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Painting Werther. Arte, literatura y videojuego

A finales del siglo XVIII Johann Wolfgang von Goethe publicó una novela de la cual, en la fase final de su vida, se avergonzaría, seguramente por ser demasiado autobiográfica. Las penas del joven Werther es una obra que reúne las cartas que un joven y romántico artista escribe a su amigo Guillermo. En dicha correspondencia, Werther cuenta cómo durante su retiro en un pequeño pueblo se enamora perdidamente de una joven llamada Carlota. Desafortunadamente, Carlota está ya prometida a Alberto, un hombre de buena reputación, suceso que causa una profunda pena y desasosiego en Werther. El dolor y la desesperación por un amor imposible van aumentando con cada carta llevando a Werther a un estado de locura y depresión que le empuja al suicidio.

Las penas del joven Werther es un libro que recoge las características más importantes de lo que posteriormente sería el romanticismo: un artista como protagonista, culto y lector de los clásicos latinos que aprecia la belleza de la naturaleza y peca de narcisista al hacer girar toda la obra en torno a él y sus sentimientos fatalistas. Incluso sin ser un gran apasionado de la literatura romántica, es interesante leer esta obra por cómo se verbaliza, en primera persona, la obsesión de Werther por Carlota, haciendo incluso dudar al lector sobre si está realmente enamorado o si es la imposibilidad de tenerla el principal motivo de su deseo. Es conveniente señalar que la obra habla del suicidio y en su momento creó una tendencia suicida entre algunos lectores que imitaban a Werther, llegando a ser prohibida en algunos países. Si es una idea que puede afectarte, es preferible evitar tanto el libro como el juego.

Painting Werther imagen Van Gogh

Painting Werther afronta con éxito la titánica misión de dibujar y musicalizar una de las obras canónicas de la literatura europea. Logra, usando menos texto pero con un uso extraordinario del arte y la música, emular las sensaciones que uno tiene leyendo el libro. En el ‘videojuego’ apenas leeremos una minúscula parte del texto que contiene la obra literaria y, sin embargo, realizaremos el mismo viaje a través de la psique de Werther. Painting Werther no es un videojuego y tampoco es una novela visual, es algo más cercano a una experiencia sensorial basada en la combinación de diferentes artes.

Analizar como es debido Painting Werther requiere de unos conocimientos de pintura de los que yo carezco, pero se hará lo que se pueda. Imaginemos que estamos en un museo en el que han dispuesto todos los cuadros en un orden preciso para que nos narren la historia de Las penas del joven Werther. Esto es lo que ha hecho Mad Cream Games. Veremos que obras de artistas como Van Gogh, Caravaggio o El Greco cobran vida para ilustrar lo que Goethe quiso transmitir con su prosa. Los cuadros se mueven, se dan la mano y caminan, llegando a mezclarse y mutar cuando la ocasión lo requiere. Los ojos de los protagonistas nos persiguen, sus manos se agitan y sus rostros cambian para mostrar pena o desagrado.

Painting Werther Werther y Carlota

Podría poner mil ejemplos de cómo el arte potencia la narración, pero quizás uno de los más llamativos sea durante el baile al inicio de la novela, cuando Carlota informa a Werther de que está prometida a Alberto. Tras escuchar estas palabras de boca de Carlota, Werther, representado por el autorretrato de un apuesto Delacroix, se va desfigurando poco a poco hasta quedar representado de una forma mucho más básica y menos detallada; simultáneamente cambia el acompañamiento musical, pasando de un tono de baile y diversión a algo más tenebroso y deprimente. El clima – que suele representar las emociones de Werther – varía, resuenan truenos y el ritmo se vuelve más agresivo. Pintura y música narran de forma mucho más eficaz que cualquier línea de texto los complejos sentimientos de Werther y su entrada en un pozo de desesperación que terminará llevándole a la muerte.

Painting Werther imagen icónica

Me ha sorprendido enormemente ver que el videojuego no se limita a ofrecer una versión resumida de la obra literaria: se trata de una reelaboración total. El videojuego tiene más de 20 capítulos y es asombroso ver que el nivel de detalle y precisión en la elección de las pinturas, melodías y su cohesión no decae ni por un segundo. El trabajo para tejer de forma tan precisa hilos musicales, artísticos y narrativos de Mad Cream Games sólo puede definirse como soberbio.

En Painting Werther el lector o jugador también tiene interviene. No tomaremos decisiones que puedan modificar el devenir de la historia, pero tendremos que dar color a muchos cuadros, pintar como si estuviéramos delante de un lienzo o simplemente realizar pequeñas acciones como cortar un papel o desplazar una página. Pequeños momentos de interacción para que el jugador no se limite a pasar el texto y que provocan que tengamos que detenernos en determinados puntos para degustar como es debido una determinada imagen o pieza musical. Esta interacción, sin embargo, es el aspecto más flojo del juego, pues resulta, para mi gusto, un poco básica e irregular. Por ejemplo, cuando debemos dibujar, lo que se nos pide en realidad es clicar en el punto justo sin demasiada historia. Hay momentos, eso sí, de mayor inspiración. Un ejemplo lo encontramos de nuevo en el baile inicial, cuando en función de los personajes con los que interactuemos sonarán más o menos instrumentos, teniendo el jugador una influencia directa y notoria en el acompañamiento sonoro de la escena.

Painting Werther gif

Es una obra dirigida a un público de nicho. Incluso un fan de las aventuras narrativas o novelas visuales tiene que estar advertido de que se va a enfrentar a una prosa del 1774, en la que importa más el cómo se cuenta que lo que se cuenta. La novela – y por tanto también el videojuego – es ampulosa y su pedante figura principal no es el prototipo de protagonista al que estamos acostumbrados en la literatura actual. El juego, además, exige un tiempo de reflexión para observar las imágenes y conectarlas con la música clásica que las acompaña. Ahora bien, para un jugador con interés en la literatura en particular o el arte en general, Painting Werther será una delicia para los sentidos y sólo necesitará de unos buenos auriculares para sumergirse en una experiencia inolvidable.

Me abruma pensar en la cantidad de tiempo invertido por parte de Mad Cream Games, estudio compuesto por tres personas, no sólo en elaborar esta perfecta mezcla de imagen, sonido y texto, sino en el trabajo de recopilación de todo el material artístico usado en el videojuego. Ídem en el ámbito sonoro, para reinterpretar con tanto acierto el trabajo de compositores clásicos como Mozart, Beethoven, Schubert o Chopin. Hay que celebrar que haya estudios que inviertan tiempo, dinero y esfuerzo en proyectos como Painting Werther, reivindicando la importancia del arte clásico y recordándonos que también tiene su espacio en el videojuego.

Conclusión

Painting Werther no es un videojuego, es una experiencia que encandilará a todo aquel que tenga un mínimo de interés en la literatura y arte clásico. Mediante un uso excepcional de música clásica y pinturas canónicas se narra la historia que dio el pistoletazo de partida al romanticismo: Las penas del joven Werther, de Goethe. Mad Creadm Games ha hecho un trabajo excepcional, digno del clásico en que se basa.

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Autor

Pese a mi continua obsesión con la literatura, los videojuegos y el deporte, logré acabar mis estudios de filología. Resido en Italia y adoro la pizza.

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