FICHA DE CRÍTICA

The Red Strings Club se infiltra en tu cabeza como si de uno de los hackers neuronales del juego se tratase. Su ambientación cyberpunk sirve como punto de partida para lanzarnos a la cara dudas existenciales y preguntas sobre la condición humana. Ese tipo de preguntas que probablemente no tienen respuesta. Al menos no una respuesta sencilla, unívoca y universal.

Leer en su medio original
-
 
22/01/2018

  Compartir