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Análisis: Moons of Darsalon

Cada uno tendrá su librillo a la hora de analizar las obras que consume. El mío es bastante común: mientras juego tomo notas en un cuaderno, sin demasiado orden o verborrea, es suficiente con plasmar la idea esencial. Bajo mi punto de vista, las impresiones que se obtienen durante el proceso de juego -o lectura, o visionado- rara vez reflejan la realidad; lo relevante es el periodo de reflexión posterior. ¿Cuántas veces salimos del cine tras ver la película palomitera de turno con felicidad y tras unos días nos damos cuenta de que no era para tanto? Pues eso. En la actualidad, donde reina la inmediatez y la necesidad de ser la primera voz en lanzar una opinión sobre el producto de moda, el análisis reposado cada vez es más necesario. Normalmente con el análisis en frío salen a flote los defectos -o virtudes- que la inmediatez del gameplay oculta. Pues bien, he leído mis apuntes, he iniciado a escribir la review varias veces y le he dedicado horas extra al videojuego, pero me rindo: Moons of Darsalon es un caso atípico de juego redondo, sin fisuras.

Moons of Darsalon imagen 1 darsanautas
Tendremos que llevar a los darsanautas a la base sanos y salvos

En Moons of Darsalon tendremos que rescatar a los darsanautas perdidos en las diferentes lunas de Darsalon. Encontrarles y conducirles sanos y salvos a la base es la mecánica sobre la que se edifica toda la propuesta jugable. Podremos darles cuatro órdenes diferentes que seguirán casi sin rechistar: seguirnos, detenerse, ir a la derecha o ir a la izquierda. Y aquí es donde empieza el recital técnico con el que Dr. Kucho nos asombrará a lo largo de todo el videojuego: la notable IA de los darsanautas. No son simples lemmings que obedecerán cualquier orden aunque les condene a una muerte segura, tendrán en cuenta los accidentes geográficos del terreno y, por ejemplo, no se tirarán al vacío en el primer acantilado que encuentren, lo cual se agradece. Su inteligencia también conlleva que huyan aterrorizados si ven a un enemigo, se dispersen si pierden contacto visual con nosotros o dejen de avanzar si la oscuridad les envuelve. Además, en función de lo que suceda realizarán divertidos comentarios o cambiará su actitud: si están heridos serán pesimistas, desearán la muerte y caminarán lentamente; si ven la base a lo lejos sonreirán y gritarán de alegría; si les disparamos, incomprensiblemente, se enfadarán.

Moons of Darsalon paleta de colores c64
Si lo preferimos, podemos jugar con una paleta de colores que evocará el C64

Moons of Darsalon, como el anterior juego de Dr. Kucho, Pilots of Darsalon, hace uso del píxel-art utilizando la inconfundible paleta de colores de tonalidad pastel del Commodore 64 a la que podremos añadir las míticas líneas horizontales CRT para emular de forma más realista la experiencia del microordenador. Para los jugadores que, como yo, no aprecien en exceso el aspecto oscuro típico del c64, existe la opción de jugar con una paleta de colores más claros y luminosos.

El apartado sonoro también evoca el pasado ochentero, con un acompañamiento musical en formato chiptune. Escucharemos desde melodías clásicas como el Bolero de Ravel a temazos popularizados por Tarantino como Miserlou al ritmo del cual bailarán los darsanauas; aunque la guinda del pastel la pondrán las carismáticas frasecillas con sintetizador de los protagonistas del tipo: follow me o stay. La verdad, en chiptune todo suena bien.

Moons of Darsalon crear terreno para el camión

Las lunas de Darsalon son escenarios rocosos, repletos de montañas, islas flotantes, acantilados, cavernas y ríos; pero lo que llamará la atención del jugador es el virtuoso juego de físicas y colisiones del que hace gala el videojuego. Uno de los accesorios que más usaremos a lo largo de la aventura, el jet-pack, es una muestra del delicado y preciso sistema de control que habrá que dominar. Si volamos a toda velocidad será complicado frenar y correremos el riesgo de colisionar contra cualquier elemento del escenario, así que habrá que dosificar muy bien la potencia de propulsión. Del mismo modo, corriendo por el escenario habrá que prestar atención a cualquier piedra con la que nuestro protagonista, o cualquier darsanauta, pueda tropezar o caer. Moons of Darsalon puede parecer injusto en un primer momento, pero es sólo una sensación debida a la permisividad de los videojuegos a los que estamos acostumbrados; en realidad es coherente y realista dentro del marco jugable que propone.

La herramienta estrella del videojuego es la pistola de terreno con la que moldearemos el escenario a voluntad generando suelo. Dado que los mapas suelen estar repletos de islas flotantes, pasaremos el tiempo construyendo -y destruyendo- puentes y cuestas por las que guiar a nuestros fieles darsanautas. Pero podremos hacer mucho más, por ejemplo, hay un determinado nivel en que tendremos que lidiar con grandes masas de agua: con algo de habilidad en el uso de la pistola podremos bloquear cascadas, modificar el curso del agua, construir diques para contenerla, etc. Lo que sea necesario para garantizar un paso seguro.

