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Hay gente que le gusta viajar a otros países, y otras personas que prefieren viajar al pasado. Si tú eres del último grupo y quieres una vuelta a los adorables años´90, SquidBit te trae la solución. Lords of Exile bebe de los primeros Castlevania, trayendo consigo esa magia que los títulos de Konami tenían. Por supuesto, implementan nuevas características como el apoyo de los demonios aliados, doble salto y una serie de características que se reciben muy bien. También deja atrás la dificultad exacerbada que tenían los juegos de antaño, por lo que puede ser una gran oportunidad de disfrutar de una joya “retro” sin frustrarse en el intento. Calienta los dedos y prepárate para meterle caña a Galagar.

Petoons Studio y Outright Games vuelven a la carga con una nueva entrega basada en las aventuras de la cerdita más conocida de la televisión. En esta ocasión, acompañaremos a Peppa Pig por una serie de países conociendo las culturas, paisajes y tradiciones de cada región. Un juego que está enfocado completamente a un público infantil, y eso se nota en la simpleza de sus controles y en la nula penalización si hacemos alguna tarea mal. Una experiencia agradable para que los niños se lo pasen bien, conozcan nuevas costumbres y se familiaricen con las ciudades más conocidas del mundo. Todo plasmado con el estilo visual tan característico de la serie y con el mismo doblaje que conocemos. ¿Ya has preparado la maleta?

Lástima que la duración y rejugabilidad estén en su contra. Una vez que acabemos la aventura (que nos durará en torno a una hora), poco más hay que hacer salvo conseguir todos los logros pendientes de completar. Si lo vemos como una breve experiencia más que un juego, seguro que la disfrutaréis mogollón. Y por supuesto, nos quedamos con un buen sabor de boca al ser el primer trabajo del estudio. Seguro que esto ha sido una buena puerta de entrada para seguir mejorando y desarrollando títulos igual de originales.

Dume Games Studio y Jandusoft sorprenden con una propuesta metroidvania muy amena y que entra genial, ya seas fan de estas mecánicas o no. Pese a que el mapeado es pequeñito en comparación con otras propuestas, todo el escenario está repleto de secretos que descubrir, zonas para hacer backtracking y lo que más me ha gustado: enemigos finales con los que medir nuestra destreza.

Puede que los enfrentamientos contra los final-bosses sean lo mejor y peor del juego. Son buenas porque cambian completamente el esquema de combate frente al resto de adversarios menores, pero su duración (y algún que otro fallo en la ejecución que tiene el juego) hace que repetir estos duelos sea algo tedioso. Por lo demás, estamos ante un producto muy completo, muy bien localizado y con la duración justa (unas 5-6 horas) para no caer en la repetición. ¡Larga vida a los cyberninjas!

Aquellos que quieran recordar viajas glorias de la conducción en los salones recreativos, seguro que ya conocen la propuesta de ViJuDa. La particular manera que tiene el juego de mostrar las carreras nos traerá bonitos recuerdos, aunque su creador le ha querido dar un toque más de profundidad gracias a un sistema de conducción muy estricto. Al principio puede que no podamos tomar bien las curvas, pero con paciencia y práctica le pillaremos el truco a cualquier giro.

Open House Games junto con Digerati nos brindan una aventura cortita pero apta para todo el mundo. Las plataformas, puzles y obstáculos a los que deberá enfrentarse nuestro héroe de papel Line serán pan comido gracias a sus dotes con la papiroflexia que tiene. Como si de una figura de origami se tratara, Line podrá transformarse en varias siluetas de celulosa que le permitirán sobrepasar los obstáculos que se interpongan en el camino. Y aunque haya varias formas, y cada una con una función particular, en todo momento sabremos cuál usar. Si queréis una propuesta amena de saltos y rompecabezas, no dudéis en adquirir A Tale of Paper: Refolded. Eso sí, en algo más de una hora ya la tendremos completada, y si te pasa como a nosotros, ahora estarás echando en falta una segunda parte con más desafíos, más contenido… y más papel.

La buena gente de Undercoders y Jandusoft nos trae una experiencia corta, precisa y rebosante de humor por todos los lados. Ya no sólo es divertido ver la llama saltar entre plataforma y plataforma, sino que es muy ameno ver todo lo que rodea a nuestra animal saltarín. Todo está lleno de referencias frikis, de menciones a otros juegos y series del momento. Además, aparte de saltar, tendremos otro tipo de fases con una jugabilidad diferente para que no se haga muy repetitiva la aventura.

