El delicado equilibrio entre la vida y la muerte es un lugar en el que el ser humano se encuentra siempre, aunque la mayoría del tiempo no sea consciente de ello. Vas paseando por la calle y un tiesto te deja tieso, un resbalón en la bañera practicando el arte amatorio y se acaba la partida… Te preguntarás, querido lector, por qué me pongo a hablar de la muerte en esta introducción, pues básicamente porque en Alaric’s Quest mueres, mueres mucho, mueres siempre, mueres por todo. Una estalactita y la espichas, una flecha y pereces ensartado, una guillotina en mitad del camino y sucumbes a la parca, un instante y sin darte cuenta estás criando malvas y no sabes qué ha pasado.
Así es Alaric’s Quest, difícil y despiadado con el jugador, un juego muy de la vieja escuela, de esos que disfrutábamos en las primeras computadoras domésticas y consolas, un título donde en cada intento se aprende algo nuevo y se logra avanza un poquito más hasta conseguir la ansiada victoria. Su desarrollador Animal Indie Games así lo marcó al crearlo, quería una experiencia con aspecto amable, pero implacable y tremendamente complicada de superar, una experiencia que evocase en el jugador una sensación de nostalgia. Es hora de acompañar a Alaric en esta aventura.

Una aventura para recuperar tus pertenencias
Alaric es un caballero que vive en harmonía con el mundo, un hombre hogareño que pasa su vida con tareas cotidianas y alejadas de la acción. Un día, mientras se encuentra entrenando y probando sus habilidades, su casa es asaltada por un malvado grupo de goblins, que le roban todas sus pertenencias, y su vida da un giro de 180º. Alaric inicia un largo y peligroso viaje para conseguir recuperar sus preciados objetos y, de paso, dar un merecido a los ladrones.
No es la historia de fantasía medieval más original que hayas visto en tu vida, de hecho es un argumento que se ha utilizado en incontables ocasiones. Pero en el caso de Alaric’s Quest la narrativa está cargada de grandes dosis de humor y sátira, lo que hace que, pese a ser un recurso poco original, se sienta divertido. Consigue mantenernos enganchados a los absurdos diálogos del personaje o de los mensajes llenos de gracia que encontraremos al golpear los carteles.
Un caballero armado que se queda en cueros cuando lo golpean, una aventura imponente, enemigos malvados, espadazos, humor absurdo… ¿Necesitas algo más? Un servidor, no.

El gran reto de Alaric’s Quest
Como ya os he dejado entrever en los primeros párrafos de este texto, Alaric’s Quest es un juego de acción y plataformas muy clásico, donde deberemos superar obstáculos en forma de enemigos, trampas y precipicios para llegar al final de cada nivel. Decir que este título «Old School» es exigente es quedarse corto, es una aventura muy difícil, sólo óptima para los amantes de los grandes desafíos.
En Alaric’s Quest encontraremos saltos milimétricos entre plataformas. Una gran variedad de armas para deshacernos de nuestros enemigos que van desde la espada a un arco, pasando por granadas, flechas con ventosas e incluso una antorcha, que será muy útil para alejar a las sombras. Pero además, tendremos saltos entre cuerdas, el típico nivel de carretillas, persecuciones, el suelo es lava… y una gran cantidad de mecánicas que no dejarán que te aburras en ningún momento.
La clave de su nivel de dificultad es que raya la frustración e incluso puede llegar a superarla, lo que echará para atrás a los jugadores menos «hardcores«. Para paliarlo su autor ha incluido la opción de no sufrir daños, que en teoría hace que la aventura sea más asequible, pero no siempre. Ya que el sistema de físicas en el juego te puede jugar malas pasadas, una zona donde se queda atascado Alaric y de la que no puedes escapar, un salto demasiado ajustado en el que no se engancha al saliente, una carreta que se queda atascada en un túnel y no hay forma de pasar… no son problemas muy graves, pero sí que te dejan con el amargo sabor que no siempre mueres por tus fallos.

Un estilo cartoon que recuerda a los juegos en Flash
El estilo gráfico tipo cartoon de Alaric’s Quest es sencillo y agradable, a mi al verlo me recuerda a esos juegos Flash con gráficos simples, animaciones fluidas pero con pocos fotogramas, tan típicos de los juegos de navegador de la década de los 2000, aquellos años en los que internet estaba en pañales y estabas probando minijuegos en webs durante horas. En este caso pese a su aspecto a priori básico, encontramos gran lujo de detalles en escenarios que rebosan vida y que presentan mucha variedad. Cementerios, cuevas con lava, bosques, acantilados… no falta ninguno de los clásicos.
La ambientación se complementa con un apartado musical y sonoro que cumple. Sus melodías están llenas de ritmos cañeros que le aportan acción al juego cuando la necesita y los efectos, bien elegidos, complementan a la perfección los movimientos, saltos y golpes de nuestro protagonista.

Conclusión
Alaric’s Quest es un juego de acción y plataformas extremadamente exigente, un reto que exprimirá al jugador hasta dejarlo exhausto. Una aventura que bebe en su jugabilidad de clásicos de los 90′ como Ghouls ‘n Ghosts, Alex Kidd o El Rey León, pero que tiene un apartado artístico tipo dibujo animado que recuerda más a los juegos tipo Flash de la primera década de este siglo.
Si te gustan los desafíos, perder la cuenta del número de veces que mueres, jurar en varios idiomas recordando al desarrollador y la sensación de euforia y satisfacción tras superar un nivel que parecía imposible, dale una oportunidad a Alaric’s Quest porque te puedes llevar más de una agradable sorpresa.
Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por Animal Indie Games
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Autor
Pasión por los videojuegos en Retro & Pixel Press y DeVuego
Podcaster en NESbuscando en la Basura, A Link To The Podcast y El Indiario
En mis ratos libres comando la Normandía.