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Baobabs Mausoleum. Ep3: Un Pato en Muertoburgo

Tres textos he escrito, uno de cada parte, y sigo teniendo la sensación de que no importa lo que pueda decir, nunca haré justicia al juego como se merece. Así que no me voy a complicar y vamos directos al grano; Baobabs Mausoleum: Un Pato en Muertoburgo, ya disponible en Steam y Nintendo Switch, es la entrega más divertida y macabra de la saga. Y no era fácil superar el listón. Bienvenidos, por última vez, a Flamingo’s Creek. Población: 64 habitantes.

Es preferible evitar la lectura del siguiente bloque si no se ha completado el episodio 2: 1313 Barnabas Dead End Drive. El resto del texto está libre de spoilers.

Baobab's Mausoleum episodio 3 Un Pato en Muertoburgo
Te queremos, Watracio

Flamingo’s Creek aún más extraño

Un ensordecedor disparo bajó el telón del episodio 2. Todo parece indicar que han asesinado a nuestro amado Watracio. Por suerte, en el universo de Flamingo’s Creek todo es posible y la muerte es sólo un pequeño inconveniente para nuestro intrépido agente del FBI. Daphne sigue desaparecida y no habrá descanso hasta encontrarla.

Si en algún momento de Baobabs Mausoleum hubo un mínimo de lógica argumental, en Un Pato en Muertoburgo desparece. La trama redefine el concepto de absurdidad y nos envuelve en una sucesión de disparates enlazados entre sí de la forma más inverosímil posible. Y es maravilloso. Sin saber cómo, ni por qué, recorreremos el cielo – en el que encontraremos viejos amigos -, las profundidades de internet, un campo de golf y hasta un casino en solo dos horas. El juego no da tregua. Apenas hay un par de momentos de descanso para recorrer un nivel con calma. Cambiamos constantemente de tercio, de escenario y de contexto. Las situaciones se suceden con frenetismo; no hemos terminado de reírnos con una cosa cuando nos golpea otra más fuerte. Si Baobabs Mausoleum: Un Pato en Muertoburgo fuera cine sería El Lobo de Wall Street acelerado y con algo más de droga.

Baobabs Mausoleum episodio 3 Un Pato en Muertoburgo

En los pocos momentos en que la trama nos da un respiro, son los personajes los que nos devuelven de una patada al plano cómico. No hay una sola línea de diálogo que tenga desperdicio. Como comentaba en una de las anteriores reviews, no se profundiza demasiado en éstos, pero acaba por dar igual. Como jugador sólo quieres encontrar a los 63 habitantes para ver qué aberración te sueltan. Y siempre consiguen sorprenderte.

Las misiones principales siguen siendo las mismas que en el capítulo anterior: encontrar a Daphne y resolver el misterio del habitante número 64. Al final es lo de menos. Jugamos por jugar, por ver cuál es la siguiente aventura de Watracio y si es más demente que la anterior. Pero por si quedasen dudas: ambos hilos argumentales se resuelven y de forma maravillosa, me atrevería a decir.

Baobabs Mausoleum episodio 3 Un Pato en Muertoburgo. Berenjena
Desde que jugué a Baobabs Mausoleum soy un acérrimo fan de las solanáceas

Un videojuego de autor.

Baobabs Mausoleum es un videojuego de autor. De esos a los que no puedes poner una nota basándote en los gráficos, sonido, argumento, duración o jugabilidad, pues la experiencia va más allá de lo que un simple número puede reflejar. Es una especie de cajón de sastre del videojuego en el que Jacob Jazz ha metido todo lo que se le venía a la cabeza, lo ha agitado y lo ha hecho jugable. Un juego blanco o negro; lo amas o lo odias. Pero si estás aquí, leyendo este texto, imagino que eres del primer grupo.

