Análisis de Hoppy Hop: un precioso reto arcade

Josyan vuelve a la carga con un proyecto arcade muy divertido

Me encanta encontrarme en esta época moderna de resoluciones 4k y modelos poligonales ultra detallados, videojuegos que vuelven al precioso pixel-art. El que realmente lo empezó todo. El pixel es la mínima expresión visible de un videojuego y, cuando se combina con maestría, da unos resultados realmente bonitos como lo es en el caso de Hoppy Hop, el nuevo videojuego que ha publicado Josyan.

¿Cómo de indie?. Muy pero que muy indie

Ah Josyan ya lo conocemos de bastantes obras de autor muy interesantes como lo fue su anterior juego UnderDungeon, una vista hacia su yo interior, a los miedos de enfrentarse a una vida que cada vez pide más de nosotros mismo. Un juego muy de nicho y muy personal que dejaba ver también la maestría del creativo a la hora de crear puzzles interesantes y una historia muy elaborada. Pero no solo de grandes historias vive el indie y es que, como ya ha demostrado este desarrollador en muchas ocasiones, es que un videojuego arcade puede dar muchísimo de si sin necesidad de contar con mil lineas de texto.

Hay que decir que Josyan esta vez ha ido con todo su buen hacer hacia las plataformas posibles y ha autopublicado Hoppy Hop tanto en Steam como en las consolas Xbox One, Xbox Series (llegará un poco más tarde a las de Microsoft) y Nintendo Switch sin el apoyo de ningún publisher de por medio, un trabajo que realmente lleva muchísimo esfuerzo y que seguramente le habrá consumido más de lo que jamás estará dispuesto a admitir. Ha hecho una labor titánica para sacar un videojuego con rankings mundiales, característica para nada sencilla de lograr.

Hoppy Hop llega en un momento idóneo donde el mercado está completamente saturado de grandes juegos con múltiples finales, chorrocientas armas distintas y subidas de nivel para los personajes. Aquí hasta los menús son reducidos para que simplemente juguemos. Porque es lo que queremos, ¿verdad?. Encender nuestra Switch y jugar una partida sin complicaciones.

En Hoppy Hop se nos cuenta la historia de este gracioso conejillo de nombre Hoppy, que va por el campo con su almuerzo: una enorme zanahoria con una pinta deliciosa. El conejillo encuentra un lugar tranquilo para disfrutar de tal manjar y claro, después de semejante comilona, lo que el cuerpo le pide al pobre Hoopy es dormir una siesta de pijama y orinal. Pero es cuando el dulce conejillo despierta cuando se da cuenta de que realmente no sabe donde está y tampoco sabe como volver a su hogar.

¡Salta Hoppy, salta!

No hay mucho más que relatar de su historia como ya habéis podido leer. Es ahora cuando empieza lo bueno: enfrentarse a los niveles que nos meterán en más de un aprieto. Si que es cierto que Hoppy Hop es un juego arcade pero tranquilo todo el mundo porque, a pesar de llevar por bandera ese género tan amado y odiado a partes iguales, es un juego muy accesible y que para nada llega a frustrar.

Aquí solo tendremos que saltar de bloque en bloque, nada más. Lo que pasa que, como buen arcade, busca la manera de hacernos pensar en los puntos que sacaremos al completar cada nivel por lo que, si encadenamos saltos con el mismo tipo de terreno, iremos sumando más puntos. Pero si la cadena se rompe al saltar sobre otro tipo de terreno, volveremos a sumar pocos puntos. Esto hace que busques siempre la manera de hacer en tu cabeza el recorrido perfecto para cada uno de los niveles en Hoppy Hop. Será primordial buscar la manera de recorrer dichos niveles para aprovechar al máximo el número de combos por terreno y así dejar una muesca en el tablero de puntuaciones del juego.

En cada nivel aparecerán diferentes chuches que podremos coger para conseguir una mayor puntuación pero también aparecerá un power-up que nos dará una velocidad mucho mayor: la zanahoria brillante. Al cogerla podremos movernos mucho más rápido que los enemigos del nivel y nos hará invulnerables durante un pequeño periodo de tiempo.

Pero no lo tendremos del todo fácil porque por cada uno de los niveles también tendremos que esquivar los ataques de algunos enemigos. Algunos son enemigos pasivos como unos alegres pajarillos que simplemente vuelan de un lado a otro del nivel. Con evitarlos bastará para que no nos quiten un punto de salud. El problema entra cuando, por poner un ejemplo (y no quiero mirar mal a nadie) el Zorro de la pradera aparece con su escopeta. Este astuto animalillo no solo vendrá a por nosotros y será incluso capaz de arrinconarnos sino que también disparará de vez en cuando su trabuco con el que nos puede también llegar a darnos caza. Es cuestión de aprender cuantas veces se mueve y cual es su patrón pero si que es cierto que es capaz de jugartela si no andas fino.

Hoppy Hop no es un juego especialmente largo y en menos de una hora puedes acabarte todos los niveles pero otra cosa muy distinta es querer dejar huella en el tablero de puntuaciones el cuál si que supondrá un reto digno de los dioses. Si que es cierto que se echan de menos más tipos de mundos o más niveles puesto que los que tiene son muy creativos y te dejan con ganas de jugar más ya que los niveles de bonus tampoco es que añadan mucho más al juego en si. Cambian la perspectiva cenital por una lateral en la que tendremos que recoger todas las zanahorias antes de que se nos acabe el tiempo.

Pixeles precioso acompañados de una estupenda bso

En cuanto al apartado técnico a Hoppy Hop no se le puede reprochar mucho puesto que el pixel-art es precioso y los niveles, planteados como pequeños dioramas, son realmente bonitos. Al sonido Josyan ha vuelto a contar con la hábil batuta de Bibiki quien ya tiene un curriculum muy extenso en cuando a bandas sonoras de videojuegos se refiere. Aquí nos deja unas perlitas de esas que tienen el bucle perfecto y que nos acompañan a lo largo de la aventura incluso relajándonos (la de la pradera me gusta muchísimo y no se me va de la cabeza).

https://www.youtube.com/watch?v=nUaxuUdpQFQ

Conslusiones

Hoppy Hop es un gran juego arcade. Si que es cierto que no es demasiado largo (o quizás es que de lo divertido que es se hace demasiado corto, que también es posible) pero, por el precio que tiene, es una de esas experiencias aptas para toda la familia que te saca una sonrisa de oreja a oreja. Los niveles tienen un diseño muy bonito y están pensados para que los intentes resolver consiguiendo la mayor puntuación posible, tarea nada fácil y que nos llevará al limite si queremos entrar en el salón de la fama. Una propuesta sencilla y muy divertida a la que siempre apetece echarle “cinco duros” para jugar una partidita más y ver hasta donde llegas.

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