A los mandos de Astronite, me he retraído a tiempos pretéritos, cuando la jugabilidad era lo esencial, y la diversión, directa y rotunda. Recuerda a títulos míticos e imprescindibles de la época del Spectrum, con ese regusto a retro-clásico correoso y desafiante, pero con todos los avances de hoy en día, claro. Al igual que de aquella, habrá que memorizar patrones de los enemigos y medir minuciosamente cada salto: pecar de confianza llevará a una muerte absurda ante el peligro más nimio. Pero a diferencia de entonces, el juego se mostrará generoso con puntos de guardado y teletransporte que evitarán la frustración. Será vuestra habilidad y perseverancia lo que marque el ritmo al que progreséis, porque el exquisito control del personaje está pulido para ser más preciso que un reloj suizo.