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Ugly: hipnotizante y desgarrador

Cuando todo se conecta es cuando más estalla tu cabeza

Estoy completamente devastado. Tengo esa sensación de haber cerrado un capítulo de mi vida el cual llevaba demasiado tiempo abierto y ahora no se hacia donde ir. Seguro que os ha ocurrido en más de una ocasión. Esa sensación de plenitud que te embarga al terminar una gran historia y, a su vez, de completa pérdida que te queda en el cuerpo cuando dicha historia te ha dejado sin palabras. Así me ha dejado Ugly. La opera prima de Team Ugly era uno de los juegos que más tiempo llevaba esperando y, ya os lo voy adelantando, ha cumplido muchísimo con todas mis expectativas.

Desgarrador, hipnotizante, sobrecogedor… es mucho más de lo que parece, al igual que su nombre puesto que Ugly, aunque pueda parecerlo, no es una palabra sencilla en realidad: puede esconder muchos sentimientos y significados distintos dentro y en esta joya indie nos van a golpear todos ellos por igual.

El despertar del héroe

Ugly comienza como muchos otros cientos de juegos lo han hecho antes: con un despertar. Pero en esta joya parece ser que despertamos de un sueño bastante amargo, de esos sueños que te dejan un muy mal sabor de boca. Despertamos en una mugrienta bodega llena de botellas vacías. Aquí el juego ya nos deja ver cuál será su tono, destacando siempre ese apartado gráfico precioso con luces que destapan ciertos encantos de cada una de las estancias que recorreremos a lo largo de nuestra partida.

Un despertar un tanto diferente

Hay un fragmento de cristal muy extraño justo delante de nosotros. Es extraño y único puesto que no nos refleja en su superficie sino que nos vemos reflejados justo detrás de él. Y es aquí cuando Ugly nos enseña cual será su mecánica jugable: el reflejo. Pero claro, no penséis que es tan sencillo ya que esta manera de utilizar el reflejo es algo completamente único y os aseguro que no parará de sorprenderos hasta el final. Con unos sencillos e inteligentes pasos sabremos como desplazarnos por el entorno utilizando nuestro reflejo. Y es aquí, justo antes de comenzar nuestra partida, cuando nos da el primer golpe: un recuerdo amargo.

Jugabilidad en dos vías

Una vez hemos aprendido como funciona el fragmento de cristal el mundo de Ugly se irá abriendo camino poco a poco de una manera tan inteligente que pareceremos demasiado torpes para comprender su grandeza. No quiero parecer pomposo de más con los comentarios pero es que a cada paso que damos el juego nos da un real “sopapo” para mostrarnos que no es un simple reflejo y que romper el nivel en realidad estaba ya más que planeado desde el principio.

Con la ayuda del fragmento podremos recorrer escenarios tan bien detallados como este mismo.

Su mecánica principal que es la de cambiarnos con nuestro reflejo conseguirá dar tantas vueltas sobre si misma que nos parecerán hasta pocas las posibilidades que nos ofreciendo aún siendo una barbaridad. Me explico. Lo sencillo es cambiarse por el reflejo pero Ugly lleva la mecánica un paso más allá con cada parte de su mapa creando una fusión de sub-mecánicas que se retroalimentan para dar como resultado un conjunto jugable más que notable y único. Ya os digo que aunque no os gusten los videojuegos de puzzles seguro que si os gustan los plataformas y aquí tendréis plataformas en muchas direcciones. Sin duda alguna otro de los apartados que se lleva matrícula de honor es en el diseño de niveles, creados con un gusto exquisito y siempre colocando el listón un poquito más alto que en el anterior dando como resultado una curva de dificultad muy bien elaborada.

Los bosses están muy bien elaborados y rompen con la calma total del juego para hacernos correr.

El objetivo tras cada puerta será el de conseguir la llave que abrirá la siguiente puerta de cada una de las zonas en las que se divide el juego pero los niveles en Ugly no solo esconderán la clave para avanzar en la historia sino que pueden contener también pequeños fragmentos de una memoria destrozada por la bebida. Pequeños y desgarradores fragmentos que se verán reflejados a través de este cristal maldito.

