A Tale of Paper: El papel de cada uno

Una pequeña criatura de ojos luminosos y hecha de papel emprende un viaje. Uno que le llevará muy lejos y le expondrá a muchos peligros. Un viaje con una meta muy concreta. Una por la que vale la pena luchar

¿Es un libro de Michael Ende? No, es un videojuego.

A Tale of Paper es un side scroller desarrollado por el estudio barcelonés Open House Games. Se trata de una idea surgida durante el último año de carrera de sus tres integrantes que, posteriormente, ganaría el premio a Mejor Juego del Año 2018 en los Premios PlayStation. Gracias a la ayuda del PlayStation Talents Games Camp, este juego alcanzaría una nueva envergadura hasta llegar a publicarse este mismo año para PlayStation 4.

El poder del papel

A Tale of Paper nos pone en el “papel” de Line, una pequeña criatura mágica hecha de papel. Las características de este material tienen ciertas consecuencias, como que el personaje es terriblemente frágil, lo que le impide tocar el agua o enfrentarse a cualquier enemigo.  No obstante, también tiene sus bondades. Line puede doblarse para obtener nuevas habilidades gracias al arte del origami. De esta manera, podrá saltar muy alto al convertirse en rana o podrá planear cual avión de papel. De hecho ¡hasta ser un gurruño de papel tiene sus ventajas! Como rodar por minúsculas cañerías.

Poder cambiar instantáneamente entre formas es una de las mecánicas más entretenidas y originales del juego, sobre todo a la hora de aplicarlo en los saltos y puzles. Su implementación está muy bien conseguida.

Las distintas localizaciones son, en su mayoría, sitios costumbristas donde todos podemos haber estado alguna vez. Desde una casa avejentada llena de cajas de Amazon a las vías del metro, pasando por un gran museo dedicado al espacio. En estos sitios, cualquier elemento que a nosotros nos parece cotidiano e inofensivo puede convertirse en un gran peligro para Line debido a su complexión y su tamaño. Una araña, una roomba… El peligro puede acechar desde cualquier lado.

Durante su viaje, Line deberá enfrentarse a retos de plataformas, huidas a la desesperada y más de un puzle con el que estrujar los sesos. Lo más complicado, sin duda, son los saltos. Algún que otro plataformeo complicado, sobre todo hacia el final del juego, me mantuvo pegado a los mandos. En ocasiones puede ser un poco impreciso por los ángulos de cámara, pero en líneas generales son de las partes más divertidas del juego.

La historia está escrita

Line emprenderá un viaje con un misterioso objetivo, uno que no se nos revela hasta el final de la aventura y que, aunque es algo ambiguo, también es muy sentimental y dejará con buen sabor de boca a los jugadores. Sin embargo, podemos conseguir pistas si observamos el entorno.

En términos de narrativa, puede ser interesante avanzar sin conocer la motivación de nuestro personaje, pero un inicio algo tedioso debido a la imprecisión de algunos movimientos y un diseño de niveles algo soso se ve lastrado por la falta de historia y contenido variado.  Conforme avanza el juego se diluye un poco esta sensación, con algún que otro momento curioso y alguna localización especialmente bonita. No obstante, al juego le falta algo de carisma y sentido artístico en según qué momentos.

Los desarrolladores no esconden su inspiración en Little Nightmares, el juego de Tarsier Studios, aunque con una estética menos siniestra. Si te gustó Little Nightmares o incluso Unravel, ten por seguro que disfrutarás de A Tale of Paper. No obstante, en este último son más patentes la inexperiencia de sus desarrolladores y la falta de ideas que le lleva a uno a inspirarse en otras obras más de la cuenta. No obstante, es un buen trabajo para tres desarrolladores noveles que, al final, consigue encandilarte.

Gráficos y sonido

El juego sitúa la cámara constantemente en el mismo sitio, como si observásemos una especie de casa de muñecas o maqueta, un factor que le sienta especialmente bien a este tipo de juegos.

Gráficamente el juego se ve muy bien en líneas generales, creando ambientes muy inmersivos gracias al buen uso de la iluminación y los colores. También quiero destacar la calidad de las texturas, ya que al ser tan pequeño el personaje, vemos todo más grande y con mayor nitidez. Sólo le lastra la mencionada falta de creatividad e imaginación a la hora de diseñar los escenarios. Line, no obstante, es un personaje adorable con el que me encantaría decorar el despacho.

La música, por su parte, acompaña a la perfección esa ambientación de realismo mágico que está presente durante toda la aventura. En algunas ocasiones puede hacerse repetitiva, pero no llega a incordiar.

Conclusión

A Tale of Paper es un producto estupendo por los 15 euros que cuesta. Teniendo en cuenta, además, que ha sido desarrollado por tres personas, se trata de una experiencia fantástica con la que pasar una tarde, ya que dura unas 4 horas. Además, es un juego accesible que también gustará a un público de menor edad.

La falta de creatividad consigue que caigamos en odiosas comparaciones, pero esto no desmerece en absoluto el primer trabajo de Open House Games, que al final consigue brillar con luz propia. Aquí entra el papel de cada uno. Dadle una oportunidad.

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