FICHA DE CRÍTICA

Pero estas tiranteces no empañan el impecable ejercicio de estilo que es Narita Boy. Imponente en lo artístico y mucho más que solvente en lo jugable, Narita Boy es un título que va mucho, muchísimo, más allá de las referencias culturales que plagan su universo para ofrecer una experiencia que apelará a cualquier tipo de jugador. Su estructura ofrece un cuidado equilibrio entre exploración, combate y narrativa que remonta sus orígenes al metroidvania pero demostrando, al mismo tiempo, un punto de contención que amplifica el detalle puesto en su diseño. Así, Narita Boy es una sucesión constante de escenas, salas y situaciones engarzadas con precisión que nunca se detiene, nunca flaquea y nunca muestra altibajos en su calidad. Una fantástica aventura pixelada llena de misticismo, narrativa e informática en la que no cabe preguntarse de dónde surge el poder del Tricroma o cómo es posible transportarse a una dimensión digital. Es ficción, disfrutémosla tal y como viene. Por los ciclos de los ciclos, Enter.

Leer en su medio original
 
29/03/2021

  Compartir