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Reservoir Dogs: Bloody Days – La moneda es la sangre

Supongo que era cuestión de tiempo que un juego hiciera honor al gran cineasta Tarantino, plasmando parte de su esencia como plato principal. Y por supuesto…¡con letras mayúsculas! No obstante, todo el asunto que gira alrededor de esta clase de obras (la censura y en general la violencia explícita), innegablemente es un tema que a grandes rasgos siempre ha desencadenado un sin fin de polémicas y controversias alrededor de este maravilloso mundillo, galardonado como el octavo arte. Incluso cabe mencionar que ciertamente no sólo en los videojuegos, también en el universo del cine y en el del cómic; aunque el ámbito donde alcanzó el máximo exponente fue a lo largo del auge que tomó el arte interactivo. Llegando incluso a mancillar innecesariamente – y en innumerables ocasiones – toda nuestra industria, acusando al medio de numerosos desastres sociales donde precisamente la causa del problema es fruto de otro tipo de situaciones, que a simple vista parecen no tenerse en cuenta.

Antes que nada quiero dejar muy claro que, mediante este análisis, no estoy intentado transmitir ningún mensaje positivo a favor o en apología a la violencia como acto; sin embargo es realmente indiscutible que a través de ella se transmite una onda, una perspectiva, que pocas veces puede llegarse a lograr si no es por medio de un festival sangriento descabellado. A fin de cuentas,  en palabras de Tarantino, “la violencia es una de las cosas más divertidas de ver para el espectador”. 

Una vez el gran cineasta estadounidense (Tarantino) retractó su labor artística del siguiente modo: “Kill Bill es una película violenta. Pero es que una película de Tarantino, uno no va a ver Metallica y les pide que bajen el volumen de la música…” Es perfectamente verosímil, y en cierto modo razón no le falta. No obstante es verdad que, a ojos de cualquier mortal, esta cita podría parecer una manera digamos…poco elaborada de justificar un gran hecho como es la brutalidad de su arte; pero si algo ha conseguido y ha logrado Tarantino gracias a sus películas, es depurar la violencia, haciéndola cruda y creíble al mismo tiempo que un dotándola de unos matices francamente impresionantes.  

Por su naturaleza compleja, la libertad de expresión es una cuestión muy delicada. Muchas veces – y no tan solo en el arte –  la libertad de expresión se expone a comprometerse a determinados elementos y factores consecuentes que, según su magnitud, puede tornarse en un arma de doble filo que puede volverse contra el emisor de una manera muy explosiva. El videojuego de Reservoir Dogs no enteinde de censuras, tampoco de limitaciones. Busca expresarse, sin limites, sin pelos en la lengua.

Un gameplay tremendamente rejugable a la par que absurdamente divertido

De todos modos, y volviendo a puerto, los chicos de Big Games en esta ocasión nos hacen entrega de esta maravillosa producción denominada ‘Reservoir Dogs: Bloody Days’ . Un videojuego que aparte de contener un gran brote de “dosis Tarantiniana”, abre las puertas a un nuevo sistema jugable que nunca antes habíamos visto; permitiendo entre otras cosas afrontar múltiples situaciones de maneras completamente distintas, y brindando un gameplay tremendamente rejugable a la par que absurdamente divertido. Una interesante mezcla que pareciendo estar enmarcada bajo un sello de Hollywood, servirá para responder a ciertos interrogantes que podríamos sonsacar del film original ‘Reservoir Dogs’.

Reservoir Dogs: Bloody Days trabaja a partir de los pasos que se dieron en el título de Dennation Games, ‘Hotline Miami’, tomando muchos elementos claramente referenciales para trasladarlos a un esquema más animado.  Y, evidentemente, en todo momento sin escatimar en tintes gore.

Antes que pretender formar parte de una historia completa (es decir, aparte de ya actuar a nivel argumental como precuela de la película original), Reservoir Dogs: Bloody Days pretende centrarse en trasmitir una experiencia descabellada, haciendo que nos lleguemos a replantear si podríamos ser los capos maestros de una banda criminal en serie. La atmósfera que envuelve a la trama son esos fríos aires de finales de los años ochenta, y, básicamente, a través de la división por “capítulos” que compone la obra entera deberemos ser la mano ejecutiva de los hombres del propio Joe Cabot, con la principal misión de realizar un total de 18 robos a mano armada.

