llegar a coincidir con mi opinión. Así, a voz de pronto, se me ocurren las temporadas intermedias de los Simpson (entre la 4 y la 13 o así), los Ultrashows de Miguel Noguera, los Monthy Pyton, la Hora Chanante y los vídeos de Venga Monjas. Como digo, esto no es algo matemático, pero espero que haya servido para que me ubiquéis un poco y veáis lo que diga más adelante a través de ese prisma. Ahora sí, podemos empezar a hablar sobre Indiecalypse.

Indiecalypse es el último juego de Jandusoft, el estudio responsable del desarrollo, publicación o port de muchos de los indies que han salido últimamente en territorio nacional. En este caso, el equipo barcelonés nos trae una aventura donde jugaremos como Jack, Ethan y Violet, tres desarrolladores independientes (programador, músico y artista respectivamente) que, cada uno por sus propios motivos, terminan uniéndose para crear un videojuego. A través de algunos flashbacks y flashforwards, iremos conociendo las experiencias académicas de los protagonistas, así como las razones que los llevan a conocerse y, finalmente, cómo sacan adelante su proyecto. Toda esta retahíla de sucesos se narra poniendo un especial énfasis en el humor, algo de lo que hablaré un pelín más adelante. En cuanto al diseño del juego, su gameplay consiste en dos secciones principales: una en la que moveremos a los personajes en un entorno 2,5D y donde tendremos que resolver puzles con un estilo similar al de las aventuras gráficas, y otro formado por minijuegos, que son la esencia del título.

Indiecalypse imagen 4
Es indicador de la importancia de los minijuegos el hecho de que prácticamente la totalidad de las imágenes del kit de prensa sean de estas partes.

Comenzando por estos últimos, se trata de pequeñas pruebas, unas mejor integradas en la historia que otras, que parodian algunos de los juegos más conocidos de los últimos años (Papers Please, Hotline Miami, Guitar Hero…) y otros pertenecientes a la categoría retro (Duck Hunt, Mortal Kombat, Punch Out…). En un vistazo general, se podría decir que hay bastante variedad en la selección, con una buena representación de diferentes géneros, tanto indies como casuals, y de diferentes generaciones. Pero también es cierto que algunas elecciones se repiten en su mecánica principal y, al ser los minijuegos simplificaciones del original, se pueden sentir muy similares entre ellos (Enter the Gungeon y The Binding of Isaac, por poner un ejemplo, ambos son roguelikes donde debemos disparar mucho y esquivar balas). Pero tranquilos, porque no es algo que pueda resultar molesto, y de hecho se disfrutan sin ningún problema. Lo que sí puede molestar un poco son los breves tutoriales que nos introducen los controles antes de comenzar cada mini prueba, que son bastante vagos y pueden resultar poco entendibles con facilidad.

Por un lado, algunas de estas reproducciones captan sorprendentemente bien la esencia del título original, y hacen que jugarlas transmita las mismas sensaciones (uno de los que más me sorprendió fue la que imita a Cuphead). Otras, sin embargo, terminan siendo un pequeño desastre donde, a pesar de que el apartado artístico se ha reproducido de maravilla, la jugabilidad deja que desear y se hacen algo tediosas de completar (la parodia de Geometry Dash, por ejemplo, tiene la mecánica de esquivar obstáculos saltando, y también goza de una melodía que perfectamente podría formar parte del original, pero estos dos factores no se compenetran de una forma tan satisfactoria). Pero si hay algo innegable es que estos minijuegos son la parte más divertida de Indiecalypse. Aquí es donde realmente han conseguido generarme la mayoría de las sonrisas e incluso alguna expresión derivada de la sorpresa y la risa, normalmente a causa de la vuelta que le dan a la premisa del título original para integrar el minijuego en la historia. No miento cuando digo que algunos son muy originales.

