El primer trabajo en solitario de Emilio José Joyera, que ha corrido con toda la labor de programación, diseño y guión de SSOTW, junto con la más que correcta banda sonora de Carlos Viola (con varios temas nada repetitivos que se ajustan perfectamente a lo que uno espera en el género puzle y la temática de ciencia ficción), tiene varias virtudes difíciles de encontrar en una obra independiente y primeriza. Entre ellas, la innovación dentro de un género tan complicado y trillado como el de los rompecabezas; y la coherencia como videojuego (en cuanto al arte y entretenimiento que propone) y como producto (a quién va dirigido). Incluso con un potencial latente que se debería tener en cuenta para el futuro: la posibilidad de jugar a Six Sides of the World en una pantalla táctil, quizá la plataforma ideal para movernos por los seis lados de esta odisea espacial en forma de cubo.
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