Moons of Darsalon  pistola de terreno en acción
La pistola que genera terreno es la herramienta estrella del videojuego

Recorrer grandes cavernas será habitual en nuestro periplo por las lunas de Darsalon, pero los darsanautas que rescatemos se detendrán si no pueden ver el camino -lógico, por otra parte- así que tendremos que iluminar el sendero con cualquier herramienta a nuestra disposición. La opción más simple será la linterna, la cual iluminará la zona a la que enfoquemos con el puntero, pero también encontraremos una pistola que lanzará bombillas. La luz, cuyo color varía en función de la herramienta que utilicemos, reacciona de forma realista y en tiempo real a los elementos del escenario..

Hay mapas creados claramente para que el jugador pueda experimentar y poner a prueba su ingenio. Por ejemplo, siguiendo con el tema de la iluminación, imaginemos que entramos en una cueva oscura y no disponemos de la linterna, una solución podría ser crear un muro con la pistola de terreno y lanzar unas cuantas bombillas. O quizás tengamos mucha prisa, por lo que decidimos aprovechar la momentánea luz rojiza que emite la pistola láser cada vez que disparamos. ¿Y si sólo tenemos el jet-pack? No hay problema, usándolo cerca de la superficie el fuego del propulsor iluminará lo suficiente el escenario para que los darsanautas sigan el sendero. Nuestra creatividad es el límite.

Moons of Darsalon imagen jet-pack
La pistola, la linterna, el jet-pack… todo contribuye a una iluminación realista del escenario

Moons of Darsalon, a lo largo de sus niveles, nos demostrará que es mucho más que un juego de rescate o plataformas, ya que el combate tiene mucho peso. Las lunas están repletas de inteligentes alienígenas con buena puntería que, de avistarnos, nos darán la caza sin cesar. El juego es tan variado en sus mecánicas que, en cuestión de segundos, pasaremos de estar plataformeando y creando una vía segura hasta la base a volar entre ovnis a ritmo de jet-pack disparando a diestro y siniestro, para después aterrizar y descubrir que un maldito darsanauta se ha caído por algún precipicio mientras huía despavorido.

Y cuando piensas que Moons of Darsalon no puede mejorar, se saca un as de la manga: aparecen vehículos diseñados en un delicioso píxel-art tridimensional. En primer lugar, pilotaremos una nave, útil para recoger darsanautas y llevarlos de forma rápida y segura a la base. Eso si no nos derriban por el camino, claro. Por otro lado, varios camiones pondrán a prueba nuestra habilidad de conducción, ya que al más mínimo error de cálculo podremos volcar, o peor, explotar. Por supuesto, y como nos recuerda constantemente nuestro protagonista, si no somos capaces de superar las fases de conducción la culpa siempre podremos echarla al desarrollador.

Moons of Darsalon  lucha de naves
En Moons of Darsalon tendremos nuestras buenas dosis de acción.

Retomando la idea inicial, es complicadísimo sacar un punto negativo. Tiene mucho mérito porque cuando un juego propone tantas mecánicas diferentes e intenta tocar tantos palos, en algún punto flaquea. No es el caso. Moons of Darsalon es sólido en todos sus aspectos y, si bien se basa en el rescate de darsanautas, potencialmente podría ser un extraordinario juego de plataformas, de acción, de puzles, de exploración o incluso de conducción. Aunque lo verdaderamente excepcional es la sensación de libertad que da al jugador para tirar de creatividad en la resolución de los niveles: nos ofrece útiles herramientas y se nos deja margen para combinarlas y explotarlas del modo que creamos más conveniente.

Al final, lo único que puedo criticar de Moons of Darsalon es que sólo tenga treinta niveles, no porque sea un número bajo, ya que completarlos nos llevará unas 10 horas, sino porque el divertido gameplay nos hará desear más y más. Los niveles son breves, pero completar todos los objetivos secundarios no es fácil. Se nos exigirá encontrar tesoros, superar fases contrarreloj, no recibir daño, hacerlo sin usar la pistola láser, etc. Estos logros nos darán estrellas que servirán para desbloquear los niveles superiores. La curva de dificultad está bien medida y, sin ser un juego extremadamente difícil, es exigente con el jugador.

Por último, los jugadores tendrán la posibilidad de crear sus propios niveles y compartirlos con la comunidad, pero no se hace a través de un editor in-game, sino descargando Unity y siguiendo las instrucciones que encontraremos en el servidor de Discord. No es lo más accesible, ni intuitivo, pero espero con mucha impaciencia que la comunidad -que seguro es hábil e ingeniosa, no como yo- empiece a generar contenido porque, de ser activa, el juego puede ofrecer una infinidad de horas de entretenimiento.

Conclusión

Absolutamente todos los aspectos de Moons of Darsalon están a un nivel superlativo, empezando por el juego de físicas e iluminación, pasando por el apartado sonoro y terminando por una jugabilidad precisa, delicada y llena de matices y variables. Moons of Darsalon es un juego basado en salvar astronautas, pero combina a la perfección elementos de acción, plataformeo, puzles y hasta tiene toques de conducción. Si la comunidad se vuelca en la creación de niveles, el juego no tiene techo. Con diferencia, lo mejor que he probado este año y muy fino tendrán que hilar los demás estudios para presentar un videojuego que, en su propuesta, mantenga el nivel de perfección que ha logrado Dr.Kucho.

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Autor

Pese a mi continua obsesión con la literatura, los videojuegos y el deporte, logré acabar mis estudios de filología. Resido en Italia y adoro la pizza.

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