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Vaccine: volviendo a los zombies de los 90

Sería imposible realizar un análisis de Vaccine sin hablar de Resident Evil. Encontramos en cada rincón del juego una gran devoción por parte del estudio Rainy Night Creations (RNC) hacia la famosa saga de Capcom.

Casi todos los elementos característicos del Resident Evil que apareció allá por 1996 en PSX los podremos encontrar aquí. Si nos dijeran que es un spin-off de la saga de Capcom nos lo creeríamos sin dudar.

El juego, que acaba de hacer su entrada en PS4, XBOX One, WiiU y Steam nos propone un interesante viaje en el tiempo para recordar aquellos míticos videojuegos. Si eres uno de esos fans nostálgicos encontrarás aquí una propuesta más que interesante. Si nunca tuviste la oportunidad de jugarlos, es una buena opción para tener una ligera idea de cómo era Resident Evil cuando tenía calidad.

A pesar de todos tus esfuerzos, tu amigo se ha infectado de nuevo. Encuentra una vacuna antes de que se acabe el tiempo

Y a jugar. El aspecto argumental pasa a un plano muy secundario en Vaccine, donde lo que importa es meternos de lleno en la acción con una premisa muy simple: buscar una vacuna para nuestro amigo que se está muriendo. Aunque, por sus movimientos en la cama, si nos dicen que ha bebido demasiado vodka también nos lo creeríamos. No será fácil, pues el reloj juega en nuestra contra. Nuestro colega acabará muriendo o transformándose en zombie si no logramos encontrar la medicina a tiempo. Tendremos que recorrer la casa, sortear los múltiples peligros que encontraremos, coger la vacuna y volver antes de que el contador llegue a cero. Cada segundo será vital.

¿Y cuándo lo hacemos? Pues se repite de nuevo, nuestro amigo es un poco inútil y se ha vuelto a infectar. Y el juego continúa con esta mecánica una y otra vez, pero siempre reduciendo el tiempo que tendremos para lograr el objetivo, hasta llegar a un punto en el que no podremos detenernos ni a recoger objetos.

Tendremos la opción de poner el estilo gráfico como si fuera una cámara de seguridad.

El estilo gráfico parece sacado directamente de la PSX. En aquella época era casi impensable que un videojuego pudiera mover escenarios con tanto detalle, de modo que se recurrió al uso de niveles prerenderizados, totalmente estáticos y al uso de cámaras fijas. Dentro de estos niveles se movían los protagonistas y enemigos, que eran los únicos elementos 3D del juego. Vaccine recurre exactamente al mismo sistema, con poquísimas variaciones, como alguna cámara que se mueve ligeramente para seguir la acción del protagonista.

Obviamente recurrir a gráficos retro tiene implícitos algunos puntos negativos, por ejemplo, que muchos objetos se camuflan demasiado con el entorno y podremos pasarlos por alto. Por suerte el juego solo cuenta con dos objetos (dos llaves) que son vitales para entrar a algunas habitaciones, así que una vez que las tengamos podemos estar tranquilos.

Estaría bien, si…

Nos encontramos en una mansión que se genera aleatoriamente en cada partida, pero siempre manteniendo el mismo plantel de habitaciones. Todas cuentan con una lograda temática oscura, fría y decadente, con mobiliario del siglo pasado, largos pasillos, poca iluminación… Pero con un problema demasiado grande: se repiten. Y no me refiero a que haya poca cantidad de habitaciones diferentes (que también) sino a que podremos encontrar dos, tres o incluso más estancias exactamente iguales en la misma mansión.

¿Por qué aparece este problema? Porque el repertorio de habitaciones es pequeño para construir un caserón tan grande como se pretende; el juego pide un buen número de escenarios diferentes, algo que no se da. Es cierto que cada vez que jugamos la distribución cambia, pero no es algo que oculte la sensación de repetitividad. De hecho, la aleatoriedad en ocasiones juega un papel negativo estéticamente, pues en más de una ocasión he salido de una habitación para entrar en una igual. Se producen cosas tan ilógicas que pueden empañar la experiencia y sacarnos del juego.

No solo es un fallo desde el punto de vista estético, también jugablemente acaba siendo un problema. Nos confundirá a la hora de recordar la estructura de la casa y la ruta que tenemos que tomar para volver a la sala inicial, pues el juego carece de un mapa con el que orientarnos (algo que solucionaría este problema). Teniendo en cuenta que tenemos un límite de tiempo y que cada segundo cuenta no es un error pequeño.

