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Análisis de Kid Ball Adventure

¡Rebota rebota que Kid en tu culo explota!

Echaba de menos jugar a algo arcade. Una propuesta de esas que puede darte horas de juego durante un par de tardes y que te deja, al final, un poso muy interesante donde la diversión y el reto lo han sido absolutamente todo. Kid Ball Adventure, el nuevo juego de Spoonbox Studio, ha llegado a todas las plataformas y yo he podido jugarlo (con el consentimiento de mi hija y su Nintendo Switch) para traer este texto.

Chico rescata a chica

Kid Ball Adventure va muy directo al grano y eso me encanta. Antes las tramas no estaban tan elaboradas y era todo más fácil de entender. En un salón recreativo podrías colocar perfectamente la máquina de este juego y ver como los canijos nos dejamos la paga de los domingos sin parar. Como he dicho, la trama es sencilla, Kid Ball y su adorable amada estaban felices y contentos hasta que llega un gran villano y se lleva volando a la joven pelota rosada.

“¡Esto no va a quedar así!” grita Kid Ball que, ajustándose su gorra, sale botando para hacia su destino: el castillo del malvado villano. Ya está, esa es la premisa y tampoco hace falta mucho más para ponernos manos a la obra, que aquí hemos venido a jugar.

Y, ¿Cómo se controla esta pelota?

Kid Ball Adventure desde fuera se ve como un juego muy sencillo creado por niveles. Cuando empiezas a jugar el tutorial es muy sencillo: tenemos que desplazarnos hacia un lado o hacia otro. El problema está en que nuestro protagonista no camina ni corre, solamente bota. Kid ball se pasa el día dando botes ya que es su única manera de desplazarse y claro, no va a ser para nada sencillo rescatar a su amada. Hay que decir que el control es muy sencillo y muy preciso, sin más pretensiones. Lo que no es tan sencillo son los niveles que, colocados por bloques de cinco niveles, tendremos que superar los retos.

Cada nivel tiene una puerta de la cuál tendremos que conseguir la llave. Sencillo, ¿verdad?. Pues nada más lejos de la realidad porque Kid Ball Adventure hace gala de un ingenio magnífico y nos propone, con cada nivel que conseguimos resolver, uno mucho más complejo. Es ahí donde brilla, donde se ve como es capaz de hacernos cambiar de estrategia proponiendo un conjunto de plataformas, enemigos y trampas, muy distintos al anterior.

Es una lástima que, aunque de vez en cuando se añaden mecánicas más activas como los barriles de impulso (como en el clásico Donkey Kong Country), no haga mucho uso de este tipo de implementaciones. Eso si, aunque no varíen mucho estas mecánicas el cambio de plataformas en los niveles de Kid Ball Adventure os van a dar más de un rompedero de cabeza.

100 niveles = más de mil maneras de morir

Kid Ball Adventure incluye una cantidad redonda de niveles generados con un ingenio tremendo. Llegar hasta el nivel treinta puede que no suponga mucho esfuerzo pero, a partir de ese punto, vemos como hace gala de una mala leche muy conocida ya en el género que abarca. Plataformas móviles, pinchos, bolas de fuego o enemigos de varios tipos se interpondrán entre nosotros y las respectivas llaves de los niveles.

Lo que más me ha gustado a parte del ingenio de las fases es que, en Kid Ball Adventure, hay que sentirse confiado, dejar que el movimiento fluya y que el ojo calcule. Aquí no hay límite de tiempo pero si de vidas. Una vez que caemos en una trampa o impactamos contra un enemigo, el nivel se reinicia automáticamente siendo un ejercicio muy sano el de pararse a reflexionar un poco. Puedes ponerte a saltar a lo loco pero si no es una cosa lo será otra la que acabará con esa vida.

Conclusion

Kid Ball Adventure es pequeñito, una propuesta arcade muy chiquitina que dentro guarda un total de 100 niveles creados con mucho ingenio que os pondrán a prueba una y otra vez. Si que es cierto que, pasado el modo historia, tampoco quedan muchos alicientes para volverlo a jugar más allá de los otros tres modos donde se premiará el tiempo que tardemos, la mayor dificultad de vida a un aumento de velocidad o, el que más interesante me ha parecido, el modo hardcore donde, si tocamos una trampa o un enemigo, se acabó la partida. Es un juego pequeño que te dará un par de tardes y, sinceramente, por el precio que tiene merece mucho la pena.

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Autor

Hermano menor. Padre orgulloso de que su pequeña adore también los videojuegos tanto como yo. Cuando me dejan y la vida me lo permite escribo sobre videojuegos en DeVuego y anteriormente en Comunidad Xbox.

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