FICHA DE CRÍTICA
El problema que creo que puede encontrar la gente es que, más allá de unos nombres divertidos y lo que estoy seguro de que ha sido la campaña de marketing más eficaz de la historia de los desarrollos españoles, la gente no se va a tomar en serio a Minabo, y este tampoco puede contraatacar con una propuesta jugable atractiva que enganche más allá del chiste.
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