Rolplay podría ser uno de esos juegos a los que echamos un vistazo y en seguida podríamos pasar por alto pensando que se trata de otro juego clónico más. Además, tratándose de un juego de cartas de batalla coleccionables, un género tan en boga últimamente, inmediatamente pensaríamos en la saga Magic: The Gathering, en el éxito del momento Hearthstone o en los que todavía están cociendo muchas otras compañías, como Heroes of the Storm o The Witcher: Adventure Game, como referentes para unirse a la moda. Pero lo cierto es que Rolplay es un proyecto con más de 10 años de historia, lo que tira por tierra todos nuestros prejuicios.
Una historia de altibajos
Todo comenzó en el año 2000, cuando el equipo de Rolplay decidió crear una comunidad sana de jugadores que evolucionase alrededor de un hobby común: coleccionar e intercambiar cartas fantásticas basadas en un juego de rol genuino jugable tanto online como físicamente. El año 2002 fue el del lanzamiento de la primera versión del juego, denominada Incubus. En ese momento, no había ningún juego similar a Rolplay en el mercado, que mezclase los elementos de RPG con el coleccionismo de cartas.
De hecho, en sus primeros años, el éxito de Rolplay fue importante, llegando a alcanzar cerca de 60.000 jugadores regulares (entre América del Sur y España), quienes crearon multitud de clubs dedicados única y exclusivamente a la temática de Rolplay. Sin embargo, debido a diversos problemas como la falta de financiación, de tiempo, así como algunos problemas legales con las imágenes (originalmente creadas por D & D), Rolplay tuvo que cerrar sus puertas en 2005, volviendo a abrir en 2007 para nuevamente tener que cerrarse.
Sumando un total de 5 años cerrado, en 2010 sus desarolladores decidieron retomar el proyecto con energías renovadas y tras tres años de trabajo, finalmente en el año 2013 publicaron una nueva versión del juego que está a años luz, tecnológica y funcionalmente hablando, de la versión original. Además, el juego es totalmente multiplataforma, pudiéndose jugar en prácticamente cualquier sistema operativo, como Android o iOS, Kindle Fire, y prácticamente todos los navegadores del mercado.
Rolplay es el proyecto de una única persona, David González, quien ha fundado, desarrollado y financiado el juego en solitario durante buena parte de sus primeros años. Además, aunque actualmente el equipo lo forman 3 personas, David sigue financiando totalmente este título que es completamente gratuito, además de seguir siendo el único programador del código fuente, totalmente original.
Un tipo de juego reconocible
Aunque en su momento su mezcla de géneros era original, a día de hoy el planteamiento de la versión actual de Rolplay no le resultará desconocido a nadie: tenemos que coleccionar cartas para conseguir el mejor mazo posible, personalizándolo en base a nuestros gustos y enfrentarnos a diversos adversarios, que pueden ser humanos o controlados por la propia máquina. Para ello tenemos desde el clásico modo campaña donde avanzar en la historia enfrentándonos de manera lineal a enemigos controlados por la máquina, al recurrente modo Duelos, donde podremos enfrentarnos tanto a la máquina (con sus entrenadores) o a jugadores humanos.
A medida que disputemos más y más batallas iremos consiguiendo puntos para mejorar las capacidades de nuestro personaje, obtener mejores cartas para nuestro mazo y así enfrentarnos a mayores retos, como los Torneos, donde competiremos con los mejores jugadores para alcanzar las mayores recompensas.
Su ambientación es la más habitual para este tipo de juegos: la fantasía clásica/medieval con Magos, Guerreros, Alquimistas, Orcos, Ogros, Dragones… aunque sus desarrolladores aseguran que todo lo relacionado con la mitología tiene cabida y que el juego se ampliara a otras épocas.
Entrando directamente en su sistema de juego, si tenemos que compararlo con alguno de los referentes del género a día de hoy, Rolplay nos recordará mucho más a Magic: The Gathering que a Hearthstone, principalmente por dos motivos: por un lado porque tendremos que lanzar cartas de poder -de manera idéntica a las tierras de Magic– para poder invocar criaturas para luchar, lanzar hechizos, utilizar objetos, etc. y por otro porque podremos escoger con qué criaturas defendernos de los ataques del rival, dos conceptos inexistentes en el más accesible juego de Blizzard.
Mejorando y evolucionando
No hay más que echar un vistazo a las comparativas gráficas para ver que el juego ha notado el paso de los años, y su versión actual cuenta con una interfaz y un diseño gráfico que está perfectamente a la altura de lo que puede verse en los grandes exponentes del género. Los desarrolladores son conscientes de la importancia de atraer al jugador con un aspecto visual trabajado y por ello están constantemente perfeccionando este aspecto.
