FICHA DE CRÍTICA
Un shmup de la antigua escuela, incluso en los gráficos, que apuesta por una elevada dificultad, en ocasiones injusta, y un esquema de juego que toma ideas de clásicos atemporales como Ikaruga. ¿El resultado? Un título que, a poco que te vaya el género, tiene muchas papeletas de convencerte, y más con los 13 euros que cuesta.
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