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Análisis de Lumbearjack: el bosque no se toca

Lumbearjack, que gran juego de palabras

Recuerdo la primera vez que vi Lumbearjack, el videojuego creado por el estudio afincado en Lleida “Finalboss Games“. Recuerdo que me gustó absolutamente todo lo que vi en poco más de un minuto: su apartado artística, su sonido y su mensaje ecologista el cuál había que transmitir a los malos a guantazo limpio.

LumbearJack lo tenía todo para conquistar tanto a los más pequeños de la casa como a los más grandes: un sistema de juego sencillo pero eficaz y mucho, muchísimo sentido del humor. Desde el primer momento supe que era una propuesta arriesgada y diferente la cuál, aunque quizás no tendría un nicho de mercado enorme de salida, sabía que iba a ir poco a poco conquistando los hogares.

A este oso le están tocando las narices

Para reciclar maquinaria pesada tendremos que mejorar nuestra hacha

Esta historia tiene un comienzo tranquilo. Todo sucede durante una alegre y apacible mañana en el bosque donde nuestro querido Oso (que bien podríamos llamarlo LumbearJack) dormía en su cabaña. De repente un ave colega irrumpe asomándose por la ventana de la pequeña chabola y le muestra a nuestro querido protagonista, una hoja que lleva en el pico. Debido a la baja resolución de las texturas solo podemos leer Evil, el nombre de una de esas compañías que buscan el beneficio a toda costa.

Entonces nuestro querido oso decide abandonar su hogar para ponerle fin a dicha invasión humana y se encuentra con que tiene una alambrada que no le permite seguir avanzando. ¿Solución?. Empuñar su hacha e ir destrozando todo resto de basura e infraestructuras humanas para conseguir que vuelva el verde de los campos, lo preciosos árboles y que todos lo animalillos estén en sintonía con la naturaleza. Y esta es la premisa de su historia. No tiene mucho más que contar en principio y la mecánica jugable es tan sencilla como ir aporreando todo con el hacha.

O quitas esa máquina de ahí o la quito yo

Algunos niveles tienen pequeños puzles que añaden profundidad jugable.

En LumbearJack tendremos un mapamundi por el cuál iremos conectando con los niveles. En este mapamundi también habrá cosas que hacer pero el grueso de la acción se lo llevan sus niveles. A medida que vamos avanzando vamos encontrándonos con diferentes situaciones. Cada uno de los niveles nos plantea una historia como, por poner un ejemplo, la de una familia de jabalíes que ya no podía vivir en hogar por culpa de los destrozos y de las máquinas que había allí.

A su rescate vamos nosotros que, con un hacha, podremos ir destrozando carteles, basura y un sin fin de desechos los cuales se añadirán a nuestra mochila de reciclaje. A los humanos que nos vayamos encontrando los veremos grises, prácticamente sin alma pero, tras sacudirles un tortazo (que bien merecido se lo tenían) sacan su mejor yo y aportan su granito de arena respetando el medio ambiente. No quiero desvelar muchos secretos pero he de decir que en el juego hay una cantidad de huevos de pascua interesante con los humanos.

Arriba vemos como la cabra golpea el carretillo para nosotros. ¡Trabajo en equipo!.

Cada niveles tiene distintas fases las cuales se desarrollan tras mejorar el hacha puesto que, una vez que tenemos llena la mochila de reciclaje, podremos utilizar esos materiales para convertir nuestra pequeña demoledora en una mucho más grande con la que reciclar incluso vehículos grandes o edificios. Todo está pensado para que cada nivel quede perfectamente limpio. Siempre hay que tener los ojos muy abiertos puesto que se puede quedar una zona sin limpiar con alguna bolsa de residuos en ella.

Una vez cumplido el puzle del nivel saltará una nueva cinemática en la cuál veremos a nuestro LumbearJack hacerse más colega aún de los animales a los que acaba de ayudar. Escenas sencillas pero muy graciosas que, gracias a un apartado artístico como el que tiene, expresa mucho sin necesidad de tener un gran detalle en sus texturas.

Pero que paz se respira ahora en el campo

En algunos niveles cambiamos nuestro hacha por un palo de golf.

El mensaje que quiere transmitir LumbearJack es muy claro y su apartado técnico no necesita mucho más para que sea efectivo y llegue rápidamente a las cabezas de los jugadores. Que si, que la violencia no es la solución a todas las atrocidades que se están cometiendo en la naturaleza, pero recordad que no deja de ser un videojuego, una manera artística de representar una idea.

LumbearJack no cuenta con una gran cantidad de polígonos y texturas ultra definidas en su modelo y eso también lo hace especiales puesto que resulta mucho más efectivo para dar ideas e ir al grano. El logo con la palabra Evil en rojo y negro ya es más que suficiente para saber que esa empresa esta acabando con todos los entornos naturales. El Low Poly le sienta de fábula dándole ese toque tan de dibujos animados tan bonito. Ya en el apartado sonoro se queda más corto y cumple con lo justito con pocos temas que pasan muy desapercibido, dejando al apartado gráfico más trabajo para transmitir todo. No es tampoco muy importante pero hay que tenerlo también en cuenta.

Conclusiones

LumbearJack es un buen juego apto para todas las edades que trata un tema que debería de estar en boca de todos más a menudo: la contaminación global y la destrucción de los entornos naturales. Es sencillo de jugar por lo que se entiende a la primera y tiene algunos pequeños puzles integrados y niveles especiales que cambian su mecánica principal dándole más profundidad y variedad al conjunto. Un videojuego con un apartado artístico muy simpatico que da una experiencia muy recomendable. Ojalá poder ver una segunda parte algún día.

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Autor

Hermano menor. Padre orgulloso de que su pequeña adore también los videojuegos tanto como yo. Cuando me dejan y la vida me lo permite escribo sobre videojuegos en DeVuego y anteriormente en Comunidad Xbox.

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