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Funk of Titans, saltos sin demasiado ritmo

Funk of Titans es el segundo videojuego desarrollado por los barceloneses de A Crowd of Monsters, estudio que se estrenó en el sector con Sugar Kid, un muy pulido título lanzado en Ios, y que ahora da el salto a Xbox One con la historia de Perseo, Dios del funk.

Lo primero que llama irremediablemente la atención al ponernos a los mandos es la sensación de estar ante un videojuego para móviles que ha sido llevado a una consola de nueva generación: interfaz, desafíos, desbloqueables y, sobre todo, el género elegido. Esto supone, además, que el aspecto técnico del juego no sorprenda en ningún apartado y, de ningún modo, justifique su presencia en una consola como es Xbox One. En el lado positivo de la balanza nos encontramos, eso sí, ante un diseño artístico que mezcla distintas referencias  con cierto tino y es bastante llamativo y gracioso.

Funk-of-Titans-2

Metiéndonos en harina, el principal problema de Funk of Titans se deja ver en las primeras partidas. Si uno ha jugado a varios endless runner pronto cae en la cuenta de que el juego de A Crowd of Monsters no termina de diferenciarse ni sabe imponer mecánicas que rompan con lo visto en decenas de títulos como Rayman Fiesta Run, por poner un ejemplo. Nuestro objetivo es, mientras el personaje se mueve automáticamente, saltar y golpear en el momento justo. Durante los tres mundos por recorrer no nos quitaremos de encima la sensación de estar ante una curva de dificultad realmente plana y que torna la experiencia en algo monótono y sin demasiadas variaciones más allá de añadidos en ciertos niveles como plataformas móviles o mecanismos que activar. Es realmente sencillo completar el juego y es algo que no debería llevar más de tres horas a no ser que queramos sacar nuestra vena completista, recogiendo los 100 vinilos dorados de cada nivel (moneda del juego que podremos utilizar para comprar simpáticos objetos de personalización) y encontrando la cabeza de Pegaso oculta sin recibir ningún golpe.

En el transcurso de la historia tendremos que luchar por liberar los mundos corrompidos por el pop, el rap y el rock para hacer que el funk predomine. Cada uno de estos mundos, de diferente ambientación, contará con 13 niveles en los que encontraremos dos combates especiales, uno con un grunt y otro con el jefe final del mundo en cuestión, que se resolverán mediante poco inspirados QTE’s que, de nuevo, es difícil que nos supongan un reto. Llama la atención, si tenemos en cuenta el planteamiento, la escasa y poco variada selección musical que se puede escuchar en los distintos mundos: en todos escucharemos piezas funk y los estilos musicales que dan nombre a los mundos sólo tendrán su representación en el tema que acompaña el enfrentamiento con el jefe final. ¿Por qué si nuestra misión es liberar dichos mundos del influjo del pop, el rap y el rock se escucha funk en la práctica totalidad del juego?

http://youtu.be/kAR3Z0gBqgw

Salvo honrosísimas excepciones como Bit Trip Runner, el de la carrera infinita es un género que no termina de encajar en una plataforma de sobremesa y el caso de Funk of Titans no es una excepción. No demasiado longevo, de desarrollo plano y tímido a la hora de proponer un reto, el juego de A Crowd of Monsters cuenta con una estética simpática y podrá entreteneros las primeras partidas pero será, difícilmente, un juego al que volver o que recordar una vez terminado.

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Autor

Proyecto de game designer y apasionado de los videojuegos que lleva un lustro escribiendo sobre ellos, entre otras muchas cosas.

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