Por desgracia, Indiecalypse no es una especie de boss rush de minijuegos, sino que existe una parte de aventura más tradicional que sirve para enlazar estas experiencias. Y es precisamente aquí, en esta matriz que pretende encapsular los aspectos narrativo y humorístico del juego, donde se encuentran mis quejas más profundas. En primer lugar, los puzles que presenta esta sección son extremadamente sencillos. No creo que esto sea un problema especialmente grande, porque tampoco parece que su objetivo fuese el contrario —quiero decir, no es que exista una interfaz con inventario ni nada así, todo el diseño es sencillo aunque funcional—, pero en ocasiones esta ausencia de reto puede hacer del avance algo aburrido. Para aliviar este tedio y hacer la experiencia algo más agradable, es aquí donde entran en juego la historia y la comedia. La primera, sin ser nada malo, se siente poco inspirada y en los últimos compases del juego bastante sinsentido. Entiendo, sin embargo, que esta impresión pueda haber sido la buscada por los creadores: hacer una historia que no reste protagonismo a los minijuegos (lo verdaderamente importante) y que pueda resultar graciosa por lo absurdo de sus hechos o por las resoluciones que plantea. Siempre y cuando entendamos esto y no pretendamos pedirle peras al olmo, creo que es complicado sacarle pegas a la trama, porque cumple bien su función. Sin embargo, no puedo decir lo mismo del aspecto humorístico del título.

Bien, llegamos al punto de la crítica que justifica la introducción, así que seré claro: desde el principio, el humor de Indiecalypse no encajó mucho conmigo. El juego hace un claro all in al apostar por la comedia como su caballo ganador, aunque reparte la inversión en cuatro maneras diferentes de intentar hacernos reír. Comenzando por la categoría de humor que más me gusta, tenemos una amalgama de referencias y guiños a la cultura pop y al mundo de los videojuegos, así como puyas y críticas al funcionamiento de la industria, o rupturas de la cuarta pared bastante divertidas. Lo que todos estos chistes tienen en común es la sutileza, el hecho de que se formulan de una forma no intrusiva, de modo que uno no siente que se lo estampan en la cara. Si lo coges, te reirás, si no, seguramente ni te des cuenta porque se plantean con una fluidez satisfactoria, y no resultan forzados. Hasta aquí todo bastante guay.

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The Rats of Us, un juego de palabras no especialmente ambicioso si me preguntan a mí.

El segundo tipo es un recurso bastante específico pero que se utiliza un montón, y que consiste en hacer referencia a personas, personajes o marcas famosas, pero cambiando un par de letras de su nombre, por una razón que no termino de entender pero que, ya empezando con la parte negativa, no me resulta divertida. En este sentido sé que es una cosa más mía que del juego, pero no le veo la gracia (y de hecho incluso me irrita un poco) ver cómo dicen Fideo Kojina en vez de Hideo Kojima o Parry Hotter en lugar de Harry Potter. Poco más que añadir: no me hace gracia, pero tampoco me molesta. En tercer lugar, Indiecalypse hace uso de lo que a mí me gusta llamar el humor cacapedoculopis (aunque creo que los que saben del tema lo denominan humor escatológico y sexual). Este, como podréis imaginar, consiste en hacer bromas relacionadas con, digamos, las necesidades fisiológicas del cuerpo, así como con el hecho de masturbarse o directamente con el sexo. Este es un humor que no me gusta nada, me parece demasiado directo y, personalmente, me incomoda. Aquí no quiero ser demasiado duro porque no pretendo imponer mis gustos ni señalar como mala práctica algo solamente porque no congenie conmigo. Pero eso, que los chistes de pajas, regular.