Los enemigos son pocos y no demasiado originales. Tendremos al mítico zombie, que avanzará de forma torpe hacia nosotros y será bastante fácil de liquidar, un par de animales que nos tocarán las narices, una especie de ser que recuerda enormemente al licker y que será el que más problemas nos causará y, para finalizar, un jefe final que es una mezcla del Tyrant y Nemesis. Se hubiera agradecido algo más de variedad y originalidad, pero las partidas son rápidas y las características de los infectados son tan diferentes que se puede pasar por alto.

La inteligencia de los enemigos es algo más que limitada. Hay una distancia que los enemigos respetan, si la sobrepasas comenzarán a perseguirte y no pararán nunca. Es un poco ridículo estar de frente a un zombie y que no te persiga si no avanzas un paso. Obviamente tener medida esta “distancia” será muy útil para poder esquivarlos sin tener que gastar balas.

El juego está muy bien acompañado de una música tétrica que, sin destacar especialmente, ayuda a mantener la tensión y el carácter oscuro del juego. Como suele ser la norma en los survival, más que la constante banda sonora, lo que da el toque final es un buen uso de los efectos de sonido, que en Vaccine es más que correcto. Acabaremos por temer el sonido que hacen algunos enemigos o el grito del jefe final.

Ya me voy, ya

Jugablemente nos reencontramos con el mítico estilo de movimiento tipo torreta, bastante incómodo y difícil de dominar, que los nuevos jugadores odiarán y que los más retro recordamos con una mezcla de odio y nostalgia. Desde hace mucho tiempo pedimos un RE con este estilo, pero mientras se deciden (o no) a hacerlo, Vaccine nos refresca la memoria en este aspecto. Como sucedía en PSX, este tipo de control sumado al uso de cámaras fijas, que cambian radicalmente cada movimiento, aumentan la sensación de terror, pues nunca sabremos exactamente qué nos encontraremos un par de pasos más adelante.

En cuanto a armamento, empezaremos con un cuchillo, bastante útil si sabemos cómo usarlo, aunque poco a poco encontraremos armas más poderosas, como la pistola o la escopeta. No obstante, será mejor no usarlas demasiado, pues las balas escasearán, así que habrá que administrarlas muy bien y no gastarlas con la primera rata que se nos cruce por el camino. Disparar será de nuevo una cuestión de habilidad pues nuestro protagonista no apunta de forma automática, sino que tendremos que dirigirlo hacia el zombie para que la bala impacte. Los más fans de la clásica saga de Capcom volverán a sentir esa sensación de que hasta el más inútil de los zombies puede acabar contigo si no eres rápido y hábil. Desgraciadamente el arsenal del que dispondremos será bastante limitado, con solo tres armas de fuego diferentes.

También dispondremos de numerosos objetos que podrán mejorar nuestras características de forma temporal o darnos salud. Al inicio será interesante usarlos, pero cuando ya tengamos un buen arsenal pasarán totalmente a un segundo plano.

Vaccine cuenta también con un toque RPG bastante interesante. Cada vez que asestemos un golpe a un enemigo ganaremos experiencia que podremos usar para mejorar parámetros como la resistencia, la suerte o la salud. Y son parámetros que mejoran considerablemente a nuestro protagonista. Decidir qué aumentar puede determinar el devenir de la partida, aunque llevarlos todos al nivel máximo no será una tarea demasiado complicada.

Podremos mejorar nuestras habilidades y gestionar nuestro inventario

Pese a las múltiples similitudes, Vaccine difiere de RE en dos aspectos muy importantes. El primero es el carácter del juego; Resident Evil basaba su atmósfera de terror en la exploración de una mansión laberíntica, por la que te podías perder durante horas y horas. Vaccine cambia radicalmente este aspecto, no apuesta por la exploración “tranquila” de un caserón plagado zombies, sino por la sensación de angustia que te aporta el jugar contra el reloj. No tenemos que explorar una casa que, como ya hemos dicho, no tiene un diseño demasiado variado; en cambio tenemos que recorrerla de forma acelerada para salvar la vida de nuestro compañero.

El segundo aspecto es el azar. Resident Evil cimentaba su juego en una única mansión que permanecía siempre igual, una arquitectura que los más fans acabamos conociendo como si fuera nuestra propia casa. Vaccine genera su mapa de forma automática en cada partida, de forma que la suerte que tengamos, en TODOS los aspectos, dictará cómo será nuestra partida. Si tenemos suerte encontraremos salas con pocos zombies y muchos objetos al principio o incluso un diseño lineal que nos llevará a la vacuna sin dar vueltas. Si no tenemos suerte daremos más vueltas que el comecocos y encontraremos pocos objetos y muchos enemigos.

