DeVuego ES_COR

Creo que está más que claro que The Longest Road On Earth ha logrado conectar conmigo. Esto se trata de una experiencia muy personal, es divertido, es bonito y deja un gran mensaje.

En esos momentos en que la vida se pone dura, son este tipo de cosas los que te hacen recapacitar y darte cuenta de lo increíble que puede tornarse todo si piensas las cosas con otra perspectiva. A fin de cuentas, ninguno de nosotros sabe realmente por qué está aquí, simplemente vamos con la corriente.

Es difícil hablar de The Longest Road on Earth porque el juego ya habla lo suficientemente bien y con contundencia de sí mismo. Es una obra muy especial, con alma, y ya con eso podríamos concluir que estamos ante un título muy recomendable del que probablemente muchas personas dirán que no es un juego para todo el mundo. Desde aquí nos permitimos la licencia de contradecir esa manida afirmación: quienes disfruten de las aventuras narrativas sosegadas encontrarán aquí una hecha no sólo con mimo, sino también con maestría, y quienes prefieran otras expresiones del videojuego deberían acercarse aquí para encontrar otros límites en los que se mueve un medio tan heterogéneo como este. Como poco, cualquier persona podrá apreciar su atmosférica y potente banda sonora, su medido ritmo narrativo y su detallista dibujo pixel art.

The Longest Road on Earth ist eine meditative Erfahrung, auf die man sich einlassen muss. Wenn du auf der Suche nach einem actionlastigen Spiel bist, in dem deine Entscheidungen Einfluss auf die Welt haben, bist du hier definitiv nicht richtig. Wenn du dich aber mit Achtsamkeit beschäftigst und den Moment schätzen lernen möchtest, dann ist The Longest Road on Earth genau die richtige Erfahrung für dich. Hier geht es um den Moment selbst, um die Alltäglichkeit des Lebens, ohne von Quest zu Quest zu hetzen, sondern einfach mal voller Ruhe den Augenblick wahrzunehmen und zu genießen. Das fällt uns im richtigen Leben oft schon schwer genug, deswegen finde ich es gut, dass mir nun ein Videospiel dabei helfen kann. Mich hat The Longest Road on Earth auf jeden Fall nachhaltig beeinflusst und beeindruckt und ich hoffe, noch viel mehr Spiele dieser Art sehen zu können. Von mir gibt es eine klare Empfehlung, wenn du dich auf ein solches Experiment einlassen möchtest.

En definitiva y siendo sincero, hay que reconocer que The Longest Road on Earth no es un juego para cualquier jugador. Hay que tener muchas horas de videojuegos, una mente muy abierta, y conocer realmente el medio artístico en el que está uno metido, para ser capaz de valorar esta joya.

The Longest Road on Earth ist etwas für Liebhaber von langsam erzählten Geschichten, Pixelart und verträumten Soundtracks.

The Longest Road on Earth works like a video game Rorschach test. You paint a little of yourself onto the canvas of the story and that, in turn, is what you get from it.

The Longest Road on Earth es otra preciosa forma de experimentar al mundo de los videojuegos el dejarse seducir por una conmovedora banda de sonido y la teatralidad de sus escenas. No hay mucho tras del juego. Lo amas o lo odias. Definitivamente, no es para todo el mundo, pero quienes buscan algo diferente descubrirán un “juego” reflexivo y especial, que no teme en contemplar el vacío del silencio.

The Longest Road on Earth es una apuesta atrevida pero firme que tiene muy claro su propósito. A lo largo de esta historia capitular experimentamos el hastío de la rutina y, ante una narración minimalista y sin distracciones, nos quedamos a solas con nuestros pensamientos y reflexiones. Historias acertadas, en particular el último capítulo, que nos acerca al crecimiento y maduración de un niño. Ritmo narrativo y transiciones acertadas que se funden a la perfección con una banda sonora exquisita. No obstante, por su falta de interactividad, The Longest Road on Earth no es un juego para todos los públicos y, por supuesto, no pretende serlo.

