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Castlevania, Blue Shadow, Ninja Gaiden, Shinobi, Shatterhand... regreso al pasado, influencias claras, pero Lord of Exile es mucho más que juntar piezas referenciales, jugables y visuales. neo-retro del bueno, del que sabe tenernos divertidos durante unas horas, y consigue estar a la altura de un pasado y nostalgia a veces muy idealizado. Sus dos personajes, ocho escenarios, geniales jefes y maravillosa banda sonora se mezclan con un desarrollo hecho para divertir, a costa de reducir las penas acostumbradas que este tipo de juegos solían acarrear. No es un juego para los más curtidos... o sí lo es, aunque no por el lado del reto ciclopideo y los escollos destrozadedos.

Encarnar a una leyenda de la literatura, al que puede ser el autor más universal de aventuras y ciencia-ficción, puede parecer todo un reto. Y Gametopia lo ha afrontado muy bien. Verne: The Shape of Fantasy ofrece una aventura tan bella como bien resuelta en narración, puzles y uso de la jugabilidad. Es mucho más que tirar adelante para ver o leer la historia, es sentir que estamos ahí con las mismas incógnitas que el escritor francés, ahora en su yo alternativo de científico. No necesitaremos simpatizar, siquiera conocer bien la gran obra de este autor. Y precisamente si no lo hacemos, el juego tendrá también una parte pedagógica imbricada en el desarrollo del juego y el argumento. Si, por el contrario, simpatizamos y/o conocemos más a este coloso literario y su obra, precisamente se apelará esos sentimientos de forma inteligente.

American Arcadia es una fantástica aventura cuyo grandísimo valor es lo competa que se siente, y lo compleja que resulta usando diferentes capas hechas con calculada simpleza. Diferentes tipos de jugabilidad resueltos de forma sencilla forman un constructo muy sólido, envuelto en un formidable trabajo artístico y sonoro, dentro de una historia, desarrollo y narración muy bien ejecutados. Queda rematado con un mensaje efectivo y claro, sin cargar ni moralizar, que hacen un juego muy redondo en este gran año.

Con el trabajo concienzudo de un único responsable, Astronite es uno de esos juegos que en un vistazo rápido nos agradará, pero no se posicionará en nuestra cabeza fácilmente dada la abultada oferta artística que presentan los metroidvania 2D de acción y plataformas. Pero sí lo hará en cuanto tengamos el pad en las manos y pasemos las horas con él. A través de un planteamiento clásico bien manejado en control y situaciones, tendremos un juego bastante más difícil que lo que hemos acostumbrado en este estilo en los últimos años. Eso puede ser bueno, aunque ya no lo es tanto que algunas complicaciones y frustraciones vengan de un planteamiento desesperante a la hora de gestionar la moneda del juego, o algunos momentos y diseño estructural más intrincado y restrictivo que su género podría demandar. Pero Astronite sigue siendo un juego recomendable e interesante, un juego que puede además dar un buen número de horas, frente a propuestas similares mucho más cortas. Simplemente, tenemos que saber a lo que vamos y donde vamos a meternos.

Ya no es que los metroidvanias tengan un tirón que espero siga durando muchos años. No es tampoco el hecho de hibridar géneros, aunque aquí se consiga un plus de originalidad por ello. Es hacerlo de forma muy buena, en una aventura muy divertida. The Knight Witch no solo propone metroidvania, bullet-hell y deck-building card, es que lo hace con muchísima soltura, comprendiendo lo que es, y adáptándose perfectamente a cualquier espectador que disfrute de las aventuras, y no circunscribiéndose a los habilidosos con el pad o los jugadores nichos de shmups, pero dándoles también desafío y carnaza. Si la propuesta te atrae y llama la atención, pero piensas que puede no ser para ti este juego 'de naves' metroidvania, hazme caso, sí que lo es.

The Longest Road on Earth es una experiencia tan cautivadora como espinosa. Un juego que tiene muy poco de juego, una forma de plantear varias historias con una participación muy limitada del jugador. Y un trabajo visual, sonoro y narrativo muy especial que tocará y emocionará a quien conecte con él.

Simpático, original, con buenos momentos y divertido. Son buenas cosas, pero que quedan muy rebajadas ante la simpleza del conjunto, su escaso contenido y duración, y algunos temas jugables. Concept Destruction te saca una sonrisa, pero no dura demasiado, aún con su modo multijugador local.