Hace unos pocos días jugué a The Supper, un jueguecito bastante interesante del que me gustaría hablar. No es que tenga ideas como para llenar cuatro páginas de un documento de Word, como sí me ha llegado a pasar con otros juegos sobre los que he escrito en DeVuego, pero igualmente es un título interesante, de modo que no quisiera dejar pasar la oportunidad de hablaros un poquito de él y comentar qué me ha parecido. Desde que Dejota, nuestro aclamado e ilustre redactor jefe, comentó la existencia de este título y pidió voluntarios para su review, me llamó la atención. Y la verdad es que, lejos de equivocarme, The Supper me ha parecido un juego muy recomendable y al que vale la pena echar un vistazo.
Esta pequeña aventura es la última creación de Octavi Navarro, el desarrollador barcelonés responsable de otras obras de corte similar como The Librarian o Midnight Scenes y también conocido por haber trabajado como artista en Thimbleweed Park. En ella, estaremos al control de Ms. Appleton, la cocinera del restaurante donde transcurre toda la acción. Guiados por una misteriosa voz que de repente empieza a decirnos qué debemos hacer, tendremos que preparar la cena para unos clientes muy especiales que están a punto de llegar.
The Supper es, al igual que los anteriores títulos del creador, una aventura gráfica con un clásico estilo point&click. En este caso, el escenario donde transcurre la acción es un restaurante ubicado cerca del embarcadero de una localidad portuaria, y los puzles irán enfocados a preparar la cena de nuestros visitantes y hacer que pasen una velada inolvidable. Lo cierto es que debido a que los escenarios son bastante pequeños, que no hay mucho con lo que interactuar en ellos, y que los objetivos están claros en todo momento, la resolución de estos puzles se hace bastante sencilla. Pero esto, como ya sabréis, no tiene por qué ser algo malo. Como el juego está bien diseñado, nos encontramos ante puzles que consiguen ser interesantes sin necesidad de recurrir a una gran dificultad y, por tanto, ante una historia que transcurre de forma más natural, sin baches ni parones que interrumpan su flujo. Además, en cuanto al control, me ha parecido que está especialmente bien diseñado. Aunque movamos a la protagonista de forma indirecta haciendo click donde queremos que se desplace, responde muy bien, de forma fluida y sin atascarse en puntos muertos del escenario ni nada por el estilo.
En cuanto a la trama, The Supper nos presenta una historia cortita (completarla me ha llevado algo más de media hora), pero bien resuelta y que, en lo personal, me ha gustado bastante. No es una cosa súper desarrollada ni compleja (tampoco creo que ese fuese el objetivo en ningún momento), pero funciona muy bien e incluso tiene algún girito sorprendente. Si tuviese que sacarle alguna pega, sin embargo, diría que en la parte final los hechos se sobreexplican un poco. Me parece bien que no se hayan querido dejar cabos sueltos o que se buscase evitar que algunos sucesos quedasen poco claros, pero realmente no creo que fuese necesario dedicarle una explicación tan detallada. Tal vez una exposición menos explícita de los hechos o intentar aplicar la idea de “muestra, no expliques” habría encajado mejor con la atmosfera tan misteriosa que desprende el juego. En cualquier caso, más allá de este tema no tengo nada que achacarle. La historia es redondita, agradable, y queda bien cerrada al terminar. Like y retweet.
Y si hasta ahora os parecía que el juego tenía buena pinta, esperad a que hable de su apartado artístico. Para a aquellos a los que nos gusta el pixel art, es bastante sencillo que los juegos indie nos llamen la atención visualmente, pero por una combinación de paleta de colores muy bien escogida, animaciones especialmente bien trabajadas, y una magnífica ambientación, me parece que The Supper destaca notablemente por encima de la media en este aspecto. Todos los movimientos, y en especial los de la protagonista, están muy bien realizados, y además goza de una atmosfera enigmática pero sobrecogedora y muy llamativa que supone el perfecto envoltorio para la obra. Por otro lado, aunque por sus diseños y ambientación pueda intuirse un cierto factor de terror, lo cierto es que el juego no busca dar miedo en ningún momento. De hecho, me atrevería a clasificarlo antes como juego gracioso, sobre todo por los comentarios y juegos de palabras ingeniosos que utiliza la voz que escucha Ms. Appleton. Es ese tipo de humor ácido que hace bromitas inapropiadas en situaciones malrolleras, un estilo muy del clásico graciosete del grupo en las películas de serie B. Simplemente maravilloso, si me preguntáis a mí.
Finalmente, cabe mencionar que los textos solamente están en inglés. No es un nivel especialmente alto y tampoco hay muchísimo texto que leer, pero creo que es importante señalarlo. Igualmente, la barrera del idioma no será un obstáculo para cualquiera que tenga un conocimiento de inglés dentro de la media.
Creo que el desarrollador da en el clavo cuando describe el juego en su página de Steam como “a tiny snack to consume while you make your anternoon coffee or right before bed”. Su corta duración y sus controles y funcionamiento sencillos hacen del juego la experiencia perfecta para disfrutar durante la merienda. Es, además, un título muy agradable a la vista, que no exige mucho de nosotros para hacernos pasar un buen rato, y que incluso tiene algún momento tierno. Sin duda, os recomiendo que si algo de lo que he dicho en este texto os llama la atención, le deis una oportunidad. Es completamente gratuito (al igual que el resto de títulos de Octavi) y seguro que, por un lado o por otro, encontráis algún motivo por el que os valga la pena el ratito invertido. Si tras acabar el juego queréis apoyar al creador, podéis adquirir el libro de arte en PDF (algo que recomiendo encarecidamente). Por mi parte, no tengo mucho más que decir. De verdad me alegra haber encontrado esta obra que rápidamente se ha posicionado como mi primera recomendación del año y como una de las cenas que mejor sabor de boca me ha dejado en bastante tiempo.
Autor
Ambientólogo y camarero. Amante de lo japonés, los dinosaurios y la sanfaina con atún. Escribo y juego tumbado, normalmente desde Barcelona.
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