Even so, The Longest Road on Earth is still relatively successful. Its unique and interesting gimmick allows it to reach places that other indie games have yet to travel, although it does fall into limitations with just how engaging it can be thanks to its pacing and self-inflicted restrictive nature. Nonetheless, fans of character-centric experimental works will likely want to give this a go, and it's a useful blueprint for potential future innovation, too.

By simply being an interactive experience, ‘The Longest Road on Earth’ won’t be for everyone, but if you’re a fan of the genre or want some ‘chill out time’, or even just want something to serve as food for reminiscent thoughts, I implore you to find a moment to take a stroll down this road. If nothing else, it’s a reminder to stop and smell the roses every once in a while. Life’s too short not to.

Musiche e immagini raccontano quattro brevi storie dove tutti potranno ritrovarsi, dove tutti potranno sentirsi capiti. Vite normali, banali, forse poco significative; ma straordinariamente umane e mosse da sentimenti unici, che tra cambi di prospettive, gioie represse e costanti ricerche di equilibri nella precarietà dell'esistenza, sapranno farvi sentire parte di un'umanità che ha un disperato bisogno di vera e intima condivisione.

La música emocional junto con imágenes aparentemente intuitivas hicieron que  The Longest Road on Earth fuera  capaz de transmitir su mensaje a su audiencia. Puede que este no sea el título más divertido y de mayor duración que juegas, pero si te gustan los títulos basados en la música y la historia y buscas una experiencia corta y relajante, esta es una buena opción.

The Longest Road On Earth da lugar a tantas interpretaciones diferentes que tal vez se queda en la nada o quizás sea vuestro juego revelación. Su banda sonora da pie a ello y la voz de Beícoli da sentimiento a cada nota acompañado de unos paisajes meticulosos que invitarán a la reflexión. Su mayor problema es el ritmo de situaciones y eventos que vamos viviendo porque no tienen consistencia y peso como para facilitar su interpretación. Aun así, es un juego que creemos que trata muy bien el hecho de considerar a todas las personas como iguales y reflexionar sobre el hecho de que cada vida es un mundo al que le debemos guardar respeto.

The Longest Road on Earth es una experiencia tan cautivadora como espinosa. Un juego que tiene muy poco de juego, una forma de plantear varias historias con una participación muy limitada del jugador. Y un trabajo visual, sonoro y narrativo muy especial que tocará y emocionará a quien conecte con él.

The Longest Road on Earth es una pequeña obra narrativa, en la que podrás interpretar a tu manera las seis historias que te presenta. Todas ellas estarán divididas en cuatro capítulos y durará aproximadamente dos horas.

And yet, emotional exhaustion seems as viable of a takeaway as any. After all, the small things we use to get through our days, to cope with the perpetual thrum of unexcitement in lives lived conservatively, do eventually fade into routine. We grow tired of the phone game we bought or that playlist we made and we find ourselves ready for the next thing, which tends to be similarly fleeting. By the time the credits roll for The Longest Road on Earth, I was more than ready to move on, but maybe that doesn’t have to be a criticism because it speaks to its own sort of emotional truth.

Oei oei, The Longest Road on Earth. Wat had ik deze game graag een goede beoordeling gegeven. Er zijn genoeg goede dingen over de game te zeggen. Daartegenover staan echter ook heel wat minder sterke punten. De passie spat van het scherm af, maar uiteindelijk is de gameplay zelfs voor een interactieve film te karig. Dat heeft ertoe geleid dat ik niet van de game heb kunnen genieten. Tot rust ben ik helaas ook niet gekomen. Dat doe ik pas als de soundtrack op Spotify staat en ik onder het genot van een mok thee mijn social media-berichten ophaal. Sommige mensen worden wellicht blij van deze game. Ik helaas niet.

