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Minabo, un paseo por la vida

No sabéis lo difícil que es encarar un texto como este. Nada tiene que ver con la tentación de plagar cada párrafo con dobles sentidos sobre miembros viriles y el nombre de este juego; es más bien una mezcla de querer estar a la altura de un juego que ha conseguido una repercusión mediática tan enorme, junto con el deseo de hacer justicia a una propuesta tan especial como es la de Minabo.

La jugada maestra que ha utilizado Devilish Games se estudiará en universidades de marketing de aquí a unos años. Un juego que surge de la nada, con un concepto muy tan de nicho como los simuladores sociales, y consigue estar en todas la portadas, es digno de estudio. 

Más aún cuando la campaña se ha dejado en manos de la propia comunidad de jugadores, que han ido incendiando el reguero de gasolina que ha dejado Devilish Games preparado; por que, vamos a ser sinceros, todos hemos hecho un chiste de Minabo.

Una estrategia arriesgada porque, aún con todo el foco mediático, tiene que haber un producto detrás que esté a la altura de esta campaña de marketing tan efectista. Aquí es donde Devilish Games tiene que cerrar bocas con Minabo.

La que esconde Minabo

Dudé mientras escribía el texto. ¿Cómo hablo de Minabo? ¿Lo hago desde un punto de vista mecánico o intento ver a través de todas las capas con las que cuenta esta propuesta?. Como lo primero será lo que muchos textos harán (y seguramente mucho mejor que yo), vamos a intentar profundizar en un concepto que quiero compartir con vosotros: la narrativa silenciosa.

Con Minabo no se puede jugar como con otros. Simple y llanamente no es un juego al uso. Su recipiente es un videojuego de dos no cabe duda, con todos sus elementos reconocibles, pero la magia de título requiere de un extra por parte del jugador para ir mas allá. 

Intentar jugar con Minabo como si fuese un videojuego más es ir a contracorriente. Devilish Games ha querido plantear su propuesta de una manera muy concreta. Tranquilo, si estoy escribiendo esto es por que yo también cometí ese error. Existe un pacto no escrito en cuanto a mecánicas jugables. Damos por sentado que todos los juegos tienen unas mínimas reglas aplicables al género en concreto. En todos los juegos de plataformas se salta con la X o la B, ¿no?. 

Por eso nos cuesta adaptarnos a fórmulas que se salen de la norma. Involuntariamente intentamos interactuar con todos los juegos usando la misma plantilla predefinida que tenemos asimilada. No hay que buscar mucho para encontrar la esencia del juego. El truco de Minabo estaba justo debajo del título. Literalmente es un paseo por la vida. Un viaje único e irrepetible. Cada vez que Minabo crezca, tendremos que adaptarnos, improvisar y decidir lo que nos convenga a cada paso que damos.

Decisiones sociales virtuales completamente reales

Las mismas decisiones sociales que nos afectan en algún momento de nuestras vidas, son las que nos encontraremos en nuestro camino virtual. Decisiones a las que enfrentaremos a medida que el camino se vaya abriendo frente a nosotros. 

Las relaciones, la amistad, el amor o la muerte se plasman de una manera tan simple que podremos decidir sobre ellas con un solo verbo. El feedback será mínimo, lo justo para adivinar si es una reacción positivo o negativa. 

Interacciones muy familiares para los que hemos pasado horas y horas delante de juegos como Los Sims, pero mucho mas cercanas en forma a lo que pueden trasmitir Locoroco o Patapon. No hay diálogos, ni idioma explícito más allá de los sonidos emitidos por los nabos, que serán nuestra referencia al interactuar.

En esta narrativa silenciosa hay un elemento esencial sin el que el juego no tiene sentido alguno. El paso del tiempo significa avanzar, nunca retroceder. Al igual que no podemos quitarnos años, nuestro nabo no puede volver para atrás. 

