Empecemos el análisis dando un dato curioso: desde 1980, fecha en que nace el primer videojuego español, hasta el día de hoy sólo se han desarrollado en nuestro país tres videojuegos de pinball: Magic Pinball (1987, OMK Software), Score 3020 (1989, Topo Soft) y Touchdown Pinball (2020, Super PowerUp Games). El que tratamos hoy, Smoots Pinball, sería el cuarto.
Smoots Pinball es el quinto juego de la saga smoots que Kaneda Games ha creado en los últimos años. Todos siguen el mismo patrón: juegos de deporte arcade enfocados al multijugador local y con un aspecto gráfico cartoon con personajes cabezones como protagonistas. Sin dejar de lado el espíritu arcade, esta vez abandonamos el deporte y nos adentramos en el olvidado, pero apasionante, mundo de las mesas de pinball.
Smoots Pinball nos ofrece cinco mesas diferentes basadas en los anteriores juegos de Kaneda Games. Tenemos una mesa con estética tenística, una de golf, una de baseball, una de juegos olímpicos y una extra de estética zombie que resulta ser la más divertida. Desde el inicio tendremos acceso a todas las mesas y sólo queda jugar para obtener una gran puntuación y asaltar el podio, lo cual no será demasiado complicado.
Conocer al dedillo cada mesa es la clave para obtener la mayor puntuación antes de que la bola nos juegue una mala pasada. Jugar a golpear la bola sin demasiado sentido es desaprovechar el pinball: hay que apuntar a los objetos iluminados para obtener puntos extra e intentar activar los multiplicadores. Todo sin que caiga la esfera, claro, o tocará empezar de cero.
Un diseño mejorable
El diseño de las mesas por parte de Kaneda Games es irregular. En primer lugar, no son dinámicas ni esconden secretos que podamos desbloquear -por si alguien esperaba algo similar al Pinball FX3- y, por otro lado, el diseño de algunas como la de golf o baseball es demasiado simple, con pocos elementos con los que interactuar, por lo que veremos la bola pasar por los mismos raíles una y otra vez. A esto hay que sumar unas físicas discutibles; con movimientos imposibles de bola y puntos donde se queda atascada. El resultado es que Smoots Pinball se hace pesado en un tiempo récord. Sólo el multijugador local puede alargar mínimamente la vida del videojuego.
Quizás las cinco mesas, pese a su simpleza, podrían haber sido suficientes si el juego hubiera incluido modos de juego que estimularan al jugador: desafíos, torneos, modos de dificultad, ranking online, etc. pero Smoots Pinball no ofrece nada. Tan poco interés tiene en ofrecer un retro al jugador que ser los primeros del ranking predefinido del videojuego requerirá tan solo de 100.000 puntos, cifra ridícula que podemos alcanzar en un par de intentos.
Lo peor es que estos problemas no son una novedad en los juegos de Kaneda Games. En Smoots Golf, por ejemplo, sucedía lo mismo: en cuestión de 10 minutos podíamos desbloquear todo el contenido y era difícil encontrar motivos para no abandonarlo. Un gameplay mediocre puede disimularse si la estructura del juego propone desafíos que estimulen al jugador, pero en este caso el único estímulo que sentiremos es el de cerrar la aplicación. Kaneda Games parece centrarse sólo en que sus juegos funcionen, olvidándose de dar razones para jugarlos.
Conclusión
Smoots Pinball está lejos de ser una opción recomendable. Las cinco mesas que ofrece son simples y no hay modos de juego o extras que puedan despertar un mínimo de interés en el jugador. Sólo le daría una oportunidad si la intención es jugar en multijugador local.
Autor
Pese a mi continua obsesión con la literatura, los videojuegos y el deporte, logré acabar mis estudios de filología. Resido en Italia y adoro la pizza.
