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AK-xolotl. Anfibios con pistolas

A veces la distancia entre lo adorable y lo espeluznante es mínima y el ajolote es la prueba de ello. Este extraño anfibio blanco de rosadas branquias externas y de cara simpática es el protagonista del nuevo videojuego de 2Awesome Studio, AK-xolotl, disponible en todas las plataformas.

El nombre AK-xolotl describe con precisión lo que encontraremos en el interior del videojuego: armas y axolotes. En este twin-stick shooter controlaremos a un pacífico y hermoso ajolote cuya paz se ve perturbada cuando, mientras dormía, secuestran a su familia y le roban la comida. Especialmente molesto por la pérdida de su alimento -el drama familiar es secundario- decide coger su AK y buscar venganza.

Balazos en el estanque

AK-xolotl es un juego de espíritu arcade. El ajolote irá equipado con dos armas, una de munición infinita y una que podremos cambiar a lo largo de la partida. Martilleando el botón de ataque y moviéndonos sin pausa para esquivar tendremos que superar cinco mundos o biomas, cada uno compuesto de pequeños niveles en los que habrá que acabar con las hordas enemigas. Hay un fuerte toque de rogue-like ya que, aunque los niveles no se generan proceduralmente, sí que cambian en su disposición y nunca sabremos cuál es el siguiente.

Cuando superemos una horda enemiga varias puertas se abrirán y cada una esconderá un tipo de recompensa: armas, power-ups, vida extra, acceder a la tienda del juego, etc. Al inicio, intentar obtener armas puede parecer la mejor opción, pero al final optaremos por aumentar nuestra cantidad de vidas o buscar power-ups que mejoren a nuestro ajolote. Por ejemplo, podremos hacerlo inmune a las explosiones, obtener escudos, aumentar el alcance de nuestras armas, hacer que las balas atraviesen muros, dar descargas eléctricas, etc. Desafortunadamente hay también power-ups, y no pocos, que tienen efectos de dudosa utilidad como que nuestra precisión descienda enormemente. Yo, que soy un jugador bastante mediocre en el género, sólo he sido capaz de llegar al final del juego cuando la suerte me ha puesto por el camino los mejores power-ups.

Hay que estar advertidos: AK-Xolotl es un juego que, en teoría, podría completarse en una hora, pero el nivel de dificultad es elevado y en la práctica me ha llevado unas 10 horas superar los 5 ecosistemas y plantarme delante del jefe final. Y lo admito: no he sido capaz de superarlo. Incluso en el modo fácil, el cual es más generoso en vidas, armas y power-ups, es todo un desafío. Es una dificultad bien medida y casi siempre justa con el jugador. Sin embargo, cuando llegamos al tercer o cuarto ecosistema, la suerte juega, en mi opinión, un papel demasiado importante. Por ejemplo, hay un par de niveles diseñados con forma de pasillo, por lo que dispondremos de poquísimo espacio para evitar los ataques enemigos rodando y estaremos condenados a perder un par de vidas. También hay algunos enemigos bastante puñeteros, como unas malditas tortugas que no paran de girar y, de aparecer con frecuencia, nos complicarán notablemente la vida.

Los jefes finales no varían y suelen sencillos en cuanto aprendemos sus patrones de ataque, aunque conviene no confiarse si no queremos perder alguna que otra vida. Las excepciones son el cuarto y quinto, los cuales exigen precisión y, si es posible, que reservemos las armas más potentes.

Criando ajolotes

Cada vez que fracasemos en nuestra partida, lo cual sucederá a menudo, nuestro ajolote aparecerá en una especie de territorio neutral donde podremos adquirir armamento, mejorar nuestras habilidades, cocinar o incluso criar ajolotes.

Durante las partidas existe la posibilidad de rescatar ajolotes recién nacidos, los cuales cuidaremos en breves y simpáticas escenas en las que tendremos que darles juguetes o cambiarles el pañal. Divertido al inicio, pero repetitivo cuando lo hemos hecho veinte veces. Una vez que están cuidados y su afecto hacia nosotros ha aumentado, se nos presentarán dos opciones: dejarlos aparcados en la guardería o cocinarles un plato de comida que les hará crecer y convertirse en ajolotes adultos preparados para el combate. Toda esta mecánica de crianza de ajolotitos no es nada compleja, pero sí puede llegar a ser determinante puesto que, en función de lo que les demos de comer, adquirirán un poder especial. Por ejemplo, podrán recuperar vidas durante la partida, crear señuelos o incluso hacer que todo explote.

La guardería puede albergar un gran número de ajolotes recién nacidos. Es difícil alimentar tantas bocas.

