FICHA DE CRÍTICA

Sólo diré que merece la pena jugar a Calendula, ya no por conocer esa historia, sino por sentirte protagonista de un juego que no quiere ser jugado, por tener esa sensación de incomodidad que tan bien han sabido transmitir los chicos de Blooming Buds, y por sentir el agobio constante de estar siendo controlado en todo momento.

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02/02/2016

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