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Libertad o Muerte. Luchar por la patria

Libertad o Muerte! es, de entrada, un juego peculiar. Tanto por temática como por género, es algo que se sale completamente de la tónica habitual, no ya dentro de la industria nacional, sino del mundo del videojuego. Desarrollado por Headquarter y publicado por Avalon Digital, es un juego de estrategia por turnos ambientado en las guerras de independencia hispanoamericanas.

Vayamos por partes. En primer lugar, el género ‘estrategia’ hoy en día no es de los más populares, podríamos incluso considerarlo de nicho. En un primer vistazo podríamos pensar que se trata de un producto similar a los juegos de ‘gran estrategia‘ de Paradox o AGEOD (como Crusader Kings 2, Hearts of Iron o Revolution Under Siege), pero Libertad o Muerte no tiene – ni pretende tener – un nivel de complejiad política y de gestión de recursos tan grande; lo cual no quiere decir que no sea desafiante y divertido. Se trata más bien de un juego de mesa tradicional, bastante similar en su premisa al popular Risk, aunque con más complejidad en sus normas, adaptado al formato videojuego.

Libertad o Muerte imagen 1
Si me dejan, conquisto hasta Brasil

Un acontecimiento histórico poco tratado

Libertad o Muerte se aleja de los momentos y acontecimientos históricos más mascados, como podría ser la Segunda Guerra Mundial, y nos ofrece un juego ambientado en las guerras de independencia colonial. Como todos sabemos, a inicios del siglo XIX tras la jugarreta de Napoleón (apoyada en una buena dosis de ignorancia española) se inició la llamada Guerra de Independencia española para echar a los franceses. Aprovechando la inestabilidad del gobierno español, las colonias en América se alzaron en armas reclamando la independencia que acabaron consiguiendo. No fue, en definitiva, un buen siglo para los intereses españoles de la época. Volviendo al mundo del videojuego, son poquísimas las obras ambientadas en este momento histórico, o al menos ninguna se me viene a la cabeza y menos que lo trate con un mínimo de profundidad.

En Libertad o Muerte podremos elegir el bando de los Patriotas, es decir, los territorios que buscan la independencia y mantenernos fieles a la historia, o controlar a los Realistas e intentar conservar el gran imperio español. En función del bando que elijamos tendremos unas ventajas u otras. Por ejemplo, los Patriotas suelen ser bandos más fragmentados, con presencia de numerosos países, siendo su principal ventaja que tienen muchas tropas provenientes de revueltas e insurrecciones, por no hablar de que la historia juega a su favor, mientras que los Realistas tienen menos apoyos, pero los soldados suelen estar mejor armados y, por tanto, ser más fuertes.

Libertad o Muerte imagen historia
Los diferentes acontecimientos históricos favorecen a un bando u otro

La historia juega un papel fundamental en Libertad o Muerte. Cada turno representa 6 meses de tiempo y conocer el devenir de los hechos supone una ventaja muy importante ya que los acontecimientos históricos influyen en la partida. Un ejemplo muy esclarecedor: en una de mis primeras partidas estaba jugando con el bando patriota y tenía unos cuantos soldados en Caracas. Pues bien, yo ignoraba que en 1812 en Caracas hubo un terremoto de importante magnitud, algo que, gracias al juego no olvidaré, ya que dicho evento me hizo perder un buen número de tropas. Del mismo modo, otros sucesos influirán en el devenir de la partida, a veces favoreciendo a un bando y en ocasiones, al otro. Sin ser yo un gran conocedor de la historia de las colonias, Libertad o Muerte ofrece una veraz versión de los acontecimientos; incluyendo un gran número de personajes que ejercen la función de líder de las tropas (Bolívar, Morelos, Calleja…etc.).

El juego ofrece tres eventos diferentes: la rebelión en México, en La Plata y en el virreinato de Nueva Granada, aunque también tendremos dos modos de campaña conjunta en los que se ‘suman’ las tres rebeliones; bastante más largos y complejos. La duración media de cada partida es de unas 2-3 horas en función de lo rápidos o lentos que seamos tomando decisiones, con la excepción de la Gran Campaña que a mi me ha durado unas 5 horas.