Hay que reconocer el valor de realizar un trabajo así.  Escoger un género, diseñar un par de mecánicas y a partir de ahí crear tu videojuego imagino que es el camino a seguir por la mayoría de los Devs. Jacob Jazz debió pensar que eso era demasiado fácil y optó por un camino más arriesgado. Y ha salido una auténtica obra de arte. Hemos desgranado ya en dos textos la enorme cantidad de modos de juego que alberga Baobabs Mausoleum, así que basta comentar que Un Pato en Muertoburgo amplía aún más el elenco. De nuevo la base jugable es la aventura gráfica, pero a partir de ahí tendremos fases 3D de conducción, shooter sobre raíles, puzles, minijuegos…etc.

https://www.youtube.com/watch?v=rR98XKz5ITE
La fase shooter sobre raíles es bastante entretenida

Todo sea dicho, hay cosas que funcionan mal. Supongo que es el precio a pagar por querer meter tanta variedad, que algo puede quedar sin pulir. Lamento decir que el nivel en 3D en el campo de golf, conduciendo el carrito, puede ser con tranquilidad de lo peor que he jugado este año. Los terribles gráficos que amenazan con romperte la córnea y especialmente el nefasto control del vehículo hacen de esta pequeña fase un enorme drama. Lo curioso es que durante los primeros segundos hasta te ríes, pero luego te das cuenta de que tienes que completar la tarea si o si para poder avanzar. Ahí pierde la gracia. Por suerte es sólo un paréntesis de terror. El resto de fases del juego pueden ser mejores o peores, pero no te hacen desear tirar el ordenador al río.

Baobabs Mausoleum episodio 3 Un Pato en Muertoburgo. Fase carrito de gl
Es gracioso… los primeros 10 segundos.

Unas señas de identidad muy claras. Para bien y para mal.

Un Pato en Muertoburgo es el climax de una saga que, con pequeñas variaciones, ha mantenido unas características muy concretas durante los tres episodios: la combinación de lo humorístico y lo macabro, la infinita mezcla de mecánicas y, por supuesto, la interminable lista de referencias culturales. De nuevo, Baobabs Mausoleum se convierte en un desfile de guiños a otros videojuegos, películas y obras de todo tipo, con un especial énfasis en lo lynchiano y tarantiniano: créditos de inicio, música con mucha presencia escogida con talento y precisión, momentos de violencia cruda e inesperada, giros de guion impredecibles, personajes con un lado muy oscuro… etc. Sin olvidar, además, los brillantes momentos en que se rompe la cuarta pared y el videojuego parece querer comunicarse con el jugador (normalmente para reírse de él).

Baobab's Mausoleum episodio 3 Un Pato en Muertoburgo
Watracio ¿qué estás diciendo?

Pero también se mantienen los puntos negativos que han acompañado a la saga de forma constante. El primero es la facilidad. Baobabs Mausoleum no se ha caracterizado en ningún momento por ser un juego difícil y Un Pato en Muertoburgo no es la excepción. Encontramos algún puzle algo más trabajado que en los episodios anteriores, pero nada que nos obligue a dar más de un par de vueltas. Siendo justos, tampoco es la intención del desarrollador la de crear un videojuego que pretenda ser un reto. El objetivo es estar entretenidos mientras exploramos el surrealista mundo de Flamingo’s Creek.

Los dos puntos negros restantes van ligados entre sí: problemas jugables y bugs. No sabría decir dónde acaba uno y comienza el otro. Al margen del desastroso control del carrito de golf ya comentado, los perennes problemas de los episodios anteriores para controlar a Watracio siguen presentes. Atravesamos zonas imposibles, quedamos bloqueados en caminos teóricamente abiertos, algunos comandos no responden con rapidez…etc. No arruinan la experiencia y acaban por ser simples molestias, pero están ahí y no son una novedad.

Conclusión.

Como comentaba en párrafos anteriores, es inútil puntuar Baobabs Mausoleum. Puedes hacer un elenco de los aspectos positivos y negativos o puedes intentar evaluar los diferentes apartados numéricamente y sacar la media. Nada de eso sirve. Es un videojuego cuyas virtudes, si encajan contigo, te harán perdonar y olvidar cualquier fallo. Es un experiencia extraña y única que sólo podrás comprender si la pruebas. Personalmente, me ha encantado. He disfrutado – casi – todos los momentos de las aventuras de Watracio, me he reído como pocas veces y recodaré este juego como una de las cosas más excéntricas y entretenidas que he tenido la oportunidad de jugar. Sólo espero que esto no sea el final y que algún día podamos volver a Flamingo’s Creek. Población: 64 habitantes.

Review episodio 1: Ovnifagos Don’t Eat Flamingos
Review epsiodio 2: 1313 Barnabas Dead End Drive

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Autor

Pese a mi continua obsesión con la literatura, los videojuegos y el deporte, logré acabar mis estudios de filología. Resido en Italia y adoro la pizza.

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