Ahora resulta que mi niño quiere ser astronauta, a los 40 años. Y lo peor de todo es que su primera prueba para ser astronauta consiste en crear el arma secreta que destruirá la invasión alienígena que nos acecha. Démonos por invadidos!!!.
Miles de enemigos, mucho más inteligentes que mi hijo, harán todo lo posible por que no se construya al arma secreta en la base lunar. Menos mal que le han asignado un robot que irá montando bloque a bloque el arma, por que si tuviera que montarla él…