Hay un momento en la vida de todo jugador donde desarrolla un sexto sentido para encontrar aquellas propuestas que sabe a ciencia cierta que le van a gustar. No solo ocurre con los videojuegos. El cine, las series o la literatura, también son parte de este “sentido arácnido”. Temáticas, ambientaciones o simples características de una obra que nos atraen como una polilla a luz.
Un estímulo irremediable que no sabemos explicar, pero que siempre acaba llevándonos hasta premisas que comparten similitudes. A veces, ni siquiera somos conscientes de ello, hasta que una obra nos muestra por que disfrutamos con un determinado concepto. Tengo que confesaros que mi revelación ha sido American Arcadia; el concepto han sido las distopías.
Creedme cuando os digo que darme cuenta de esto, me ha torcido un poco el día. No me malinterpretéis, nada tiene que ver Out of the Blue en todo esto. El enfado radica en mi mismo, debido a la poca atención que he mostrado a una temática que me mueve y me hace “cosquillas en el cerebro”.
Sin embargo, las evidencias estaban ahí desde siempre. No puede ser una casualidad que una de mis obras cinematográficas favoritas sea The Matrix, que ame tanto la literatura basada en mundos repletos de zombis o que lleve tatuadas las cadenas de Jack, protagonista de Bioshock. Joder, eran demasiadas evidencias.
Por eso, de manera inconsciente, estaba deseando poder ponerme a los mandos de American Arcadia, aguantándome las ganas de acercarme a su propuesta. Intuía que la fórmula creada por el estudio madrileño tenía todos los ingredientes que busco a nivel narrativo, creando una premisa que podríamos tachar de manida pero con una entidad y personalidad propia que la hace destacar entre otras del género. Estaba deseando recorrer huir de Arcadia; la espera ha merecido la pena.
Corre, Trevor, corre
Distopía. Según la RAE es una «representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana». Para lograr esto tiene que haber un contraste de poderes, donde un régimen totalitario tiene que controlar a una parte considerable de la población, utilizando cualquier modo de opresión en el camino (religión, política, ciencia, etc.)
No siempre tiene que ser una represión consciente o violenta como bien nos enseñó El show de Truman, a veces simplemente hace falta retorcer un poco la narrativa para plantear nuevas posibilidades en base a los mismos conceptos, utilizando para ello conceptos de la época actual para retratar una situación, a menudo con tintes sociales. Esto mismo es lo que ha hecho American Arcadia.
Asomarse a la ventana narrativa que nos brinda Out of the Blue es encontrar un oasis de referencias distópicas, desde las más obvias a las más rebuscadas. En cada rincón, el equipo ha dejado muestras de que siente pasión hacía este concepto, tanto como para crear una oda al género utilizando premisas existentes a favor de su propia narrativa. Puede que no inventen nada que el género no haya explorado en múltiples ocasiones, pero sabe coger las referencias necesarias para crear una narrativa redonda que funciona, engancha y emociona desde el primer minuto que conocemos a nuestros protagonistas.
Estoy seguro de que se va a tender a definir a American Arcadia como un Show de Truman actualizado a nuestros tiempos. No es erróneo, por otra parte. Aunque definirlo de esta manera sería solo rascar la superficie de lo que puede ofrecer el juego a nivel narrativo.
En esencia es lo que ofrece, una visión modernizada de una sociedad vigilada y controlada para el disfrute de unos espectadores a través de una pantalla. Sin embargo, la diferenciación entre las obras la marca el tiempo que ha trascurrido entre ambas. La retransmisión a través de la televisión de la vida de una sola persona ha evolucionado. Ahora no solo seguiremos a nuestro particular Jim Carrey, si no que podremos seguir a cualquier ciudadano a través de nuestros móviles. La guerra de audiencias, de popularidad y de likes ha convertido el programa en un juego, uno retorcido en el que las cifras deciden el transcurso de las vidas de cuantas personas habitan en Arcadia.
Aquí es donde entra en juego nuestro protagonista. Un hombre anodino, con una vida sencilla y repetitiva; un cliché andante, al que Arcadia se le queda demasiado grande. Comenzar de esta manera la historia, no hace más que hacernos empatizar con Trevor Hills, el cual se verá envuelto en una huida sin retorno, por motivos que escapan completamente a su control. Los sucesos extraños alrededor de nuestro personaje sumado a la rutina parcialmente adulterada desembocan en la desaparición de un compañero de trabajo que pone en alerta a Trevor, puesto que la explicación dada por Arcadia no encaja en su esquema mental.
Con este planteamiento, American Arcadia comienza a tejer una narrativa donde el mundo de Trevor se va desmoronando y, a su vez, se van añadiendo elementos conocidos del género que forman parte de un todo.
No solo tendremos una premisa tan potente como la que propone de base, sino que durante toda nuestra aventura tendremos referencias constantes a obras como Matrix, 1984, Blade Runner, The Boys o incluso a Los Miserables (no puede ser una coincidencia que el policía que nos persiga sin tregua se llame Javert). Guiños e influencias que convierten al título en una oda al género, bebiendo de sus influencias y creando una propuesta con entidad propia que engancha por si misma de principio a fin.