Y el último, y sin duda el peor con diferencia, es uno que solamente he podido clasificar como humor que falta al respeto. Una cierta cantidad de las bromas que Indiecalypse propone terminan siendo poco más que los típicos clichés o gags recurrentes cuando se trata de gente que juega a videojuegos. Y el problema con usar a la ligera estos estereotipos tan rancios y sobados es que pueden entenderse como una burla hacia el jugador. Sin duda, uno de los momentos que más me impactó fue cuando, al poco rato de iniciar la partida, conocemos al hermano mayor de Jack, un chico tremendamente obeso que vive en un cuarto-estercolero donde lo único que no es basura es un ordenador. Y, por si no fuese suficiente, lo ponen a hablar como Jabba the Hutt, de Star Wars, y nuestra única interacción con él es para llevarle comida y rescatar un cable de entre sus michelines. Bueno, aquí me vais a permitir que me salga un momento del registro. ¿Qué es este pitorreo? ¿Se supone que eso es gracioso? A mí, desde luego, no me lo parece. No sé si el objetivo era hacer una especie de crítica o de meta-referencia a aquellas obran que utilizan estas mismas burlas hacia los jugadores (que no son pocas) y les ha salido el tiro por la culata, o si simplemente lo han puesto pensando que iba a ser gracioso, pero a mí me parece un fallo muy grave el simple hecho de que esto se contemple como humor válido. No voy a poner más ejemplos porque no me parece necesario, pero os aseguro que la escena que he descrito hace unas líneas no es la única en la que Indiecalypse tira por estos derroteros. Cuando hablamos de humor, hay tipos y tipos, y podemos debatir tanto como nos permitan nuestras mandíbulas sobre cuáles nos agradan más y cuáles menos porque, al final, es una cuestión de gustos. Lo que no me parece discutible es la comedia que se basa en faltar. Esa está categóricamente mal y puede hacer que la gente se sienta muy ofendida. Ni mucho menos estoy diciendo que desde Jandusoft hayan buscado esta situación, y estoy seguro de que no lo han hecho con ninguna mala intención, pero aun así es algo que no se puede pasar por alto.

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De los tres personajes principales, Jack es el único que al crecer se vuelve gordo y un guarro a pesar de que de niño estaba igual de delgado que los demás porque, claro, ese es el destino de los programadores. Haber escogido otra profesión, chaval.

Finalmente, y antes de concluir el texto, dos apuntes. El primero es que todo lo que tiene que ver con el apartado artístico de Indiecalypse es una delicia. El diseño visual y sonoro del juego per se están muy trabajados, con una mención especial a la animación de los personajes, que tiene un regustillo a Gravity Falls que le da un muy buen toque. Y, además, estos mismos aspectos en los minijuegos también están francamente bien, conservando toda la esencia de los títulos originales. El segundo detalle es mencionar que me he encontrado con un par de bugs en el control, además de que a pesar de haberlo jugado con el mando de PlayStation, tanto en los tutoriales como en los minijuegos aparecían los botones del dispositivo de Microsoft. No es algo que te destroce la experiencia, pero puede hacer que alguna de estas pruebas se haga más obtusa de entender.

Escribir este análisis me ha costado mucho porque, a pesar de que veo cómo la mayoría de sus componentes funcionan, el resultado final se me hace muy difícil de recomendar. Repito, algunas partes sí que son divertidas, sobre todo cuando las referencias se llevan con más sutileza o cuando consiguen que una escena sea graciosa sin necesidad de faltar al respeto o tirar de estereotipo rancio. Y, por supuesto, esos momentos están ahí, pero cuesta que brillen teniendo al lado esos agujeros negros del humor que eclipsan todo lo bueno. Si os llama mucho la atención y os consideráis capaces de mirar para otro lado e ignorar esos momentos, o simplemente no les daréis la misma importancia que yo, pues no sé, podéis darle una oportunidad. Descubriréis un título con minijuegos entretenidos y una dirección artística bastante chula. Sin embargo, yo me siento incapaz de recomendar Indiecalypse, especialmente a aquellos que se hayan sentido identificados con mis gustos de comedia o quienes crean que algunas de las partes que he descrito pueden causarles más dolores de cabeza que risas.

Autor

Redactor | Web

Ambientólogo y camarero. Amante de lo japonés, los dinosaurios y la sanfaina con atún. Escribo y juego tumbado, normalmente desde Barcelona.

Américo Ferraiuolo

Ambientólogo y camarero. Amante de lo japonés, los dinosaurios y la sanfaina con atún. Escribo y juego tumbado, normalmente desde Barcelona.

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