Durante las partidas también obtendremos diamantes que nos permitirán desbloquear nuevos power-ups y comprar armas. El principal problema de AK-Xolotl viene en la lentitud para obtener todas las mejoras y en el poco impacto que tienen muchas de éstas durante el gameplay. Juegos como Binding of Isaac basan su encanto en la enorme variedad de objetos y power-ups a disposición y en cómo pueden modificar el gameplay hasta el punto hacer de cada partida una experiencia única. En AK-xolotl nos daremos cuenta de que un porcentaje demasiado alto de las armas, mejoras y power-ups rozan la inutilidad y acabaremos optando siempre por las mismas. Hay láseres, metralletas, lanzagranadas, pistolas, etc. que hacen que toda la pantalla retumbe y nos dan la sensación de esconder un gran poder de destrucción, pero en la práctica son bastante inocuas y acabaremos por escoger la escopeta normal que, por lo menos, nos asegura matar al enemigo en uno o dos balazos.

No ayuda que el juego se muestre tan tacaño a la hora de recompensarnos con diamantes o ingredientes para cocinar. Necesitaremos demasiados diamantes para adquirir armamento, los cuales sólo aparecen al derrotar jefes finales o en salas especiales y en pequeñas cantidades, por los que tendremos que jugar y perder muchas veces para obtener la cantidad deseada. Ídem con los ingredientes de cocina. Al final, si le dedicamos tiempo y paciencia al juego, poco a poco iremos desbloqueando cosas, pero con la amarga sensación de saber que la mayoría no las usaremos nunca porque no han sabido hacerlas atractivas o determinantes.

No todas las mejoras que encontramos a lo largo de la aventura son útiles.

Un anfibio en píxel-art

AK-xolotl muestra un trabajo en píxel-art muy cuidado y detallado que combina perfectamente el tono cute y alegre de los ajolotes con el frenetismo y la violencia que requiere un shooter de estas características. Los niveles son variados y cada bioma cuenta con sus propios enemigos. En el primero, que es una especie de bosque o estanque, aparecerán ardillas, mapaches, ranas, etc. y el jefe final es un cangrejo. Pasaremos por una cueva, por una especie de ciénaga con una paleta de colores lilas y naranjas con un aroma muy a Halloween para concluir en un último mundo realmente perturbador con un jefe final que parece sacado de un libro de Lovecraft. El nivel de detalle hay que subrayarlo con numerosos elementos que se romperán a nuestro paso, sangre derramada o incluso los cadáveres de los enemigos que permanecerán un buen rato por tierra ‘adornando’ el escenario. Mención especial a las divertidas escenas que aparecen al derrotar a los jefes finales.

El trabajo sonoro hace justicia al gráfico, con un intenso acompañamiento musical metalero al que se le añaden los geniales efectos de sonido de los disparos, que hacen retumbar todo el escenario, y los satisfactorios chillidos de los enemigos al perecer.

Cada vez que derrotemos a los jefes finales tendremos una divertida escena con nuestro ajolote como protagonista.

Lo importante, a fin de cuentas, es que AK-Xolotl es adictivo. No puedo esconder mi decepción al ver que las armas no marcan demasiado la diferencia o que determinadas mejoras parecen estar ahí solo para engrosar la lista, pero mentiría si dijera que el juego es aburrido o frustrante. No he sido capaz de dejar la Switch hasta que he llegado al jefe final. Desde 2Awesome Studio han logrado dotar a AK-Xolotl de una jugabilidad deliciosa y de un sistema de combate que funciona a las mil maravillas por sí solo, enganchando al jugador sin necesidad de mejoras o power-ups.

Puede que al inicio pueda decepcionarnos el lento progreso para desbloquear contenido, especialmente si esperamos algo similar a Binding of Isaac u otros twin-stick shooter de fama, pero si le damos tiempo encontraremos una propuesta muy sólida, diseñada con mucha inteligencia tanto a nivel jugable como técnico que nos asegura un buen número de horas de entretenimiento y un reto de una dificultad muy interesante.

Conclusión

AK-Xolotl es un excelente twin-stick shooter que nos pone en la piel de un ajolote armado con pistola que clama venganza. Sus cinco ecosistemas suponen un intenso desafío que exigirá destreza y paciencia a partes iguales. Es cierto que el progreso para desbloquear contenido es lento en exceso y que, una vez obtenido, no modifica la experiencia de juego tanto como sería deseable, pero el excelente gameplay y los frenéticos combates contra enemigos de todo tipo opacan cualquier defecto. 2Awesome Studio ha dado con la tecla en lo más difícil: que el jugador, al perder, lejos de caer en la frustración solo tenga en mente volver a empezar.

Para este análisis se ha completado la versión de Nintendo Switch

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Autor

Pese a mi continua obsesión con la literatura, los videojuegos y el deporte, logré acabar mis estudios de filología. Resido en Italia y adoro la pizza.

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