Por supuesto no falta el aspecto social, donde todas las versiones están integradas en un sistema de chat activo, con salas públicas, privadas y de combate. Los tableros de puntuación y el sistema de logros también invitan a socializar el juego, y por supuesto la posibilidad de formar clanes de jugadores -denominados Reinos- como en cualquier juego online que se precie.
Sus desarrolladores nos han asegurado que quieren convertir a Rolplay en mucho más que un simple juego de cartas de combate online, y que quieren mantenerlo en constante evolución,aportando novedades jugables como un sistema de combate colectivo en mapa real a tiempo real, un modo de construcciones donde el esfuerzo del jugador sea premiado, o un sistema de juego gráfico para el modo historia, todo integrado en un único juego.
Un futuro esperanzador
Ya han pasado 12 años desde aquella primera versión de Rolplay, y sus creadores no sólo quieren devolverlo a los buenos tiempos de antaño sino superarlos y por ello están poniendo mucho esfuerzo y esperanzas en las actualizaciones que están preparando para el juego, así como atendiendo a todos los comentarios y sugerencias que le están llegando de la comunidad, al tiempo que consultan con ella todos y cada uno de los cambios.
La duración del juego es uno de los puntos que más están estudiando, puesto que quieren hacer de Rolplay un juego apto para jugadores esporádicos, pero también un juego al que puedan volver repetidamente los jugadores más veteranos, aportando nuevos retos y posibilidades que les inviten a continuar jugando. Tanto si quieres jugar una partida de 10 minutos en el autobús con tu móvil como si quieres pasarte horas con tu ordenador en casa, Rolplay pretende adaptarse a ti.
Ahora mismo el equipo de Rolplay está trabajando en una actualización importante que está a punto de salir y por ello quieren dejar de trabajar en la sombra y darse a conocer de nuevo al gran público. Así han llegado hasta nosotros, y por eso, y porque su historia nos ha parecido muy interesante, he decidido probar el juego.
Una buena base que necesita jugadores
Como aficionado a los juegos de cartas que soy, a menudo pruebo diversos juegos de este tipo, y no son muchos los que consiguen que siga jugando. Unos por pecar de simples y no aportarme nada, y otros por contar con un sistema de juego tan complejo que me requeriría demasiado tiempo para poder disfrutar. Otros simplemente son meras copias de otros juegos a los que no mejoran en nada.
Sin embargo, Rolplay consigue situarse a medio camino entre los juegos más exigentes y los más simples, siendo muy accesible al principio, pero complicándose a medida que invertimos tiempo en él. Gracias a los entrenadores conseguiremos hacernos con las mecánicas -aquellos que hayan jugado a otros juegos de cartas las cogerán al instante- y sobre todo ir conociendo las diversas cartas, las distintas habilidades y así adaptarnos al estilo de juego que más nos gusta.
El juego nos premia desde el primer momento con logros (denominados misiones), cartas, puntos y otras recompensas, lo que anima al jugador a continuar descubriendo sus posibilidades. La interfaz, sencilla pero muy agradable y adecuada a la temática no nos resta ni un segundo para acceder a lo que queremos, y eso en un juego como este donde tenemos que gestionar bastantes menús se agradece.
Un punto a favor es su multiplataformidad, lo que nos permite jugar y continuar en cualquier momento nuestra partida bien sea en nuestro PC o Mac (teniéndolo instalado) en un ordenador ajeno o donde no podamos instalarlo (a través de un navegador) o en nuestro móvil o tablet, tanto Android como iOS o incluso Kindle Fire, lo cual resulta muy práctico.
Tan sólo he echado en falta una mayor presencia de jugadores de todo tipo, puesto que la mayoría de los jugadores conectados están a un nivel muy superior contra los que ni siquiera podremos enfrentarnos -probablemente veteranos que siguen fieles al juego-, lo que nos obliga a jugar repetidamente contra la máquina y sus entrenadores. Divertido si, pero pierde la esencia de la competición y gran parte del atractivo de un juego de estas características.
Obviamente el juego se ve muy similar a los grandes, pero con lo que hay actualmente más las mejoras que están preparando y sobre todo consiguiendo una base de jugadores creciente que diversifique los niveles de jugador, estamos ante un juego que perfectamente puede conseguir su propia personalidad y convertirse en una alternativa a los títulos más conocidos del género o, quien sabe, convertirse precisamente en uno de los títulos más conocidos. Seguiremos atentos su evolución.
Jugar a Rolplay
Autor
Creador y Director de DeVuego. Padre. Informático. Ex-Vocalista de Death Metal. Pierdo el poco tiempo libre que tengo haciendo webs de videojuegos como esta.
