Uno de nuestros sueños por fin se ha convertido en realidad. Tenemos en nuestro poder PSP, la otra portátil de nueva generación, y os podernos asegurar que no pertenece a esta galaxia. Sony se ha adelantado a su tiempo y ha creado una pieza de hardware absolutamente prodigiosa, digna de una civilizacion superior. Mientras otras máquinas portátiles muestran o han mostrado la equivalencia técnica de máquinas domésticas creadas ocho o diez años atrás, Sony PSP supera en muchos apartados a su hermana PlayStation 2. El salto tecnológico es brutal y con tan sólo navegar por los menús, aprovechar sus posibilidades multimedia (foto digital, música, vídeo, entorno wireless...) y, sobre todo, jugar con Ridge Racers (el verdadero buque insignia de los primeros títulos) os daréis cuenta del asombroso e incomparable poder que emana de sus circuitos. Sony ha tomado una gran ventaja tecnológica sobre sus perseguidores portátiles. Nintendo por su parte se ha aferrado con uñas y dientes a un sistema de juego totalmente original, innovador y seductor, y aunque comparar los Ridge Racer de cada máquina es algo tan poco recomendable como innecesario, estamos seguros que el parque de usuarios que va a convertir el Stylus (el puntero de la pantalla táctil) en una nueva extensión de su cuerpo también va a ser inmenso. Sinceramente, a mi me gustan las dos.
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