Resulta complicado no comparar este juego con los anteriores del estudio, tanto Deiland como Summer in Mara. Llama la atención que se usen elementos que no funcionaban del todo bien en Deiland, como es el caso del combate. La sensación general que se siente con Ankora: Lost Days es que le falta una vuelta, ya que si bien todo se resuelve de forma competente, no parece tener ningún aspecto que brille o destaque por encima del resto. Aunque la parte de exploración resulta adictiva (una casilla más y lo dejo), pero le faltan los incentivos que teníamos en Summer in Mara, donde siempre queríamos descubrir qué nuevos terrenos había en el horizonte. Por su parte, si bien encontramos variedad de clima y terrenos según la zona que estemos explorando, no se siente como algo fluido o significativo. Incluso aunque cambie la dinámica de cada entorno y debamos vigilar las otras estadísticas, no resulta un reto importante. La sensación final es bastante agridulce, ya que el juego es entretenido pero queda ensombrecido por la falta de un pulido final. Por suerte en el horizonte tenemos nuevos juegos, distintos a todo lo anterior y que tienen una pinta espectacular.