La verdad a través del espejo

Jugar a Ugly mola. Su reto constante a los mandos siempre hará que quieras seguir completando habitaciones pero hay algo que hará que no puedas despegarte de la pantalla con más fuerza: su historia y la manera de contarla. Sin decir ni una sola palabra esta joya indie conseguirá removerte por dentro de una manera que pocos títulos han conseguido hasta el día de hoy. Cuando llegamos a un cuarto donde hay unas siluetas de un niño simétricas solo tendremos que buscar el lugar exacto para colocar el fragmento y prepararnos para recibir otro golpe más, desvelando así un momento de la vida de este extraño personaje. Desvelando así algo realmente atroz.

Cada uno de los fragmentos contará esta dura historia.

Ugly es un videojuego muy duro por lo que cuenta y por como lo cuenta. Desde luego que no es una historia para los más pequeños de la casa puesto que en ella se descubren algunos momentos que hasta para una persona adulta pueden ser complicados y difíciles de tragar. Unos traumas que son tan reales como la vida misma. Si que es cierto que aquí suceden por una razón pero en este mundo enfermo en el que vivimos más de una persona puede llegar a verse identificada con el dolor que sufre el personaje al recordar cualquiera de las memorias, quizás por haberlos sufrido también (algo que no desearía a ninguna persona, de verdad) o bien porque siente una gigantesca empatía como ha sido mi caso.

Ugly cuenta una historia cruel y muy dura que descubriremos a través de los recuerdos depositados por distintas localizaciones. Hay que tener los ojos muy abiertos para no perdernos ninguno si es que queremos saber realmente todo sobre su historia. Decir que yo lo he completado al 100%, con todos sus logros y su final es uno de esos finales que en cierto modo ya ibas esperando pero que aún así deseas que no ocurra. Lo siento, no quiero destapar nada de su historia puesto que casi el 80% de la magia de Ugly se encuentra dentro de una manera de narrar muy inteligente.

La belleza tras un cristal roto

Gráficamente Ugly es toda una delicia. Una obra maestra que está repleta de pequeños detalles por aquí y por allá. Te encantará ver como el entorno va reaccionando a tu paso. Más de una vez me he sorprendido a mi mismo acercando la cámara y prestando atención a como algún objeto de la sala reacciona al pasar por su lado, admirando un detalle de un nivel casi enfermizo. Es un gran juego no solo por su historia y por su jugabilidad, ambos pilares fundamentales de la obra, sino también por como se nos presenta un entorno saturado de miles de objetos, cuadros, paredes reventadas y mobiliarios que desde un principio están contando una historia.

Todo es un uno en Ugly y todo se apoya en lo demás. Su apartado sonoro es una de las claves para que la ambientación acabe logrando aún más ese tono lúgubre donde hasta el más mínimo recuerdo está un poco más rasgado que el anterior y que decir de su animación la cuál nos brinda momentos de una calidad abrumadora.

Conclusiones

Desgarrador. Es sin duda la palabra que mejor define una de las joyas más alucinantes que ha nacido dentro de nuestras fronteras. Ugly deja el listón muy alto como videojuego de puzles con su original mecánica pero también se asegura de dejar una profunda huella por contar una de las historias más duras de todos los tiempos. Una buena explotación de su mecánica jugable, una curva de dificultad bien diseñada y una ambientación oscura y muy lograda hacen de Ugly uno de los mejores videojuegos de 2023. Enhorabuena Equipo

*Esta crítica a sido posible gracias a una clave para Nintendo Switch que nos han hecho llegar desde Team Ugly.

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Autor

Hermano menor. Padre orgulloso de que su pequeña adore también los videojuegos tanto como yo. Cuando me dejan y la vida me lo permite escribo sobre videojuegos en DeVuego y anteriormente en Comunidad Xbox.

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