Aquellos que disfrutaron del Rey de la Oscuridad en Aeterna Noctis seguro que ven con buenos ojos su próxima aventura. En esta ocasión, dejamos a un lado el estilo metroidvania para meternos de lleno en un rogue-like. Sin tapujos y sin adornos. Eso sí, Aeternum Game Studios ha querido dotar a su obra de un toque original, y esto viene dado por las semillas. Gracias a estas semillas y sus modificaciones, podemos moldear la aventura que vivamos, haciendo más difícil (o más fácil) nuestro periplo por los mundo que componen Summum Aeterna.

KanakStudio y Jandusoft nos traen una propuesta muy directa que engaña a primera vista. Lo que parece un título de rol, un rogue-like o un juego de combates con cartas al final resultar ser una propuesta basada en puzles. Si amigos, toca remover un poco las neuronas y encontrar la mejor manera de derrotar a los enemigos de cada mazmorra y conseguir salir de allí con vida.

DrimTiGames y Jandusoft traen a nuestras consolas una propuesta sencilla, directa y para toda la familia. Con sólo el stick direccional y nuestra precisión a la hora de impulsar a PumPum deberemos completar los objetivos de cada fase de la mejor manera posible. Su esquema de partidas cortas y concisas vienen genial para desconectar de otros juegos más densos, y debido a los cuatro modos que contiene Surface Rush, siempre encontraremos el que más nos apetezca.

Si queremos salir airosos de cada enfrentamiento tendremos que dominar muy bien las técnicas de nuestro personaje, y para eso deberemos elegir sabiamente la clase con la que empezaremos la aventura. No sólo eso, sino que el crafteo de materiales, equiparnos debidamente y explorar cada hueco en busca de nuevos objetos será fundamental en Souldiers. Toda una sorpresa pixel-art que os recomendamos si os gustan los retos, y una mezcla muy buena entre conceptos del pasado y mecánicas actuales.

Supongo que quien haya jugado a la primera parte encontrará fundamentos y motivos para adquirir esta continuación. Pero aquellos que vengan de nuevas como ha sido mi caso mejor que se abstengan. Y lo dicho, ya no es un problema narrativo donde uno no se entera de nada porque desconoce los antecedentes previos a esta nueva aventura. Es un problema de mal planteamiento jugable, o que no haya un hilo conductor o unos objetivos más claros que nos permitan interesarnos por lo que sucede en pantalla. Ojalá esto lo veamos subsanado en el nuevo trabajo del estudio.

¡Larga vida al Heavy Metal! Zerouno Games ha trasladado la esencia de las guitarras distorsionadas, los festivales de ultratumba y los pelos al viento a un twin-stick shooter adaptado para todo tipo de público. En algunos aspectos Metal Tales Overkill puede resultar genérico, siendo la temática metalera un mero adorno en la skin de los enemigos o en los objetos del escenario. Pero donde de verdad brilla es en los combates contra los jefes finales. En estos momentos la música cobra verdadero sentido, siendo un acompañamiento excelente a los intercambios de golpes que tendremos. Pese a sus defectos, estamos ante un título rejugable, con varios personajes seleccionables y con la posibilidad de poder jugar en cooperativo local.

Aeterna Noctis no es un juego para todo el mundo. Aunque hay muchos checkpoints que nos permite intentar la zona una y otra vez, su nivel de dificultad es elevado. Eso sí, elevado pero justo. El control del Príncipe de las Sombras es fluido, y si “metemos la pata” será por nuestra culpa y no por la del propio título. Si los desafíos no os achantan, y queréis acabar el año echando toda la carne en el asador, no os perdáis esta propuesta que se convierte en uno de los mejores juegos nacionales lanzados en el 2021. Sin duda, buena forma de acabar el año.

Onirike está muy vacío, con falta de elementos que doten de personalidad a cada zona. Si a eso lo acompañamos de un aspecto técnico que en ocasiones chirría, el resultado final queda empañado. Esperemos que estos defectos sean el empuje para una continuación más rica tanto en su apartado visual como en mecánicas.

Studio Koba ha logrado crear una propuesta única en su narrativa y en su apartado audiovisual. Narita Boy nos transporta a un universo virtual lleno de referencias a los tecnicismos de programación, hardware y software. Es más, el propio juego crea una filosofía digital muy profunda que cualquier “retro-freak” agradecerá. Y todo eso aderezado con un estilo visual ochentero, donde las aberraciones cromáticas, el coma y la borrosidad están a la orden del día.