Si alguien se queda en el camino es porque no nos hemos preocupado por mantenerlo a nuestro lado. Si alguien muere, y no hemos estado a su lado, tampoco tendremos oportunidad de llorarle, de mostrar nuestra rabia o pena. Avanzar significa descubrir, pero también significa dejar atrás; a veces relaciones que no nos llevaban a ningún lado y en otras, relaciones importantes.

Cuando entiendes lo que Minabo quiere trasmitir y consigues cambiar tu visión de los mecánicas, mágicamente cada paseo revela esa narrativa silenciosa. La historia de una vida que nace, crece y muere. De la que podemos ser partícipes de la manera que mejor nos convenga. Cada vida tiene un cometido, un propósito para nacer que ansía conseguir antes de volver a la tierra. 

La necesitad de relacionarse

Relacionarse, es necesario. En muchas ocasiones una obligación. Nuestra vida está ligada a nuestras necesidades. Si no las cubrimos, nuestra esperanza de vida se verá mermada. A veces estaremos obligados a tener que relacionarnos para poder alargar esa esperanza, crear vínculos y relaciones que nos aseguren que siempre tendremos a alguien cerca; porque queremos que nos acompañen o por el puro interés de que cubran nuestras tres necesidades básicas. 

Mantener vivas estas relaciones será nuestra decisión, pudiendo simplemente dejarlas atrás para conocer nuevos nabos que nos aporten algo distinto. Como en la vida real, hay relaciones fáciles con las que congeniar será mucho más fácil. Algunos no querrán saber nada de nosotros pero puede que con otros el amor sea a primera vista. De nosotros depende capturar ese “sentimiento invisible” y aprovecharlo para cumplir nuestros objetivos de vida.

Una vez más la realidad se refleja en el espejo que resulta ser Minabo. Ambiciones, objetivos, deseos, sueños… cumplirlos significa crecer, pero también una realización para esa vida acotada por las decisiones erróneas que tomemos mientras le acompañamos.

Las dificultades de este paseo nos obligan a adaptarnos. No siempre podemos gastar el tiempo que quisiéramos con nuestras personas más queridas, o detenernos un instante mas largo para disfrutar de una interacción. Esta representación está presente a través de algo que también maneja Devilish Games de una manera sublime: el humor. 

Minabo es perfecto en este aspecto. Su nombre deja la puerta abierta a incluir dentro de sus mecánicas auténticas genialidades. Todo gracias por el estilo desenfadado que tiene todo el juego. En la realidad, si nos detenemos, el tiempo nos devora. Nos alcanza y nos absorbe como Urano a sus propios hijos. 

Esta acción de devorar Minabo también está representado por Topota, una topa que nos comerá sin miramiento en el momento en el que nos detengamos más de la cuenta. Una manera más de crear un reflejo de nuestra propia vida integrado de manera orgánica en el juego.

Conclusiones

Después de repasar mi texto, me reafirmo. Minabo es una experiencia alejada del convencionalismo de un videojuego al uso. Por como está planteado el juego busca una narrativa silenciosa. De esa que hay que sentarse tranquilamente y extraer lo el subtexto de lo que ocurre tras cada mecánica. 

Cada partida es una vida en la que ocurren eventos que podemos asemejar a nuestra propia vida. Como las relaciones hay que cuidarlas, madurar junto con ellas y, si en algún momento lastran, tener la valentía para dejarlas por el camino.

Donde reside la magia de Minabo es en esta narrativa. En que el jugador utilice los objetivos de vida para crear su propio relato. Un relato diferente en cada partida en la que cada acción puede llevarnos a cumplir nuestros objetivos o ponernos un paso más cerca de la tumba. 

Si conseguís observar Minabo desde ese prisma, habréis conseguir ver la magia que oculta el juego de Devilish Games. Una experiencia de vida, mostrada de la forma más simple y sencilla. 

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Autor

Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira.

Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos. De mayor quiero ser un gran pirata.

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