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Los millenials que me leéis, los de mi quinta, recordarán esa época dorada de Internet propiciada por la aparición de Adobe Flash, un editor de contenido compatible con las webs. Si me preguntases en la época, te diría que “SirbE para vr viDeos y jugAr JuEgos cn l orDenAdor ¬¬ UwU”. Los chicos y chicas del barrio nos reuníamos en los locutorios para usar Messenger (antes incluso de Tuenti), ver Cálico Electrónico, descargar Naruto ilegalmente y sí, jugar a juegos Flash en webs como Minijuegos.
Todo este ambiente ha sido fagocitado poco a poco por la democratización de la tecnología y por la aparición de los smartphones, que permiten todo eso sin moverte de casa ni pagar un euro por hora de uso. Sin embargo, he vuelto a experimentar esa sensación al jugar con mis amigos a Explosive Dinosaurs.
Se trata de un party game desarrollado por el estudio valenciano RAWR Lab a modo de hobby. El juego salió para Steam, Android TV y OUYA (nos comentan que vendieron 4 unidades de esta versión) en 2018 tras un desarrollo que duró 5 años, lo que les granjeó un premio Indie Calipo por el desarrollo más largo. Ahora, el título llega a Nintendo Switch, una de las plataformas más populares para el juego de sofá.
Explosive Dinosaurs está protagonizado por los 4 dinosaurios Nitro, Dyna, Chlorie y Fiss, y contiene más de 40 minijuegos de distintas dificultades y temáticas. Prácticamente todos están inspirados en otros juegos ya existentes, inspiración que a veces se insinúa y que otras veces es lanzada a nuestra cara con la sutileza de un meteorito.
Dentro de Explosive Dinosaurs podemos jugar a Tron, Frogger, Flappy Bird, Pong y otros. No es algo malo, ojo, porque son juegos queridos por todos y que siempre funcionan, pero no busquéis originalidad.
Encontramos diversos géneros como estrategia, puzles, secuencias de botones, laberintos o simulación, aunque el género predominante son las plataformas. Desde carreras a escapar de la lava, pasando por cazar bichos a un combate donde debes pisar a tus contrincantes. Algunos tienen más trabajo detrás y una jugabilidad más compleja que otros, dando lugar a partidas más largas (y a veces más aburridas). De hecho, algunos son un poco confusos de entender en un inicio debido a la pobre interfaz del juego.
Estos minijuegos se pueden jugar a través del modo Prehistórico, que consiste en pasar por distintas épocas (jurásico, cretácico…) para desbloquear más hasta llegar a la época de Internet, donde hay unos pocos inspirados en la red de redes. También puedes elegir los minijuegos por separado de uno en uno, lo que no supone prácticamente ninguna diferencia.
Por último está el modo Crazy Arcade (el juego sólo viene en inglés), que plantea los mismos minijuegos, pero para un sólo jugador y con escaso tiempo límite. No obstante, elegir jugar los minijuegos uno sólo tiende a ser una experiencia algo sosa, puesto que el juego no incluye enemigos con inteligencia artificial y tan sólo debes sobrevivir el tiempo restante para ganar. Jugar a Tron en solitario, dando vueltas con la moto hasta que se acabe el tiempo, no se lo deseo a nadie.
No nos engañemos, el juego es muy cutre en la factura técnica. Tanto la música como el diseño de personajes, menús o escenarios son realmente pobres y, como decía, dignos de la generación de los juegos flash. Las animaciones de los dinosaurios, esos diseños de caja de cereales, las hitbox sin sentido, los fondos… Todo en el juego te dice que te alejes de él. Sin embargo, cogerlo con amigos y poner cualquiera de los minijuegos ya hace que puedas pasar un rato divertido. Hay que poner un poco de tu parte, claro, pero es que los errores pueden hacer la experiencia hasta más graciosa.
El principal aliciente que yo le veo es el ya comentado, el regresar a los días del locutorio en los que probabas distintos minijuegos cutrillos para echarte unas risas con tus amigos. Experiencias ya conocidas de usar y tirar rápidamente. Teniendo en cuenta que el precio son 6,99 euros y que te puede dar alguna tarde de diversión o que es un buen juego para llevar de viaje y compartir los Joy-Con te hace pasar por alto la baja calidad de Explosive Dinosaurs. Una vez “explotados” los minijuegos, es fácil cansarse de él y buscar otro juego.
Autor
Soy realizador audiovisual y editor de vídeo. He trabajado en varias webs relacionadas con Japón, pero vuelvo a casa de vez en cuando en busca del producto patrio.