Desde siempre los jugadores de videojuegos más “hardcore” o tradicionales han estado muy orgullosos de su afición, por lo que gustan de comprar y usar todo tipo de objetos que lo dejen claro: desde camisetas con el logotipo o la portada de su juego favorito, pasando por tazas de personajes carismáticos de videojuegos, mochilas, collares… y, por supuesto, todo tipo de objetos para decorar sus estanterías.
Claro que no siempre se encuentran objetos de todos tus personajes o videojuegos favoritos, o bien a veces se crean comunidades de jugadores que quieren identificarse, por ejemplo cuando acuden a eventos de videojuegos. Para ello a menudo se recurre a tiendas de objetos personalizables, como Maxilia, que ofrece cientos de artículos de este tipo.
Son muchas las tiendas de videojuegos tradicionales que han reaccionado a esta tendencia y han ampliado exponencialmente su catálogo de objetos personalizados dirigidos a este público, que aprovecha la visita a estos locales donde adquirir videojuegos para “picar” también objetos para ampliar la colección.
Y no sólo las tiendas, los propios desarrolladores conocen este potencial, e incluso aquellos cuya capacidad de promoción no es la más grande, encuentran el modo de sacar partido del merchandising. Tal es el caso de Firewatch, aclamada obra del estudio Campo Santo, quienes tuvieron la idea de incluir una cámara en el juego para que pudiésemos recorrer sus paisajes realizando fotografías de lo que veíamos. Hasta aquí nada especial, muchos juegos han incluido esta característica en sus juegos en los últimos años. Sin embargo, la vistosidad del juego ha llevado a los creadores a dar un paso más: se les ofrecía a los jugadores la posibilidad de imprimir esas fotografías y enviárselas a un precio de 15 dólares. Sólo durante el primer mes se realizaron más de 1.000 envíos generando una más que considerable fuente de ingresos adicional.
Está claro que el impacto de los videojuegos y el volumen de dinero que estos generan no se aplica solo a los propios elementos de juego, como hardware y software, sino también a todo lo que rodea a este mundillo a su alrededor.
Por ejemplo, en lo que se refiere a videojuegos españoles, hace un par de años se lanzaba en Kickstarter una campaña para realizar una baraja de cartas con ilustraciones de videojuegos desarrollados en nuestro país, que tuvo un importante éxito y, de hecho, logró salir adelante.
