FICHA DE CRÍTICA

Roving Rogue es un pulso, un juego fruto de muchísimo esfuerzo y trabajo, y eso se nota. Los niveles son ingeniosos y están diseñados a mala idea, con saltos calculados al milímetro y con la constante sensación de que el tiempo (la lava o las rocas, mejor dicho) se nos echa encima. La dificultad reside en su mayor parte en el interés que tengamos por recuperar todas las estatuas escondidas en cada nivel, interés que se ve avivado porque es la forma que tendremos de conocer la historia del juego, de los orígenes de Kurt. El resultado es un juego muy entretenido, aunque de corta duración, incluso contando con el modo multijugador que, aunque caótico y tronchante, tampoco da para mucho más.

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70
 
06/07/2015

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