Dejar toda la jugabilidad al azar es un riesgo demasiado alto y no acaba de agradar. En muchas ocasiones moriremos porque tendremos que enfrentarnos a los enemigos más poderosos sin haber encontrado armas de fuego antes. O, en otras ocasiones, la mansión será demasiado laberíntica en los niveles con poco tiempo. La sensación de que completar el juego dependerá de la suerte y no de nuestra habilidad es demasiado alta.

Duro de matar

Vaccine no es un juego que tenga una duración o dificultad establecida. La primera vez que lo juguemos tendremos 30 minutos para lograr la tarea, pero será MUY complicado pues no dispondremos de armas ni de balas. Una vez logrado el tiempo bajará a 20 minutos, aunque ya dispondremos de un buen arsenal. La tercera vez serán 10 minutos, pero deberíamos tener suficientes balas para no usar el cuchillo ni una vez. Es decir, cuanto más fácil es en relación a los enemigos, más complicado nos lo pone la cuenta atrás. ¿Cuántas veces seréis capaces de completarlo consecutivamente?

Lamentablemente, el juego consistirá en recorrer el mapa para encontrar la vacuna una y otra vez. Hasta el infinito. Nos aportará unas cuantas horas de diversión, intentaremos desbloquear los logros completándolo muchas veces seguidas, pero acaba haciéndose repetitivo y no nos ofrece extras o alicientes para jugarlo de nuevo. Siempre las mismas habitaciones, los mismos enemigos, mismas armas… después de unas cuantas horas todo estará demasiado visto.

El único extra que encontramos es un sistema de acertijos en forma de documentos que encontraremos por ahí  que, si logramos resolver, nos conducirá al final real del juego. No es nada fácil encontrar la lógica a este puzzle, pero es la única motivación que se nos propone para encontrar algo “diferente”.

Este bichejo es el enemigo más problemático de todo el juego

Que un juego sea un homenaje (o copia) tan directo puede ser un aspecto bastante discutible, aunque obviamente se haya realizado con una intención totalmente positiva. Aquí he analizado videojuegos como Rise & Shine o Cubotrox que basaban gran parte de su atractivo y potencial en sus constantes guiños y referencias a otros productos. Pero Vaccine es, con alguna que otra diferencia, un clon de la saga Resident Evil. Obviamente esto nos asegura un mínimo de calidad, pues si amabas aquella saga es imposible que este juego, aún con sus limitaciones y errores, no te guste o entretenga. Te ofrece gran parte de lo que Resident Evil te ofrecía y a un precio reducido, convirtiéndose en una gran opción para volver a aquellos tiempos.

Pero por otro lado, es un juego con poca personalidad, en el que hasta la forma de morir o de iniciar el juego está sacada de Resident Evil. Gráficos, sonido, jugabilidad, enemigos, personajes… todo está inspirado en la saga de Capcom de una forma demasiado directa. Es un juego que destaca porque nos recuerda a la mansión Spencer, a Chris Redfield, Jill Valentine y compañía, pero no por méritos propios.

Cada uno puede elegir si le gusta este enfoque o si prefiere optar por juegos más innovadores. Por lo que a mí respecta, soy muy fan de los juegos que buscan nuevas vías y nos ofrezcan cosas que no hemos visto antes, aunque tomen pequeños elementos ya explorados. Pero tampoco puedo negar que me ha agradado mucho encontrar este gran guiño a la saga Resident Evil. A fin de cuentas es una excepción y no la norma.

Conclusiones. Vaccine es un tributo a la saga clásica Resident Evil. Tanto la jugabilidad como el aspecto técnico están basados en las primeras entregas de la franquicia de Capcom, si aquellos te gustaban, este te gustará. Tiene varios fallos, como el dejar un gran porcentaje de la jugabilidad al azar o la escasez de variedad en enemigos, armas o escenarios, pero te dará unas 6-7 horas de diversión y nostalgia. Mucha nostalgia.


Versión analizada: PC (Steam)

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Autor

Pese a mi continua obsesión con la literatura, los videojuegos y el deporte, logré acabar mis estudios de filología. Resido en Italia y adoro la pizza.

3 Comments

  • BorYO
    Posted 11 mayo, 2017 at 8:53 pm

    Para ser español esta de lujo!!!!
    Y me sorprende mucho que lo sea,porque hay más críticas de el in english que en Español
    Obviamente no se compara con los Resident Evil de la vieja escuela pero da gusto y nostalgia ver esos gráficos, esos controles y esa música ;)

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