Análisis de Ziggurat 2: ni un segundo para pestañear

Ziggurat 2: una experiencia mágica en muchos sentidos

El mercado de shooters en primera persona está muy bien nutrido e incluso ha llegado a estar muy saturado en algunos momentos pero nunca antes había jugado a algo como Ziggurat 2. La secuela de esta saga perteneciente al estudio asturiano Milkstone Studios consigue dar mucho a cambio de muy poco y eso es de alabar aunque una cosa he de dejar clara: me hago mayor y ya me mareo con este tipo de juegos. Cosas de la vejez a parte, vamos a hablar de la experiencia que ofrece este roguelite en primera persona.

Ziggurat 2 no se anda con tonterías. De buenas a primeras te cuenta la historia y como se ha ido todo al traste en cuestión de horas. Como integrante de la orden de magos tu misión será destruir a todos los monstruos que han conseguido escapar y que están liándola por distintas partes de la región. Es una urgencia y el juego te lo hace saber rápidamente puesto que te pone a los mandos y te lanza al ataque.

¿Cómo es una partida en Ziggurat 2?

Prepárate una tila porque vas a necesitar calmar el cuerpo a cada pocos segundos. Así es una partida a Ziggurat 2 y el juego lo sabe muy bien. Pone a nuestra disposición un control exquisito y muy rápido donde los reflejos lo son casi todo. Es buena opción jugarlo tanto con teclado y ratón como con un mando (yo lo he jugado con un Hori de Nintendo Switch) dando al jugador siempre todo lo que necesita en cada momento. Viendo su temática podrías pensar que un juego con varitas y hechizos podría ser más pausado pero en realidad aquí el juego siempre te pone entre la espada y la pared exigiéndote que tengas la varita a punto para asestar un golpe crítico y zafarte de los enemigos con un dash.

Tiene tanto de shooter como de plataformas y eso lo deja bien reflejado en sus combates puesto que, dependiendo de la sala en la que nos encontremos, tendremos que hacer más uso de nuestras habilidades para buscar buenos puntos de ataque. Una de las cosas que más me ha gustado de Ziggurat 2 es la verticalidad de sus niveles que, sin llegar a ser una característica predominante y que te rompa las ideas, añade un punto muy interesante a los combates, proporcionándote nuevas posiciones dentro de las distintas salas.

Dame la varita y aparta

Me gustaría hacer especial hincapié en la variedad de armas que tenemos a nuestra disposición en Ziggurat 2 donde no solo usaremos varitas. Tendremos también poderosos libros de hechizos de diferentes elementos y armas de alquimia muy destructivas (hay un cañón que dispara bolas venenosas que me vuelve loco). Hay variedad, mucha variedad y, aunque poco a poco se van desbloqueando y a veces parece que no va a aparecer nada nuevo, siempre te demuestra que tiene otro as bajo la manga.

También podemos potenciar las armas dentro de la propia partida ya que, al subir de nivel y utilizando la ventaja correspondiente, conseguiremos dar más poder a según que arma. Cada una de las armas utiliza un tipo de mana distinto el cuál iremos recargando siempre y cuando los enemigos suelen ese tipo al ser derrotados. Aunque si que es cierto que nunca nos quedaremos vendidos puesto que nuestro arma primaria que es de tipo varita no se acaba nunca pero si que llega a un límite donde disparará más despacio y tendremos que esperar para que se recargue por completo.

Como ya he dicho más arriba, Ziggurat 2 cuenta con un combate muy dinámico en el que correr, impulsarse o saltar hacia un saliente para escalar a otra altura será algo muy habitual puesto que los enemigos no nos darán tregua y es muy aconsejable no parar de moverse constantemente. Decir que la dificultad pega un buen subidón si pasamos de fácil a normal y mucho más si pasas ya al nivel de difícil donde el dolor formará parte de tu día a día, partida tras partida. Aconsejo comenzar con un nivel más bajo de dificultad para familiarizarse con los controles y con la velocidad del propio juego que ya os aseguro no es nada fácil dominar de primeras.

Eso si, una vez dominado el control recomiendo subir la experiencia a un nivel un poco más alto ya que los enemigos nos van a poner a prueba constantemente y no van a ser muñecos “recibe-disparos”. Las batallas contra los bosses son ya harina de otro costal y cada uno de ellos nos ofrecerá un reto muy distinto al anterior. Algo que me ha gustado mucho también es que, aunque sean mapas generados de manera aleatoria, la historia tiene un buen transfondo y poco a poco te vas metiendo en su Lore que, con cada una de las etapas, va contando mucho más sobre el mundo mágico.

Chispas, llamaradas y bloques de hielo

Toca hablar del apartado técnico de Ziggurat 2 el cuál me ha sorprendido gratamente y es que, a pesar de la velocidad constante de las partidas, todo está lleno de efectos, explosiones y constantes ataques de muchos elementos distintos que pueden llegar a a adornar de luz y color cada una de las estancias en las que combatimos. Algunos niveles llegan a sorprender por su amplitud y es que, mirar hacia arriba y ver una gigantesca cúpula llena de candelabros colgando y entre los que aparecen algunos enemigos voladores de esos que atacan a traición. Gráficamente es un espectáculo. El apartado sonoro acompaña sobradamente aunque, os voy a ser sincero… yo lo he jugado escuchando metal duro (yo que se… me encanta darle caña a la caña).

Conclusiones

Ziggurat 2 es una explosión para los sentidos. A medida que avanzar vas desbloqueando nuevas armas, nuevas mejoras y nuevos personajes. Nunca para de dar contenido al jugador y eso es algo de agradecer. A parte, si no quieres continuar la campaña porque se te atraganta alguna misión, puedes siempre jugar a los demás modos que tiene para batirte en duelo contras los demonios de una manera mucho más arcade. A día de hoy podéis encontrar el juego en todas las plataformas e incluso en edición física en algunas de ellas así que, si os gustan los Shooters en primera persona con una jugabilidad endiablada, mucha velocidad y mucha magia, no podéis dejar escapar este roguelite porque os va a dar muchas alegrías.

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