Las cerca de 2 horas de duración convierten a The longest road on Earth en un ejercicio asequible hasta para lxs más escépticxs. Hasta ellxs serán capaces de sacar, seguramente, algo interesante de esta experiencia interactiva.

The Longest Road on the Earth, es una experiencia única, un videojuego valiente del que sentirse orgulloso y por supuesto más que recomendado. Por desgracia no a todo el mundo, pero sí a aquellos a los que les gusta probar videojuegos menos “tradicionales” y dejarse llevar por propuestas más íntimas o atrevidas. 

The Longest Road on Earth es un juego que nos permite desconectarnos por un instante de la realidad y sumergirnos en otros mundos donde nosotros construiremos la historia.

Es una experiencia personal, intimista, introspectiva. Es un título para quienes disfrutan de las cosas simples, para quienes quieren relajarse y dejar que las cosas fluyan por sí misma. Un juego para pocos, muy diferente a lo que ofrece al mercado, pero al que sin duda vale la pena darle una oportunidad.

The Longest Road on Earth es la vida hecha videojuego. No busquéis disparos, ni combates con jefes finales, tampoco encontrareis puzles o inventarios con pollos de goma inservibles. Un juego cargado de sentimientos que llegan en forma de imágenes, y sobre todo de música. En blanco y negro, con un pixel art muy cuidado y lleno de detalles. The Longest Road on Earth no necesita más, lo que quiere contar te lo cuenta y consigue que te llegue.

Se trata de un título nulo en palabras y desafío. Limitado en contexto y abierto a múltiples interpretaciones, que termina de maravillarnos con su fantástica banda sonora. 120 minutos que merecerá la pena invertir.

La experiencia narrativa de Brainwash Gang consigue ser sentimental y emocionante, a la vez que sus instancias de cinematografía exquisita son una auténtica delicia. Su música es tremendamente disfrutable y acompaña durante este viaje que quiere ser más demostrativo que explicativo, que a muchas aludirá y tocará de maneras distintas. A mí, por ejemplo, me hizo darme cuenta de esta nueva ausencia de música en mi cotidianidad, de lo mucho que debo parecer uno de los personajes de TLROE mientras ando por la calle de camino al trabajo, y de lo mucho que me gusta que se hable de lo cotidiano. Agradezco, por tanto, que exista este The Longest Road on Earth y cierro con otro verso de Valium 10 para que veáis que, efectivamente, las cosas pequeñas del día a día llevan el peso de la vida: «Y tienes la penosa sensación/ de que en el crucigrama se deslizó una errata/ que lo hace irresoluble.»

Y si bien sé que no es para todo el mundo, desde acá lo recomiendo fuerte. Es corto, deja unas escenas super poderosas y, una vez más, nos clarifica que los videojuegos son algo más que entretenimiento, saltos y disparos.

Un retrato orgulloso de la cotidianidad que nos recuerda la importancia de ese cigarrillo que acompaña en una fría mañana a un café caliente, de dar la mano a tu hija para cruzar la calle, de apoyar la cabeza en la ventanilla del tren mientras miras a la nada

The Longest Road on Earth dura apenas un par de horas, pero le da tiempo de sobra para calar hondo y poner ideas interesantes sobre la mesa. En mi caso no he terminado de conectar con él tanto como esperaba, pero ha sido una experiencia relajada y emotiva que me ha dado para pensar en temas como la universalidad de ciertos códigos. Mi consejo: si te interesa lo que lees sobre él, coge una taza de café o hazte una infusión y déjate un rato libre para jugarlo y pensar en él al terminar.

Constituyendo una experiencia contemplativa y cálida, The Longest Road on Earth nos invita a relajarnos en su compañía, siendo testigos de todo lo que supone estar vivo con todo lo bueno y malo que eso implica. Convivir con remordimientos está a la orden del día, mas nunca es tarde para recuperar esa ilusión tan característica de nuestro niño interior.