DeVuego ES_COR

Pineapple: Una Dulce Venganza es un título que nos recuerda un mensaje muy importante: ante el bully, imponte e informa. Es muy entretenido y te mantiene atento a la pantalla los 40-50 minutos que dura. Hemos disfrutado como enanos y, pese a que nos hubiera gustado una mayor parte de historia y venganzas… ¡Lo hemos pasado genial!

PINEAPPLE: A Bittersweet Revenge quiere contar un mensaje claro y directo, el acoso escolar no debería ser un tema tabú, sabe comunicar sobre ello sin caer en la banalización, sus puzles son ingeniosos, pero algunos pecan de sencillez, y la duración general es muy corta, donde podrían extenderse en más contenidos importantes. Su diseño de arte está a un nivel muy elevado, por todo ello, es un título muy recomendable.

Pineapple es un jueguito para un rato. Es corto, para mi gusto demasiado. No llega a las 2 horas de duración, y eso porque un puzle me tuvo dándole vueltas a su solución. Si venís influenciados por sus dos juegos anteriores, ya os adelanto, que en esta ocasión vais a leer muy poco. El juego es un batiburrillo de minijuegos para lograr la ansiada venganza.

Los minijuegos van desde lo más simple a los revienta cráneos. Siendo cada uno de ellos único y particular: ir en monopatín por un restaurante, movernos por un cine a oscura e incluso meternos en la ficha de la biblioteca de La Bruja. Muchas de las pistas para estos minijuegos estarán en la agenda de la protagonista, aunque algunas de ellas son muy rebuscadas.

El juego no es complicado ni pretende serlo, es un juego que nos muestra la moraleja de una historia demasiado real. De como una persona se venga con piñas de su acosadora para hacerla pasar mal. Pagándole con su misma moneda. (Menos mal que fueron piñas y no otra cosa menos dulce. La estética de los 90´s con esos colores chillones y esa tipografía que nos recuerda a la serie Lizzie McGuire o Pepper Ann. Junto con una BSO de cancioncillas que nos van contando como se siente La Bruja. Este juego bien podía haber sido una serie de TV con cada día una venganza en forma de Piña. En definitiva, un juego pequeñito, pero que enseña mucho.