Si hay que nombrar una película que revolucionó el cine moderno, sin ningún tipo de duda esa es Matrix, sobre todo por el denominado «tiempo bala». Muchas películas intentaron copiar ese efecto, y una de las pocas que lo lograron con cierta personalidad fue Wanted, adaptación muy poco fiel del cómic de Mark Millar. Lo que más destacó fue la forma en la que disparaban los protagonistas, ya que tenían un control absoluto sobre la trayectoria de la bala. Una idea así no se podía quedar sin videojuego.
La historia del videojuego nos sitúa justo después del final de la película, donde controlaremos al personaje de James McAvoy siguiendo con su venganza y de vez en cuando también controlaremos a su padre en unos flashbacks. El argumento de Weapons of Fate es simple y predecible, aunque tiene un mérito: mete elementos del cómic original en el universo de la película, lo cual será toda una alegría para los fans de ambos.
En el apartado visual tiene una de cal y otra de arena: a pesar de ser muy espectacular (ya desarrollaré esto más adelante) y de tener un juego de cámaras muy destacable, tanto las texturas como el detalle de los escenarios peca de simple, además de rozar el ridículo por momentos. ¿A qué vienen esas decenas de bombonas de butano colocadas estratégicamente en la entrada de un monasterio? ¿No es extraño que hayan tantas vigas donde poder cubrirse alrededor del malo al que hay que matar?
Sonoramente es cumplidor. Música correcta a la hora de ambientar, frenética en los momentos de mayor acción y con un tono gamberro en los créditos, al igual que en la película. El doblaje es algo irregular, ya que aunque las voces de los protagonistas cumplen, los enemigos no tienen el acento que se supone que deberían de tener respecto a su nacionalidad.
Wanted: Weapons of Fate se basa única y exclusivamente en su jugabilidad. Al contrario que pasa en otros juegos como Scourge Outbreak, utiliza elementos de otros videojuegos, pero les da la vuelta para hacer algo completamente único. Para resumirlo rápidamente, manejaremos a nuestro protagonista como si se tratara de un shooter en 3ª persona como cualquier otro, con sus coberturas y todo, con la excepción de que aquí existe la opción del «disparo con efecto».
Los disparos con efecto suponen toda una novedad en este tipo de juegos, ya que no todo se rebaja a disparar a todo lo que se mueva, sino que además también consiste en eliminar a aquellos que se esconden demasiado bien. Lejos de suponer una ventaja demasiado pronunciada respecto a los rivales, la gente de GRIN Barcelona lograron con mucho acierto hacer que fuera todo un reto utilizar este poder: mientras preparamos el disparo nos exponemos a los disparos enemigos, existen enemigos capaces de aguantar estas balas, tiene un uso limitado y atención, hay incluso algunos enemigos con capacidad de parar o esquivar las balas, todo en tiempo real, lo que hace que sea realmente espectacular.
Puede que no tenga ni los mejores gráficos, ni la historia más épica ni el mejor sonido, pero no hay ninguna duda de que Wanted: Weapons of Fate es muy espectacular, tal vez de lo más espectacular de la pasada generación de consolas, al menos si nos centramos exclusivamente en la relación botones que pulsamos/lo que pasa en pantalla. Desde las fases in rails hasta los enfrentamientos contra los jefes finales, en todo momento sentiremos tener un absoluto control sobre nuestro personaje, lo cual es mucho decir visto lo visto en videojuegos de la misma índole.
Es toda una pena que GRIN atravesara tan malos momentos en el momento que este título se puso a la venta, ya que de haber tenido más notoriedad, podría haber supuesto un antes y después en los videojuegos de acción. Que no se me confunda, no lo considero ninguna obra mestra, tiene una buena cantidad de fallos, pero cuando un producto como éste logra ser tan divertido, poco importa el resto de sus apartados.
Autor
Gamer, barbudo, cinéfilo, amante del metal extremo, lector, seriéfilo, escritor, crítico de comida de supermercado amateur, amante de los anacardos y barbudo otra vez.
Es curioso este juego porque entra en esa categoría de los que les rodea un halo de juego mediocre pero al final todo el mundo habla bien de él (con sus peros, claro).
Me has dado ganas de probarlo, a ver si me lo encuentro en alguna oferta tirado de precio y le doy una oportunidad.