FICHA DE CRÍTICA

Por resumir, Immortal Redneck es un buen roguelite en primera persona, robusto y bien parecido, que depende en demasía de los préstamos (algunos menos evidentes que otros: entre las armas que te encuentras por ahí está la barra de Half-Life) y no quiere poner más de su parte para hacerse distinguir por otros lados. Como su protagonista, es un juego sin rostro que por lo demás es versátil y divertido, y tiene alguna cosita aquí y allá que demuestra mejor mano de la que la mezcla de todos los elementos individuales permite ver. No tiene mucho que decir, en definitiva; es un entretenimiento sorprendentemente bien trabajado pero que no consigue llegar a mucho más, y que cae en una de las trampas difíciles de ver del género procedimental: cuando haces un juego infinito, no hay tanta distancia entre que salga algo infinitamente divertido o infinitamente soso. Tampoco es fácil saber en qué porcentaje se reparten los infinitos.

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60
 
30/05/2017

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