Disparar las flechas es bastante fácil (simplemente golpeando tu blanco hace que puedas sacarlo del campo de batalla), disparar las rocas implica tirar con la honda al estilo de Angry Birds, apuntar y disparar. El juego, sin embargo, sólo te da una ligera indicación de hacia donde se dirigirá la roca, y el peso de la misma ara que puedas disparar como si fuera una bola de boliche – hacia las piernas de tus enemigos como objetivo o alto, disparando alto en el aire, por lo que la piedra vuelve a caer a tierra como un meteoro. Sin embargo, tampoco es un arte especialmente preciso, y con demasiada frecuencia puedes sentir que el fracaso es simplemente que el juego no juega limpio, en lugar de reconocer tu falta de habilidad. La práctica hará que cambies de opinión.