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Cartas y batallas

Libertad o Muerte se divide en turnos que, a su vez, contienen varias fases diferentes, algunas algo innecesarias. Lo primero que hacemos es usar cartas. Éstas determinan factores tales como los acontecimientos históricos – muchas de las cuales debemos jugar de forma obligatoria -, el aumento de tropas, obtener recursos extra… etc. Una vez jugadas las cartas pasamos a una fase en que nos dan recursos en función de nuestro desempeño en la partida; posteriormente otra en la que calculan el coste de nuestro ejército; después una para comprar más soldados y, por fin, podremos mover a nuestras tropas y entrar en combate. Para ganar la partida tendremos dos opciones: llegar al final de la campaña con más puntos de victoria que el rival o conquistar zonas clave. Los puntos de victoria los obtenemos al conquistar ciudades, ganar batallas o lograr determinados objetivos.

El uso de las cartas es interesante, pero no está claro cuándo y cuáles podemos usar

El sistema de combate es bastante más complejo que tirar los dados y confiar en sacar más que el rival. En primer lugar, los combates no son eternos, hay un máximo de tres rondas en el mejor de los casos y, por tanto, lo normal es que no destruyamos completamente al enemigo en un sólo intento. Por otro lado, los soldados tienen varios puntos de vida y de moral. Un disparo puede quitar vida, pero también moral. Un soldado muerto es irrecuperable, pero uno desmoralizado, con el tiempo puede volver a ser útil. Por último, será siempre necesario contar con un líder para poder realizar ofensivas, que además influirá en la capacidad de disparo y en la moral de nuestros hombres. Ahora bien, pese a que todos estos factores (y otros como la artillería o el terreno) tienen su influencia en el resultado de la batalla, nosotros como jugadores apenas intervenimos ya que todo se realiza de forma automática, reduciéndose nuestra interacción a la posibilidad de decidir si escapar del combate al final de cada ronda. El juego tira los dados y nos muestra lo que sucede, sin tener posibilidad de elegir nada, ni a qué enemigo disparar.

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El azar influye en el combate, así que hay que buscar situaciones de ventaja. En este caso, un 4 vs 1 debería asegurarme la victoria

Más complejo de entender que de jugar

El juego tiene dos problemas que, además, están muy relacionados entre sí. El primero es la interfaz. Decir que Libertad o Muerte es confuso sería quedarse corto. El modo en que el juego transmite datos e información al jugador es, cuanto menos, caótico. De entrada, el modo de aprender a jugar es un manual bastante complejo de visualizar, necesario en un juego de mesa en formato físico, pero totalmente desfasado en un videojuego donde sería mejor encontrar un buen tutorial que te acompañe paso a paso. Pero incluso leído el manual de instrucciones y sabiendo el funcionamiento general, dentro de la partida es muy fácil perderse y pasar por alto detalles e información, ya que muchas veces no se muestra de una forma fácil e intuitiva. Por poner un ejemplo: he tardado varias partidas en darme cuenta de que, en regiones bajo mi dominio, las ciudades seguían siendo del adversario, simple y llanamente porque el juego no te lo comunica.

Libertad o Muerte barcos
Hay barcos, pero su uso, incluso tras ganar partidas, sigue siendo un completo misterio para mí.

Este fallo de comunicación entre juego y jugador agrava, en cierto sentido, el segundo problema: Libertad o Muerte está repleto de fases y mecánicas totalmente innecesarias que sólo contribuyen a crear una falsa sensación de complejidad y a confundir al jugador. Hay numerosas variables que influyen en el desarrollo del juego: cartas, puntos de moral, líderes, recursos… pero el jugador apenas tiene influencia sobre éstas. Y, relacionado con el párrafo anterior, en ocasiones ni siquera se nos explican. Digo más, he completado todas las campañas y aún no sé cómo funcionan aspectos, en teoría importantes, como el ingreso de recursos, el movimiento marítimo o la consecución de puntos de victoria. ¿Por qué al final de algunas batallas te dan puntos de victoria y en otras no? ¿Por qué a veces un general no puede entrar en una zona aunque teóricamente no la tiene bloqueada? ¿Cómo narices llevo mis tropas a una isla si no puedo construir barcos de ninguna manera? La sensación que queda es de un juego con mil variables, pero irrelevantes, no muy bien implementadas y que además no son necesarias para jugar y ganar.

