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La realidad es tan terrible como esa especie de cocodrilo de seis ojos que trocea a nuestro protagonista. El juego es un campo de minas de bugs. Y aunque Gamera Nest (estudio responsable de producir el juego ideado por Rodríguez) ya ha implantado un parche para solventar algunos de los problemas que presenta el juego, los bugs son -parafraseando al entrañable Forrest Gump– como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar.

En general, The Cosmic Wheel Sisterhood es una interesante propuesta. Tiene un arte bellísimo (si os gusta la estética pixel art os vais a enamorar) y unas opciones jugables muy entretenida. La primera partida se puede completar en poco más de seis horas entre que se resuelve la trama y «perdemos tiempo» creando nuestra baraja. Las mecánicas de las cartas son las más atractivas del juego, que nos invita a crear, destruir y volver a crear nuestro propio mazo con diseños de lo más variados. Por contra, la libertad de elección es más ilusoria que real y las siguientes partidas no aportan lo suficiente a la experiencia; es menos rejugable de lo que aparenta.

Los puzles, las plataformas y su mundo está bastante bien; el problema radica en un combate obsoleto y que, por ejemplo, mucha de la información de la historia te aparece como texto flotante por el escenario si te acercas algún punto de interés, cosa que si no te acercas no lees. Seguramente sea un juego muy recomendado para quien busque una aventura clásica de plataformas, para quien busque algo más, quizás no es su juego.

Este juego puede ser el primero de muchos chicos/as que quieren empezar en el mundo gamer de una manera sencilla, con un personaje que les gusta y sin muchas complicaciones. En ese sentido me recuerda a Super Mario Bros. Hoy en día, cada lanzamiento de Super Mario es un acontecimiento y uno de los mejores juegos del año, que ha sabido evolucionar junto con el medio. Pero todo empezó con cuatro pixeles. Así que posiblemente Tadeo Jones 3: La tabla esmeralda puedan ser esos píxeles que harán que muchos gamers aparezcan en el futuro.

El juego consigue tenernos en tensión durante sus horas de duración, que no son pocas. Consigue convencer con su propuesta de terror y misterio. Un gran juego que hay que probar.

Seamos sinceros, Yuppie Psycho exagera, pero sabe captar la esencia de una empresa. Ese departamento de márketing de la cuarta planta tiene más de real que los que vemos en muchas películas y documentales. Y pasamos muchas horas gateando y esquivando compañeros de trabajo. ¿Qué hay más real que eso? Desde el esperpento Yuppie Psycho hace un escalofriante retrato de la vida del oficinista del s.XXI. Escalofriantemente divertido.

Tape: Unveil the Memories es una sorpresa mayúscula. Mezcla perfectamente el cine con el videojuego ofreciendo una obra donde se rinde homenaje a los grandes del terror. También de los videojuegos, pues Remedy y Resident Evil tienen un papel fundamental. Un juego que merece mucho la pena.

Essay on Empathy es un juego que merece la pena, que habla de unos temas serios de una manera seria y que hacen que mediante sus mecánicas los jugadores vayamos viendo la realidad de ciertas cosas que hasta ahora desconocíamos. Un juego de esos que se podrían llamar imprescindibles.

Se trata de un imprescindible en las injustamente denostadas bibliotecas de los fans de esta forma de arte que son los videojuegos.