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Sushi for Robots, puzles en crudo

Me encanta volver a ver el género de puzles tan vivo. A decir verdad, nunca ha estado muerto para los amantes de un género que siempre ha tenido muy buena acogida dentro del mundo de los videojuegos. La sensación de encontrarte delante un problema y resolverlo tras varios intentos (o incluso a la primera), ha sido siempre el reclamo a los que muchos fans nos hemos aferrado con el paso de los años.

Un género que ha resistido a las oleadas de nuevas propuestas que lo han dejado marcado con la etiqueta de “nicho”. Es por ello que me alegra ver como muchos desarrolladores siguen avivando la intensa llama de los puzles y me hace seguir creyendo que hay un futuro para este tipo de juegos.

Devil Dice, uno de los primeros juegos de puzles que recuerdo

Este párrafo me sirve como introducción para remarcar que Sushi for Robots ha llegado en un momento clave para el género. Su planteamiento hace lo justo y necesario para que su propuesta llame la atención: mecánicas fáciles de comprender y difíciles de dominar unido a un aspecto amigable y desenfada que llama la atención por sí solo.

Su envoltorio invita a conocer su propuesta, a adentrarse en su universo para encontrar que detrás de la sencillez aparenten de su planteamiento reside una compleja pero bien ideada mecánica. “Solo son robots comiendo sushi, no será tan difícil”; ya, claro.

Robots comiendo sushi

La columna vertebral de todo buen juego de puzles consiste en un buen planteamiento a nivel mecánico. Una base sólida que sirva como baluarte de las propuestas que poco a poco se vayan implementado a medida que el juego vaya evolucionando. Sin esta base, sencilla pero bien ideada, el resto de los intentos de la fórmula por intentar evolucionar serán en vano.

Si algo podemos otorgarle a este juego creado por Ludipe es que, tanto su premisa como su planteamiento, van de frente desde el principio: Sushi for Robots se basa en dar de comer sushi a robots. Ni más ni menos. Para ello tendremos múltiples herramientas que tendremos que utilizar para hacer llegar el sushi correspondiente a cada uno de los robots que se sienten en la cinta transportadora de nuestro restaurante, en el número de turnos que nos indique cada nivel.

Este es el planteamiento que nos encontremos nada más enfrentarnos a nuestro primer reto. Un nivel que sirve para enseñarnos el universo del juego, así como la mecánica principal con las baldosas, las pegatinas y la cinta transportadora. Desde aquí Ludipe va construyendo sobre una base fácil de entender pero difícil de dominar, y que va evolucionando (a veces de formas agigantadas) a medida que avanza nuestra aventura por cada una de las cuatro estaciones del año.

Todo juego de puzles necesita de una evolución constante, mediante nuevas mecánicas para retar al jugador que se va acomodando y confiando con el aprendizaje de cada mecánica. Aquí es donde entra la creatividad del creador para añadir elementos que se acumulen a las mecánicas ya aprendidas para que sin darnos cuenta nos veamos avasallados por la multitud de posibilidades que tenemos a nuestro alcance.

Ludipe ha optado por dotar al juego de nuevas baldosas que, junto al movimiento de cada sushi por la cinta, expandirá la mecánica principal del juego de una manera muy orgánica. En un primer luego, tendremos un sistema de pegatinas que nos permitirá cambiar la receta de la comida, al que se le añadirá en fases posteriores unas flechas que nos permitirán ahorrarnos curvas dentro del circuito planteado, sistema de portales para enviar sushi a diferentes puntos, objetos para que cada herramienta solo tenga un uso o una baldosa cambiadores de posición ciertos elementos.

Un sistema pensado para tener una puerta de entrada fácil a la propuesta, que pueda ser asimilada con un par de niveles pero que escale rápidamente para ponernos ante retos que nos harán estrujarnos las neuronas en cada una de las estaciones que tendremos que superar.

Una mecánica muy divertida en su conjunto, bien pensada y ejecutada, adictiva y retadora a partes iguales, que solo flaquea en la exposición de cada una de sus partes, siendo el ensayo-error mucho más clarificador que las propias indicaciones del juego; una barrera que puede poner en algún que otro aprieta al jugador más novato que podría solucionarse con un tutorial que hiciese las veces de narrador en los primeros compases del juego.

¿Esto era un maki o un sashimi?

Aunque Sushi for Robots comienza con buen pie, no es hasta tener todas las herramientas a nuestra disposición cuando realmente deja ver su potencial creativo. La propia mecánica de la que nace se ve mutada y evolucionada con cada nuevo planteamiento. Esta evolución recae sobre un diseño de niveles que retuerce la fórmula hasta permitir acciones que no plantearíamos en un principio. “¿Puede el sushi ir a contracorriente de alguna manera o esperar en una “cola” para que se lo coma el robot correcto?” Son pensamientos que me surgieron al comenzar los primeros desafíos y que poco a poco descubres que puede hacerse mucho más.

Poder pensar sobre estas opciones dentro de un juego de puzles, es posible gracias al gran trabajo que hay detrás del planteamiento del juego. La capacidad de abstracción que hay que tener para completar cada nivel se va viendo aumentada, llegando a un punto en el que podemos ver el camino que hay que tomar solo con mirar las posiciones y herramientas que nos dan para ese nivel. Esta conexión juego-jugador solo dice cosas buenas del diseño tan acertado que tiene como juego de puzles.

Además, Sushi for Robots no es solo puzles. Ludipe ha añadido escenas cada cuatro desafíos que nos dejan ver el carácter simpático y alocado de nuestros protagonistas. Son escenas de diálogos, que poco o nada tienen que ver con lo sucedido durante cada uno de los retos, pero que cambian la dinámica del juego por un instante y deja entrever el humor que reside dentro de cada uno de los robots.

Sushi for Robots

El género de puzles está viviendo una segunda juventud. Sushi for Robots es una de las evidencias de ello. Solo en este último año hemos podido ver en nuestro país hasta 8 propuestas que han apostado por estrujar nuestro cerebro como mecánica jugable. Un género considerado “de nicho” que está obligado a renovarse constantemente, como método para seguir sorprendiendo y captando nuevos adeptos.

Bajo una estética desenfada, Sushi for Robots esconde todo un derroche de imaginación con tan solo unas pocas mecánicas bien planteadas. Es un reto constante al que nuestra mente se tendrá que ir re adaptando con el transcurso de cada desafío. Su mundo no necesita una explicación, solo construye lo que necesita para dar sentido a su mecánica (y eso, está bien). Sin duda es un gran juego de puzles, de los que hacía tiempo que necesitaba. Sentarse delante de un problema y no para hasta resolverlo. Nunca pensé que le iba a dar de comer sushi a robots. Mira tú por donde…

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Autor

Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira.

Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos. De mayor quiero ser un gran pirata.

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