De referencias a posible referente
Si bien American Arcadia basa la mayor parte de su propuesta en la narrativa del juego, su apartado jugable debe ser el vehículo por el cual todo lo que intentan contarnos tenga sentido. Con Call of the Sea, el estudio ya nos dejó ver el potencial que podían llegar a tener al crear con un juego basado en puzles. Sin embargo, Out of the Blue ha tomado una decisión arriesgada, creando dos conceptos jugables que se turnan para poder tener una progresión narrativa. Si bien Trevor tendrá la mayor carga al contar los sucesos del juego, también contaremos con Angela Solano, una técnica que trabaja para American Arcadia, decidida a sacar por todos los medios a Trevor.
Esta unión crea dos experiencias de juego totalmente diferentes y que, en muchas ocasiones, tendremos que utilizar a la vez. Con Trevor conoceremos la mayor parte de la historia, con momentos en los que el juego se convierte en una especie de walking simulator, mientas nos desplazamos por todos los preciosos escenarios en 2.5D de toda American Arcadia. Además, él será el protagonista de los momentos de huida, donde tendremos que superar todos los obstáculos que nos pongan en el camino con la ayuda de Angela para poder salir con vida.
Por su parte Angela se tendrá que enfrentar a todos los puzles, siendo su herramienta de hacking el late motiv de su propuesta jugable. Ponernos en su perspectiva será volver a la vista en primera persona, donde tendremos que enfrentarnos a multitud de puzles, utilizando su habilidad para el hacking y así poder ayudar a Trevor a huir de Arcadia. Esta sinergia origina momentos en los que Angela tendrá que piratear el sistema y los dispositivos del programa para poder ver a Trevor por las cámaras y así cambiar el entorno para ayudar a que Trevor continúe con su particular huida. Momentos en los que tendremos que unir ambas jugabilidades dando como resultado una jugabilidad híbrida que da un toque cinematográfico al título.
Arcadia está viva
Si American Arcadia atrapa desde el primer momento es por el gran trabajo que hay en su apartado artístico y sonoro. La combinación de ambas da como resultado una ambientación única que nos ancla a los años 80 y le otorga entidad a toda la obra. El trabajo detrás de crear esta Arcadia anclada en el tiempo es lo que da sentido y envuelve a todo lo que hay detrás de este juego.
Me atrevo a decir que gran parte de la magia reside en el esmero con el que el departamento artístico y sonoro ha creado una recreación perfecta de elementos que dan sentido a Arcadia tal como es, tanto en su intento por anclarlo a una época concreta como en el momento de tener una entidad propia. Una constante en toda nuestra aventura, puesto que no habrá ningún momento en el que los entornos, la ambientación, así como los fondos o los elementos interactuables, no dejen de sorprendernos. Arcadia se siente viva aunque la acción no involucre a Trevor directamente.
Sentirla viva, nos hace sumergirnos más en su propuesta. Saber que somos parte de Arcadia y que nuestras acciones están ocurriendo en un mundo vivo y cambiante, nos atrapa sin remedio. Creo que, sin alguna duda, American Arcadia debe mucho a su increíble trabajo a la hora de dotar de una entidad propia a todo lo que rodea a la propia concepción de la ciudad.
No se si en algún momento alguien del equipo creativo de Out of the Blue leerá estás líneas. Si lo hacen solo puedo daros la enhorabuena por el trabajo que habéis hecho. Debéis estar muy orgullosos de haber podido crear vuestra propia visión de un mundo distópico, abrazando cada elemento y referencia posible como si fuese una parte más del universo Arcadia, creando algo tan único como extraordinario.
American Arcadia
Sin duda alguna American Arcadia se ha colado entre mis favoritos de este año. Su propuesta me ha atraído por su apartado artístico, me ha hipnotizado por su la construcción de su universo y me ha terminado de enamorar por su narrativa. Su distopía es el resultado de una construcción ingeniosa, utilizando las piezas que tantas otras obras nos han ido mostrando a lo largo de los años. Esa creación nace del amor puesto por Out of the Blue en todo lo que desarrollan y sobre todo, en la comprensión del género mucho más allá de la superficie.
Da gusto ver cuando ocurre esta conjunción de elementos. Donde yo esperaba encontrar una propuesta parecida a Call of the Sea, he descubierto un auténtico thriller, con las dosis justas de jugabilidad y narrativa balanceadas con mucho ingenio, brillando en sus dos apartados. Da igual si juegas a American Arcadia por su ambientación, su temática o su jugabilidad. Te va a atrapar desde el momento en el que presiones “Comenzar” en el menú de inicio.
Después de jugarlo, reposarlo y volver a rejugar algunas partes, me siento orgulloso y halagado. Orgulloso por que, aunque se que no formo parte de nada que tenga que ver con el desarrollo de ninguno de los juegos que he podido jugar este año, ver como cada vez más estudios, con tanto talento, lanzan obras maestras como esta, me hace sonreír. Halagado porque confíen en mi para probar títulos que se van a convertir sin duda alguna en mis juegos de referencia. American Arcadia ya lo es. Estoy seguro de que también será el vuestro.
Autor
Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira.
Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos. De mayor quiero ser un gran pirata.