FICHA DE CRÍTICA

Constantemente se mueve en un perfecto equilibrio entre la experiencia y sus mecánicas, permitiéndose altibajos en el viaje que cuenta, es decir, el mundo se irá pintando de colores conforme avanzamos, pero en ocasiones se volverá gris otra vez y habrá que seguir avanzando para volver a recuperar “nuestro color”. Podremos explorar el mundo que nos rodea y sus sensaciones pero sin olvidar nunca el seguir adelante. En ocasiones encontraremos el recuerdo de aquella estatua que nos sostenía al principio y nuestro avatar se permitirá retorcerse y romper a llorar. Y volveremos a hacer que se levante. En uno de los tramos de agua el mapa nos dejará movernos con libertad hacia arriba, a un lado u otro, pero al intentar profundizar más abajo, en la negrura, nos hará darnos la vuelta como si su mensaje fuese pretender que no nos volvamos a perder en la oscuridad, que sigamos adelante hasta encontrar una luz. Y nada más empezar, después de una caída hacia lo más profundo y golpear con nuestros huesos en un paraje desierto y gris y caminar abatida, Gris levanta la cabeza, mira al cielo y vuelve a ser capaz de correr.

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17/12/2018

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