No ha sido fácil escribir este texto. Pocas veces he tenido que enfrentarme ante un producto tan extraño, indescriptible y que me haya producido un desconcierto tan grande en el mundo del videojuego. Es de esas experiencias que necesitas completar y dejar reposar para que el tiempo y las reflexiones posteriores te vayan dejando claro la sensación final. En mi caso es muy positiva
Este año ha sido muy prolífico en Steam, un gran porcentaje de los juegos que componen esta plataforma han salido en 2016. También muchos con sello español, dentro de ellos Mr.Shadow desarrollado por la compañía ByComb.
Mr.Shadow es una aventura gráfica 2D en la que controlamos a un pequeño niño que se ve arrastrado a un mundo de sombras mientras estaba tranquilamente en su habitación. Nuestra misión será guiarlo en ese mundo lleno de seres extraños y oscuros para que consiga evitarlos y salir ileso.
Argumentalmente Mr. Shadow es un caso peculiar. Si tuviera que definirlo con una palabra sería “desconcertante”. No encontraremos muchas propuestas parecidas, aunque el tema de las sombras nos recordará a una pequeña joya como Limbo.
Encontramos una base argumental bastante clara y sólida: manejamos a un niño que está tranquilamente en su cuarto hasta que la oscuridad, encarnada por una inquietante sombra con una máscara (que recuerda al fantasma del viaje de Chihiro) se hace con el control y encierra al niño. Hasta aquí todo es más o menos normal. Pero conforme profundizamos en los niveles parecemos entrar en una espiral de acontecimientos extraños, desconcertantes, casi aleatorios, que será casi imposible de ordenar y relacionar con lógica. Algo que no es negativo en absoluto, es simplemente una forma diferente de narrar, pero que puede no gustar a muchos jugadores.
Estos acontecimientos, tan extraños e imprevisibles nos entrarán por la retina y nos impulsarán a jugar más y más para ver que más cosas pueden pasar. Para descubrir que locura nos espera en el siguiente movimiento. Intentaremos buscar lógicas, que quizás ni existan, entre los sucesos de la narración hasta que caeremos en la cuenta de que Mr.Shadow, debajo de su inicial premisa argumental, es una historia que cada uno puede leer de una manera; donde quizás no sea necesario preguntarnos el porqué de las cosas, sino simplemente ver como se producen y disfrutar de ello.
Obviamente si analizamos cada movimiento del personaje, capítulo a capítulo, examinando minuciosamente cada situación, podremos llegar a encontrar cierto hilillo argumental dentro del aparente aleatoriedad (de lo contrario sería imposible completar el juego), pero la gracia es no hacerlo.
Este especial estilo argumental tiene una consecuencia muy negativa en la jugabilidad: es muy difícil. Normalmente una aventura gráfica tiene el peligro de caer en que los puzzles o las combinaciones de objetos sean demasiado alocadas y que sea imposible para el jugador encontrar la solución de forma lógica y razonada. Es complicado medir bien la dificultad, pero aquí directamente es extrema. El hecho de que los escenarios, los objetos, las combinaciones y los puzzles sean tan extraños y caóticos provocan que el jugador muchas veces tenga que recurrir a mezclar todo con todo hasta dar con la clave. Con mucha frecuencia no hallaremos la solución al problema gracias a nuestro intelecto, sino gracias a la suerte o a ir probando por todo el escenario.
No es tampoco una aventura gráfica al uso. No tenemos un inventario con objetos ni nada similar. Hay ciertos elementos que podemos usar en el momento y los veremos claramente porque los podremos coger, pero otros simplemente se activarán haciendo click en el momento justo.
Personalmente he sufrido bastante para completarlo y no han sido pocos los momentos en que me he frustrado por no encontrar el punto donde estaba la solución o la combinación exacta. En ciertos momentos te sientes como el niño del videojuego, interactuando con todo sin tener ni idea de lo que estas haciendo ni por qué.
Si el argumento era desconcertante cuanto menos, el aspecto técnico va totalmente en consonancia. Tendremos escenarios estáticos, muy bien dibujados, con una temática muy oscura, algunos prácticamente indescriptibles. En estos escenarios se moverán unos seres totalmente negros, sin ningún tipo de matiz en sus texturas, que son las sombras. Y en este contexto está nuestro personaje, vestido de blanco, prácticamente el único ser de este color, que poco a poco va “viajando” y coloreando un poco el mundo. Y cuando aparece el color lo hace de forma chillona, con colores cálidos que rompen totalmente con la temática e iluminan toda la pantalla, como cuando una luz se enciende en una habitación oscura.
Gráficamente Mr. Shadow es bonito, es muy bonito. Los contrastes entre sombras, colores chillones y la forma en que se mueve nuestro protagonista es muy agradable. Al principio puede parecer que no encajan elementos tan diferentes, pero en cuanto nos adentramos en el peculiar universo de este videojuego, nos gustará.
Más importante incluso que el apartado gráfico, es el apartado sonoro. Y más que la banda sonora, es el uso de los sonidos y efectos lo que acaban de dar un acabado de mucha calidad. En todo momento escucharemos sonidos que reverberan, con un eco que nos hace pensar que quizás estemos viviendo o jugando el sueño del pequeño protagonista. En todos los capítulos encontraremos pequeños detalles, como escaleras que suenan como un arpa que nos acariciarán y estremecerán a la vez.
Conclusión. Mr. Shadow es un juego que o te gustará o no jugarás ni media hora. Su propuesta es extraña y casi única. Desde el argumento hasta su apartado técnico, todo se mueve en un ambiente casi onírico donde no sabemos exactamente que está pasando, solo sabemos que es bonito. Pese a su desmesurada dificultad, el juego te ofrece solo 7 niveles que podrás completar en poco más de tres horas, una duración bastante escasa. Pero si te gusta, lo jugarás varias veces.
Versión analizada: PC (Steam)
Autor
Pese a mi continua obsesión con la literatura, los videojuegos y el deporte, logré acabar mis estudios de filología. Resido en Italia y adoro la pizza.
