FICHA DE CRÍTICA

Con la mecánica de gestionar no sólo lo que veía en pantalla si no mi salud, pagar alquiler, etc… desde Fictiorama Studios habían conseguido trasladar primero el agobio que supone controlar todas esas barras y después esa actitud stalker en la que todo eso no importaba, solamente importaba lo que estaba ocurriendo tras la pantalla y qué podía hacer yo para llegar más lejos y conocer más de esos sujetos que observaba desde la distancia, aunque desde el Club las instrucciones sean claras: “Do Not Feed the Monkeys”.

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15/11/2018

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