La mecánica de poder retroceder en el tiempo proporciona un enorme factor rejugable permitiendo afrontar todas y cada una de las situaciones de modos completamente diferentes e insólitos

Las labores de los atracos, aparentemente con inicios “normales” – pues suelen empezar con la banda entrando al lugar en cuestión como la cosa más normal del mundo –, esconden en su jugabilidad una enorme mina de oro. Mediante la mecánica de poder retroceder en el tiempo, se proporciona un enorme factor rejugable permitiendo afrontar todas y cada una de las situaciones de modos completamente diferentes e insólitos, y así entre otras cosas (por poner uno de muchos ejemplos) poder salvar a un compañero caído; refrescando (y mucho) lo que entendemos por un juego de acción de este tipo. El juego es tan exigente que resulta casi imposible no aventurarse a repetir las misiones y probar distintas y nuevas combinaciones con este modo. La cámara está dispuesta en una perspectiva cenital , al igual que en Hotline Miami – aunque esta vez modelada en 3D–, actuando como clara reminiscencia del clásico ‘Grand Theft Auto’ y a su vez acondicionar la visión global sobre el terreno.

Las similitudes entre el juego y el cine de Tarantino van más allá del simple entrelazamiento argumental que existe entre la película original y el título de Big Games. Para muchos usuarios y jugadores, Reservoir Dogs: Bloody Days poco o nada tiene que ver con ese gran clásico de Quentin Tarantino, pese a eso y en cierta manera superficial “tener razón”, bajo mi punto de vista creo que tanto una obra como la otra se necesitan mutuamente. Permiten ofrecer distintos puntos de vista y aprovechar la ventaja de extender los universos que creíamos conocer. Una vez, mientras escribía acerca de las aventuras gráficas (basada en una película) explicaba precisamente eso: “las aventuras gráficas son juegos enfocados a disfrutar de una historia, proporcionando en muchos casos la posibilidad de expandir los universos que creíamos conocer”. Lo que quería decir con eso es realmente lo que consigue Reservoir Dogs: Bloody Days. Por supuesto que no es una aventura gráfica, pero el concepto de querer indagar en su naturaleza, de dar un paso más allá de la simple correlación entre sus protagonistas, expandiendo los límites que, puede ser o no, amurallaban en su momento a Tarantino, es lo que consigue lograr con certeza.

La película principal de ‘Reservoir Dogs’ fue el debut de Tarantino. Se trataba de una película de bajo presupuesto en el que se puede hallar el espíritu del cine negro de serie B de los años cincuenta. Big Games ha demostrado todo su potencial mediante el debut del debut, rediseñando los esquemas clásicos por medio de los que se construyen la mayoría de videojuegos de este tipo.

Bloody Days no es perfecto, y contiene fallos técnicos que resultan especialmente molestos en puntos concretos del juego

Bloody Days no es perfecto, y es verdad que contiene fallos técnicos (sobretodo bugs) que resultan especialmente molestos en puntos concretos del juego. Además, después de largas sesiones de juego la obra deriva en una experiencia bastante repetitiva. En mi caso confieso que el plato principal de desorbitante diversión que me proporcionó el título, en el fondo, ni siquiera podría desequilibrar la balanza. La verdad es que la apuesta por este juego me parece algo con mucho mérito.

Si hay algo que ciertamente me molestó fue la manera tan desapacible que tiene de terminar la obra. El juego de por sí es rápido, frenético, con movimientos veloces que requerirán de nuestra máxima precisión a la hora de entablar disparos a los enemigos. Todo avanza a un ritmo sin pausas que no deja respiro alguno, igual que una buena película del señor Tarantino. De todos modos, me molestó un poco que finalizara justo en el momento exacto en el que da pie el inicio de la película, sin indicios o aviso alguno. Personalmente, abría dado un poco de margen entre ambas cosas.

Cabe mencionar que el sistema de logros que ofrece Steam se complementa con tanta soltura que apetece completar el título al 100%. A medida que jugaba cada vez me iba apeteciendo más completar todos y cada uno de los logros, todos ellos (exceptuando alguno) al ser tan accesibles y fáciles de llevar a cabo resulta muy gratificante. Admito que no logré obtenerlos todos, pero terminé el juego con el 70% completado y la mayoría conseguidos por pura suerte y sin intención.

Para terminar, reiterar que, su jugabilidad, a pesar de ser francamente sorprendente, a la larga, puede resultar demasiado repetitiva para algunos. Además, independientemente de todo lo demás, el hecho de estar tan asociado a una imagen mayor, sin duda alguna, puede ir formándose como el mayor peligro y, a su vez, el mayor “problema” para este videojuego.

Conclusión

El juego de Big Games, ‘Reservoir Dogs: Bloody Days’, no sólo es estrategia: es acción, es frenetismo y por supuesto con letras mayúsculas, mucha sangre. Tanto si uno es fan de la obra de Quentin Tarantino, como si no, el título ofrece una visión, como he comentado a lo largo del análisis, que supera los límites del universo del cineasta.


Versión analizada: PC (Steam)

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Autor

Escritor aficionado y artista frustrado. Apasionado por la filosofía y las buenas historias. Entusiasta de la narrativa y la estética. Mi obsesión por H.P. Lovecraft me trasladó al mundo del rol y, desde entonces, no puedo salir de él. «Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn».

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