FICHA DE CRÍTICA

A través de una capa de fantasía, se tratan temas delicados con una sensibilidad exquisita. Puedes quedarte con la imagen de un yeti azul de cuatro brazos, o puedes pensar en lo que supone que no quede nadie en el mundo capaz de entender lo que es tener cuatro brazos. La forma en que se desarrollan los sentimientos de ambos personajes dibuja un bello retrato acerca de cómo las emociones son capaces de unirnos a todos sin importar nuestra lengua, raza o capacidades. Las emociones no entienden de idiomas, pues al fin y al cabo los gruñidos de Willump solo los comprende Nunu; razas, pues estamos hablando de un yeti y de un crío; ni de capacidades, pues ningún chaval se puede comparar a una bestia mágica capaz de conjurar hielo y asestar puñetazos cuádruples. Y aún así, el vínculo entre ambos es tan profundo que nada de eso importa. Es ahí radica su fuerza, la de Nunu, la de Willump y la del juego. En una magia que, a diferencia de conjurar hielo, queda al alcance de todos nosotros. El cariño. 

 
30/11/2023 GTM [96] Diciembre 2023

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