Reunir recursos nos ayudará a comprar más tropas. En ninguna partida he llegado a tener problemas por falta de recursos

Si hago un ejercicio de imaginación e intento visualizar Libertad o Muerte sin gran parte de estas cosas que entorpecen y agobian al jugador, me quedaría un producto mucho más apetecible. Y no digo que aspectos como la gestión de recursos sean un error, pero sólo cobran sentido y funcionan bien si tienen un mínimo de profundidad. Del mismo modo, incluir barcos y puertos es una idea interesante si éstos se pueden usar con relativa facilidad; o incluir ciudades para asediarlas tiene sentido si el juego es un poco más claro a la hora de comunicarte cuáles son tuyas y cuáles del enemigo. También el uso de cartas se hace innecesario si la mayor parte de éstas se van a usar de forma automática. En definitiva, un gran plantel de buenas ideas que podrían dar al juego dos o tres grados más de profundidad de haber sido más claras en su uso o de haber tenido más trascendencia en el desarrollo de las partidas, pero que se han quedado por el camino, traduciéndose esto en un juego más complejo de entender que de jugar.

Para una persona con paciencia, que Libertad o Muerte sea tan arduo de entender no supondrá un problema, basta con ojear los tutoriales de youtube de Miguel Santacruz (desarrollador del juego); pero sí que puede convertirse en un obstáculo para un jugador que busque una diversión más inmediata y accesible.

La diversión de cumplir – o cambiar – la historia

Con todo lo dicho en el bloque anterior no pretendo transmitir que Libertad o Muerte sea aburrido o un mal juego; todo lo contrario. Cuando, superada la barrera del aprendizaje, más o menos tenemos una idea general del funcionamiento, encontramos un juego muy divertido. Imagino que, de saber cómo funcionan todos los aspectos del juego (especialmente todo el tema naval), será incluso mejor. Las horas pasan volando entre turno y turno mientras distribuyes las tropas, mandas generales e intentas acabar con ese líder realista (o patriota) que se te atraganta. Personalmente, prefiero controlar a los patriotas por su enorme variedad de soldados, países y aliados.

En el momento de escribir esta review le he dedicado más de 10 horas al juego, completando todas las campañas con el bando patriota y un par con el realista. La IA en nivel normal deja bastante que desear, pero en nivel experto se puede volver un rival más incómodo, especialmente si jugamos con los realistas. Aunque he de decir que, hasta el momento, no he perdido ninguna vez. También tenemos la posibilidad de jugar contra un amigo en el PC o a través de email, una modalidad demasiado arcaica que dudo que nadie vaya a usar.

Por último, destacar la presencia de algún que momento en que el juego se atasca durante el turno rival y el único modo de continuar es salir al menú. Por suerte, el juego se guarda automáticamente después de cada turno y no tendremos que tirarnos de los pelos demasiado.

Conclusión.

Libertad o Muerte es tan fácil de describir como que es un juego de mesa trasladado al ordenador. Su principal aliciente es ofrecernos estrategia militar ambientada en una época histórica tan poco tratada como las guerras de independencia colonial. Su funcionamiento va mucho más allá de tirar dados y sacar más que el enemigo; habrá que tener en cuenta la salud y moral de nuestros soldados, la presencia de líderes y cartas con información histórica que pueden alterar nuestras partidas. La pega la encontramos en lo confuso del aprendizaje y de algunas mecánicas que nunca parecen estar claras del todo como el reparto de recursos, puntos de victoria o el uso de barcos. Con todo, un juego entretenido y divertido pensado para los amantes de los juegos de mesa y la estrategia.

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Autor

Pese a mi continua obsesión con la literatura, los videojuegos y el deporte, logré acabar mis estudios de filología. Resido en Italia y adoro la pizza.

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